Desde el drone, la increíble carrera entre una yegua y una moto en el norte neuquino

Bajo un cielo completamente despejado y con el majestuoso cerro Naunauco como testigo, Taquimilán vivió este sábado uno de los momentos más sorprendentes y comentados de su historia reciente: una competencia insólita entre una yegua y una moto, que fue registrada en su totalidad por un drone y podrá ser revivida desde el aire.

La singular carrera fue el evento estelar de los festejos por los 56 años de vida institucional del pequeño pueblo neuquino, que celebró con tradición, destreza y creatividad a flor de piel. El desafío, que causó curiosidad desde que fue anunciado, enfrentó a Custodio Jara y su yegua “La Preciosa” contra Exequiel Aravena en una moto Brava de 150 cc.

Ambos competidores son vecinos del paraje Trailathue, a 25 kilómetros de Taquimilán, y fue en ese mismo lugar donde surgió la idea de poner a prueba, frente a un público masivo, la habilidad de sus particulares monturas. Presentaron la propuesta a los organizadores de la fiesta y no solo fue aceptada con entusiasmo, sino que se instituyó un premio de 100.000 pesos para quien resultara vencedor.

TAQUIMILÁN- CARRERA- YEGUA-MOTO-3

El escenario fue el predio gaucho local, colmado de vecinos, familias y visitantes de zonas aledañas. Luego del desfile tradicionalista y de un vibrante pericón ejecutado por adultos mayores, llegó el turno de las destrezas criollas. En ese contexto, se disputó primero la carrera de tambores, una prueba clásica que combina velocidad y agilidad en la que hombres, mujeres y niños mostraron su destreza a caballo. Sin embargo, todas las miradas estaban puestas en el inédito cierre de jornada: la competencia entre animal y máquina.

La increíble y original carrera de destreza

El disparo de largada fue reemplazado por una señal criolla: un rebenque que descendió desde el aire marcó el inicio de la carrera. El terreno, ligeramente blando por el paso de los caballos durante la jornada, representó una dificultad extra para la moto. Mientras tanto, “La Preciosa”, una yegua de 12 años entrenada desde los tres para este tipo de maniobras, recorrió el trazado con una ventaja visible, girando entre los tambores con precisión.

La ovación fue inmediata. Custodio Jara se alzó con la victoria, mientras Exequiel Aravena, sonriente, reconocía la superioridad de su contrincante. Ambos coincidieron en que lo importante fue regalar al pueblo un momento distinto, emocionante, que rompiera con lo habitual y quedara en la memoria colectiva. La prueba fue todo un éxito, y según aseguraron, están dispuestos a repetirla en próximas ediciones o donde los inviten.

Gracias al trabajo de registro aéreo, el espectáculo completo podrá revivirse en imágenes únicas. El vuelo del dron captó la magnitud del predio, la distribución de los tambores, el entusiasmo del público desde las tribunas y los desplazamientos de ambos competidores. Se trata de una producción que no solo documenta el evento, sino que eleva su impacto al mostrarlo desde una perspectiva privilegiada.

El pueblo encantado volvió a demostrar que, con ingenio y compromiso, es posible construir momentos únicos. Y esta vez, con el ojo del dron como testigo silencioso, la historia de Taquimilán se proyecta desde el cielo.