La desaparición del nene de Corrientes sigue sin resolverse. Los medios nacionales dedican horas y horas de su programación. ¿Por qué genera tanto impacto?
Hace tiempo que un caso policial no generaba tanta atracción y mantenía en vilo a todo un país como el Caso Loan, el nene desaparecido en la provincia de Corrientes hace 18 días mientras compartía un almuerzo con su familia. La incertidumbre, la curiosidad y el morbo volvieron a mezclarse en los medios.
El tema tuvo tanto impacto en la opinión pública como en otras épocas lo tuvieron otras historias resonantes que llenaron horas y horas de radio y televisión y páginas de diarios hasta que finalmente ocurrió el desenlace, como siempre, dramático y cargado de dolor.
El femicidio de Cecilia Strzyzowski, más acá en el tiempo, el crimen de Fernando Báez Sosa, el de Ángeles Rawson, el de Nora Dalmazo y el de María Marta García Belsunce, por citar algunos, fueron la mejor materia prima de los medios de comunicación que no dudaron en cargar de morbo imágenes y comentarios durante las interminables coberturas que tuvieron cada uno de los casos.
El de Loan no podía quedar afuera. La desaparición de un nene de 5 años, que vivía en el seno de una familia pobre en un pueblito correntino y la posibilidad de que hubiera sido víctima de una red de trata o pedofilia puso una vez más en marcha la maquinaria del vale todo, especialmente en los canales de televisión. La incertidumbre que hay porque todavía no aparece y los sospechosos comportamientos de algunos allegados a la víctima no hicieron otra cosa que magnificar la dramática historia.
¿Por qué el Caso Loan genera tanta atención y alimenta el morbo?
La Real Academia Española describe al morbo “como atractivo de lo turbio, prohibido o escabroso”. Es el deseo de ver, sentir, oír, oler o interactuar de alguna manera con lo que se cataloga como censurado o proscrito, aun cuando los contenidos pasen los límites del buen gusto y el decoro. Aun cuando se descubra el espanto y el horror.
Y la historia del nene correntino reúne todas características ideales para alimentar el hambre del morbo porque además cualquiera de los desenlaces posibles saciará con creces esa curiosa necesidad que siempre está latente, pero que cada tanto (y últimamente con más frecuencia) se despierta de manera brutal. ¿Lo mataron y lo enterraron? ¿Lo vendieron como esclavo? ¿Lo entregaron a una red internacional de pedófilos? Todas las respuestas serán bienvenidas.
¿Cuáles son los límites? Desgraciadamente no los hay. A medida que la los medios y las redes sociales se retroalimentan cada día con más intensidad la puja por dar la noticia más impactante o la hipótesis más terrible (aunque parezca inverosímil y a veces falsa) permitirá que el morbo siga creciendo hasta lo inimaginable.
En un mercado saturado de opciones de entretenimiento, todos los programas de televisión (hasta los más serios o que se dedican habitualmente a los temas netamente políticos) buscarán destacar y captar la atención del espectador a través de contenido impactante y provocador.
Y lo harán a costa de lo que sea. Aunque se violen todos los límites de la intimidad de las personas. Aunque se sobrepasen una y otra vez las barreras del buen gusto.
Te puede interesar...
Dejá tu comentario