¿Cuánto se puede ahorrar con la construcción en barro en Neuquén?
Está en auge a partir de la búsqueda de opciones más amigables con el medio ambiente y el bolsillo. ¿Qué hay que tener en cuenta al momento de pensar en los costos de una vivienda natural?
Como una pareja de horneros que aprovecha el barro para construir un nido que soporte vientos y lluvias fuertes o el calor del sol, el uso de muchos elementos de la naturaleza como la tierra cruda y la paja permiten crear casas económicas, resistentes y térmicas. Los albañiles especializados analizan cuál es la inversión inicial y qué cosas hay que tener en cuenta para emprender la bioconstrucción de una vivienda natural.
“El valor de una obra de construcción natural varía de acuerdo a si es autoconstrucción o se decide contratar a un constructor”, considera Marcelo Scatizza, albañil especializado en bioconstrucción. “Entre contratar el servicio de construcción para una vivienda tradicional y una en barro los costos rondan en los mismos valores”, agrega.
Pero ¿Por qué los valores finales de las obras pueden llegar a ser prácticamente iguales? La explicación es la especialización de la mano de obra. “En una construcción con barro podés conseguir los materiales por menos costo que los elementos en un corralón”, pero “lleva más trabajo la preparación de las mezclas, en cambio en la construcción industrializada viene el camión del corralón y listo”, dice Marcelo.
La palabra de los albañiles
Antonio José Abba es un albañil que vive en Plottier y coincide en que se requiere tener muchos más conocimientos, a los que se agrega nociones de diseño. “Los materiales son más baratos porque no usás cemento ni metales, y es más sustentable porque podés reciclar e invadís menos el medio en el sentido que usás menos productos químicos”, dice.
Antonio señala que el correcto diseño va a permitir que la casa tenga menor costo que el cemento. Por ejemplo, los techos de las construcciones en barro necesitan aleros porque funcionan como paraguas protegiendo a las paredes de las lluvias. Además indica que pueden hacerse como techo vivo, un sistema que dice que es “mucho más barato que un techo de chapa, y se hace con tierra sobre el entablonado, nylon, y permite que crezcan plantas de la zona”.
Por su parte, Tomás Retamal, constructor que vive en China Muerta, dice cómo hacer una casa con cero costo de materiales usando la arcilla de la barda y la tierra o arena del terreno. “La construcción natural más económica es COB o modelado directo, un tipo de construcción que no necesita estructura. Puede ser encadenado o columna con la técnica del hornerito: Se hace por día levantando 50 0 60 cm de pared empezando por ejemplo con un ancho de 50 y terminando en 30. En lo único que invertís es en las aberturas” sintetiza.
Ahora, si estás pensando en contratar a un constructor en barro y pedís un diseño con geometrías, el costo puede elevarse al doble de caro. “Se complejiza, lleva mucho más tiempo y una creatividad a full, más si es un techo recíproco, simétrico, entonces el metro cuadrado sale 300 dólares y no es negociable, porque pasa de ser una casa a una obra de arte”, dice Tomás.
Aprender a construir en barro
“Como el barro permite la autoconstrucción, cualquier persona puede aprender a construir una casa”, dice Marcelo quien además es profesor del taller de construcción en barro que funciona en la chacra municipal de Centenario. Su grupo de alumnos son vecinos que buscan aprender técnicas para hacer una ampliación en su casa o para tener una salida laboral.
“Así como existe un prejuicio con las casas de barro, hay quienes quieren meterse en el mundo de la autoconstrucción y yo lo noto en el curso que hay como una necesidad de volver a la tierra, de tocar y jugar con la tierra que todos lo hemos hecho de chicos”, señala Marcelo y agrega que no hay diferencia entre las señoras, los adultos y los más chicos, todos eligen no ponerse los guantes y “abrazar la arcilla”.
Como en otras localidades de la región, en Centenario aún se está trabajando en una ordenanza que regule las construcciones en barro. Por eso algunas paredes de la matera o espacio común que están construyendo serán terminadas con un vidrio para que posibilite ver y saber de qué se trata a quienes están encargados de aprobar una reglamentación. De todas maneras, Marcelo aclara: “como todavía no hay aprobación de una ordenanza, entonces hago la cimentación de manera tradicional con piedra y encadenado con hormigón armado, por más que yo quisiera aplicar otro tipo de base”.
Aprender a trabajar en equipo es uno de los objetivos del taller de construcción en barro: “Se puede empezar por una ampliación e invitar a gente amiga a hacerla, es decir el armado de mingas o grupos de trabajo”, dice Marcelo. Pero además de enseñar técnicas, les explica de qué manera se puede aprovechar los recursos en la zona del valle y generar un ahorro económico para las familias que eligen realizar una vivienda de adobe.
“Acá tenemos recursos óptimos: mucha madera de álamo, abundancia de pino y en cuanto a los áridos hay arcilla, arena, paja de todos los tipos y mucha producción de fardos de distintos tipos de cereales”, dice. Además, otra ventaja de las casas de barro está en la eficiencia energética que se traduce en habitar una vivienda con menor gasto en luz y gas.
“A la larga vivir en una casa de barro tiene un ahorro energético enorme que amortiza el costo de construcción porque la bioconstrucción piensa en las aislaciones, en una calefacción eficiente”, asegura Marcelo. Por eso, en el taller también enseña a construir un horno de barro y una cocina. “Calienta muy rápidamente con poca poca leña con ramas finas en 10 minutos lo prendiste y ya podés meter la comida para cocinar y levantar hasta 300 grados”.
Camino de barro
“Acá tenemos de todo para construir casas” asegura Marcelo Scatizza en su terreno ubicado en la pequeña comunidad de El Arroyón entre el Lago Pellegrini y la localidad rionegrina de Contralmirante Cordero. Allí junto con su esposa llegaron hace doce años y lograron transformar una hectárea arcillosa en una granja agroecológica que llamaron Puesto Calma.
Entre la producción de quesos, los cultivos de frutales y verduras, cosechan ajos chilotes los cuales aprendieron a producir cuando vivieron en Corcovado, provincia de Chubut, por el 2002. Además de ser reconocida por la comercialización de los ajos “elefantes”, la pareja impulsó la Asociación Camino Verde en la que unas 15 familias se organizan de manera comunitaria para propiciar el trabajo comunitario en pos de cuidar los ecosistemas naturales.
Marcelo señala el terreno en frente a su casa y dice: “Ahora la laguna está seca y aprovecho a cosechar totora que después uso para hacer techos o las paredes de una habitación. También he llenado varias carretillas con carpas para realizar un compost especial que levanta temperaturas de hasta 60 grados”. De esa manera, explica que juntando los pescados no solo evitó que cuando la laguna se llene el agua se contamine, sino que generó otro abono para nutrir la tierra y mejorar la cosecha.
Otra de las tareas que impulsan en la comunidad es el mantenimiento de los canales de riego que hicieron los viejos pobladores de la zona a mediados del siglo pasado. Con ese trabajo, Marcelo dice que pueden aprovechar otro recurso: las raíces de los sauces que copan todas las superficies del canal. “Hay que ir con la pala y sacarlo pero también yo los aprovecho porque las champas sirven como ladrillos para los techos vivos” dice.
Pero no todos los vecinos comparten este tipo de vida que requiere más tiempo y compromiso con el medioambiente. Incluso la experiencia laboral de Marcelo no siempre estuvo ligada a la tierra. Por el contrario, se dedicó a trabajar en el taller de hidráulica de su papá, uno de los más importantes de la región con 30 años de trayectoria.
El disparador para realizar un camino en la construcción en barro le llegó en 2004 a través de un taller con el reconocido albañil e investigador Jorge Belanko, que presentaba su película El barro, las manos, la casa. “Eso fue en El Chocón y a la semana hicimos un hexágono con distintas técnicas en Beltrán, el primer municipio con una habilitación para construir con tierra cruda”, recuerda. Lo importante fue la experiencia de hacer la mezcla y darle forma, a partir de ahí se le abrieron un mundo de posibilidades.
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