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Don José Búffolo y su hijo Hugo, constructores de la ciudad neuquina

Recordamos a don pioneros de la construcción de inicios de siglo XX. Hugo, además, fue concejal ad honorem por su amor a la ciudad.

A través de la reconstrucción de las historias locales, de la edificación de sus monumentos, de sus edificios, podemos vislumbrar la historia ya que ellos son testigos de un pasado no muy lejano. La historia oral y sus virtudes nos permitió contactarnos con descendientes de la familia.

La historia se inició con don José Búffolo, inmigrante italiano de Trieste, radicado en Neuquén en 1926, y su hijo Hugo Víctor, nacido en ese mismo año, que se dedicaron a la construcción de viviendas y edificios públicos. El abuelo paterno había nacido en la República de Italia en 1899 y emigrado a nuestro país en 1924. Se radicó en la ciudad cordobesa de Río Cuarto, donde conoció a su futura esposa, Petronila Pascualina Grosso, también italiana, con la que contrajo matrimonio al año siguiente. En 1926 tuvieron a su único hijo: fue cuando se radicaron en la ciudad de Neuquén.

José era constructor y su hijo, además, era proyectista y director de obra. En la década del 50 estuvieron en la construcción de la catedral, del antiguo edificio de la Biblioteca Alberdi, del edificio de la gobernación, del inmueble original de la Cooperativa CALF, de la casa del escribano Salcedo- un chalet estilo Tudor en Avenida Argentina a metros del Palacio Municipal, que es hoy la Galería Paseo del Alto-, varias bóvedas y tumbas en el Cementerio Central.

También dejaron su sello en el interior de la provincia, donde realizaron escuelas en lugares tan alejados como algunos parajes de Bajada del Agrio, entre otras tantas. Innumerables anécdotas protagonizó este italiano en este territorio: era conocido del gobernador Pilotto, de los hermanos Chicho y Purrete Rosa, de don Amaranto Suárez, entre muchas otras personas del pasado neuquino. Era un verdadero anfitrión, organizaba parrilladas y convidaba para degustación el vino elaborado por sus propias manos, solía cantar en su “cocoliche” letras de temas folclóricos.

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José Buffolo y esposa. Fuente: archivo familia Buffolo.

José Buffolo y esposa. Fuente: archivo familia Buffolo.

Hugo Víctor se casó con Yolanda Dominga Pavani, maestra, que desarrolló su labor en las escuelas Nº 125, Nº 61 y Nº 121, donde formó a muchos alumnos que la recuerdan con afecto. Era soprano y su pasión por la música —sobre todo el piano— hizo que se incorporara al Coro Confluencia y a otros. Yolanda y Hugo tuvieron cinco hijos: Marta Graciela del Valle y María Cristina, arquitectas, Eduardo Daniel, veterinario y médico, y Laura Cecilia y Claudia Beatriz, profesoras de nivel inicial.

Hugo Víctor continuó la labor de su padre: realizó escuelas en el interior de la provincia y viviendas particulares en esta ciudad.

La construcción de un legado

Hugo fue concejal ad honorem durante la gestión del Primer Concejo Municipal del Intendente Víctor García en 1958 y cuyo presidente fue Alberto Domínguez cuando Neuquén inauguraba su camino provincial. Esto reafirmó su compromiso como ciudadano y vecino de la ciudad que lo vio nacer. Se ocupó del estado de las calles, de la compañía la Nueva España, la misma que Casimiro Gómez creó para vender los lotes a los primeros pobladores: compró doce mil hectáreas a los liquidadores de esa firma, se preocupó por el matadero municipal, participó en el diseño de la plaza Güemes, entre otras cosas. Fue un gran militante de la Unión Cívica Radical del Pueblo, sin claudicar en sus convicciones.

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Don José Buffolo. Fuente: archivo familia Buffolo.

Don José Buffolo. Fuente: archivo familia Buffolo.

En los cien años de la capitalidad fue agasajado por la intendencia por haber sido de los primeros concejales de Neuquén Provincia.

Nuestro homenaje a hombres pioneros que vieron forjar la ciudad neuquina y que contribuyeron a su engrandecimiento, conocimos a Hugo que habitó con su familia en la casa de la esquina de Tucumán y Alberdi que diseñara y construyera. Sus edificaciones se hacían con esa argamasa férrea de un Neuquén que, de pequeño poblado, se erigió en una fecunda capital de la Norpatagonia, asiento de todos los hombres y mujeres pioneros que la vinieron habitar.

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