Alberto Funes sufrió un grave accidente en 2019. Hubo cadenas de oración por su recuperación. Es fiel creyente de la Virgen de Lujan. Su historia.
La resiliencia y el transcurrir del tiempo muchas veces curan las heridas del alma. Las físicas las va resolviendo la medicina con su proceso. También hay que tener en cuenta que en algún momento de la vida en específico que prácticamente se vuelve a nacer de nuevo, que hay una segunda oportunidad de seguir en este plano terrenal haciendo y desarrollando lo que tanto apasiona.
Así le sucedió a Alberto Funes, de 39 años, nacido y criado en Mariano Moreno y al que todos cariñosamente llaman “Beto” o “Betito”. El viernes 18 de octubre de 2019 no fue un día cualquiera en su existencia.
Esa jornada de trabajo quedó y quedará para siempre en su memoria. Ese día se sintió morir y sin saberlo se aferró a la vida con todas sus fuerzas. Detrás de él todo un pueblo pidió por su sanación.
EPEN: un antes y un después en su vida
Como parte de una cuadrilla de trabajo del servicio EPEN de Mariano Moreno, estaba cumpliendo tareas laborales sobre un transformador sobre la calle 25 de Mayo de esta localidad, y a escasos metros de las instalaciones del Balneario Municipal. Allí justamente en el escenario principal se realizaría la presentación del famoso folklorista “Chaqueño” Palavecino y se requería ampliar la capacidad eléctrica del lugar.
Era la media tarde y de pronto todo fue un caos y desesperación, el “Beto” sufrió una feroz descarga eléctrica que lo dejó tendido sobre la barquilla de la grúa. Rápidamente sus compañeros lo asistieron y se montó un operativo entre los bomberos voluntarios y personal del Hospital Carlos Burdes.
Fue una tarde en la que la comunidad se vio conmocionada por el acontecimiento y todos se pusieron en oración para pedir por la vida y la salud de este querido operario de la empresa estatal provincial.
En diálogo con LMNeuquén, “Beto” Funes entre lágrimas de emoción aseguró que “ese accidente marcó un antes y un después en mi vida”. Al respecto contó que “del accidente mucho no me acuerdo. Sé que estaba trabajando sobre un transformador de 13,2 kw. Justo era el aniversario del pueblo. Lo cual ese viernes tenía que quedar terminado eso porque venía el “Chaqueño”.
Más adelante dijo: “lo único que me acuerdo bien es haber escuchado a una enfermera del hospital de Moreno decirle al chofer de la ambulancia que se apurara. Ya después no me acuerdo de nada más. Y cuando me desperté pensé que estaba en Zapala y resulta que ya estaba en Neuquén. Fue difícil estar internado y no poder hablar porque estaba con las vías aéreas quemadas”.
Beto Funes tuvo palabras de agradecimiento para con su hermana "Jova" y su primo Nicolás Funes, quienes estuvieron al “pie del cañón” en los momentos más críticos de su situación médica y en aquellos momentos en que el milagro de su increíble recuperación había sucedido en tan solo dos meses.
“Cuando estaba internado lo único que pedía era que quería ver a mi mamá y a mi hija Danai, era lo que más pedía”, relató entre lágrimas.
En un lapso de dos meses estuvo en terapia, terapia intermedia y sala común. Esto lo permitió estar en más contacto con su familia y con la gente del pueblo que lo iba a visitar.
“Lo más lindo fue cuando me sacaron todos los aparatos y podía hablar y lloraba de alegría y ver a mi hermana entrar a la habitación y haberle dicho 'hola Jova' después de tanto tiempo fue emocionante y ver a mi mamá, a mis hermanas y abrazar a mi hija fue un momento impagable”, recordó a cinco años de aquel día que marcó su vida.
También agradeció a todos sus compañeros de trabajo y del EPEN. Párrafo aparte de reconocimiento guardó para toda su amplia familia y para todos los vecinos del pueblo que organizaron una recepción en el acceso principal a Mariano Moreno y luego coronaron su recibimiento con una caravana que recorrió las principales calles y culminó frente a la plaza Combate de San Lorenzo.
“Volver al pueblo y ver cómo me esperaron con una caravana fue un mimo muy grande. Esa fue la fuerza más grande que me dio volver a Mariano Moreno y estar entre mi gente, con mi mamá, con mi familia, con mis vecinos y con mis amigos”, señaló Beto Funes.
Volver a trabajar después de la descarga
Dijo además “creo que volví a nacer y agradezco a Dios lo rápido que pude volver a caminar porque llegué en sillas de ruedas y la recuperación general fue admirable y después volver a trabajar fue increíble”.
“Después del accidente del año 2019 le doy gracias a Dios y a la Virgen de Luján, de la cual soy devoto junto a mi familia por darme otra oportunidad de vida y por permitirme trabajar de nuevo en lo que tanto me gusta”, mencionó. Es así que milagrosamente
“Beto” volvió formalmente a trabajar en los primeros días del mes de febrero del año 2021. A partir de ese momento ya con otro destino laboral. Ocupa desde entonces un lugar en la cuadrilla de Obras y Mantenimiento de la Regional del Oeste con asiento en la localidad de Las Lajas, donde también reside en la actualidad.
“Yo soy operario. Manejo grúas y hago tareas generales como las que hacía en Mariano Moreno antes del accidente. Me muevo por las localidades de Aluminé, Villa Pehuenia, Moquehue, Loncopué, El Huecú, El Cholar, Las Lajas, Bajada del Agrio y mi querido pueblo de Mariano Moreno. Siempre es lindo volver a trabajar a mi pueblo y ver y sentir con el cariño que me atiende la gente”, indicó.
“Beto” lleva en su sangre los genes de una leyenda del pueblo, Osvaldo “Calipo” Funes, quien fue el “primer intendente del pueblo” y además fue un destacado trabajador del EPEN. “Siempre lo recuerdo con mucho amor a mi padre. Fue un ejemplo para nosotros. Cuando el falleció, el EPEN me dio la oportunidad de seguir sus pasos dentro de la institución”, cerró conmovido.
Te puede interesar...
Lo más leído
Dejá tu comentario