Las familias se turnan en los autos debido a que ya casi no hay empresas de transporte escolar en la ciudad. Suma el aumento de las cuotas en los colegios.
El transporte escolar agoniza en la ciudad de Neuquén y la región, por la suma de varios factores, incluido el servicio a Vaca Muerta. Así, son los padres y madres los que tienen que organizarse para hacer “carpool escolar” y llevar a los hijos hasta la puerta del colegio.
“Las familias no pueden organizarse muy fácil así que nos turnamos en llevar a los chicos. Después repartimos gastos de combustible, pero a veces no. No es sólo el dinero sino el tiempo”, explicó Sofía, una mamá que se organiza con otras dos familias para llevar a sus hijos a un colegio de Cipolletti.
Lo que sucede es una calco de la crisis, pero sobre todo de los tiempos para llegar al colegio, la logística y costos. Poner un transporte ya no es rentable y la mayoría de las traffics están alquiladas al servicio de Vaca Muerta y los petroleros.
Ante esa demanda, desde hace unos años se consolidó el “carpool escolar”, que no es otra cosa que los mismos padres y madres oficien de choferes de sus hijos y compañeritos de colegio.
Otra madre explicó a este diario que no se trata solo del dinero sino de “organización familiar”. “Los chicos tienen contraturnos o se enferman y no resuelve el transporte”, dijo.
El fenómeno no es novedad pero se agravó con la crisis económica y el aumento de las cuotas de los colegios privados, que oscila entre $70.000 y $130.000, dependiendo si es bilingüe o la modalidad.
Un servicio de combi hasta el colegio cuesta entre $25.000 y $35.000 por alumno y la suma al carrito de gastos para una familia comienza a hacerse cuesta arriba en estos meses de inflación.
El dato fuerte también se mezcla con la baja cantidad de transportes escolares (identificados con la línea naranja) que hay en la ciudad, después de la pandemia.
De acuerdo a los datos que pudo obtener LMNeuquén, antes de la pandemia había 45 vehículos habilitados para servicio de transporte escolar. Actualmente, ese número bajó a 14 vehículos, que pertenecen a 8 empresas o dueños. Es decir, el negocio se redujo a un puñado de compañías que logran hacer frente a esos costos.
Marcelo Ojunian tuvo un transporte escolar -Transporte Sur- y por los costos tuvo que dar de baja el servicio luego de 30 años de actividad.
“Sostener un vehículo es muy alto y es una actividad de nueve meses y los gastos son todo el año. En un momento el transporte escolar fue un servicio, después una necesidad y volvió a ser un servicio. ¿Qué padre de familia puede absorber hoy este transporte con el costo de vida que hay en Neuquén?”, se preguntó en diálogo con este diario.
Un negocio rentable sólo para Vaca Muerta
La cantidad de vehículos habilitados para transporte escolar cayó drásticamente en la ciudad de Neuquén. De los 45 que había antes de la pandemia, hoy sólo quedan 14 y pertenecen a 8 empresas que monopolizan un servicio, cada vez más complicado de prestar. La caída representa más del 70% de los vehículos que se dedicaban a ese rubro en la capital.
Carlos, de Transporte Nacar, dijo que antes de la pandemia ya había cerrado el servicio de escolares, precisamente porque no daban los costos y que la nueva rentabilidad está en el turismo y el transporte de petroleros a Vaca Muerta, que es el nuevo nicho provincial.
La ecuación es simple. Llevar a escolares es toda una responsabilidad, una actividad “muy noble”, como la describen, pero la rentabilidad está muy por debajo de la esperada por tamaña empresa.
Las empresas petroleras tienen contratos más onerosos y, además, la flota de vehículos puede ser renovada con más facilidad que la de los escolares.
De acuerdo a la información que consiguió LMNeuquén, de los 14 transportes habilitados, la mayoría tiene más de 7 años de antigüedad. Hay modelos 2008 de furgones, 2010 y el más nuevo es de 2019.
Los dueños de las empresas que dejaron de prestar servicios de escolares en la ciudad sostuvieron que la garantía de tener un contrato con una prestadora de servicios para Vaca Muerta, no tiene precio. Genera no sólo trabajo y posibilidad de renovar flotas, sino garantía de trabajo por años.
“Pagan siempre y en tiempo y forma, no tenés problemas se que se bajan, de reclamo. El transporte escolar es muy noble, pero hoy tiene que ser un servicio que se pueda prestar con rentabilidad”, indicó otro transportista.
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