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Extrañas semillas e ilusiones ópticas: ¿por qué se acercan los choiques a la ruta?

Las aves caminan en busca de agua y comida, lo que ocasiona un riesgo para la seguridad de los conductores. ¿Qué encuentran en el asfalto?

La intensa sequía de la región provocó, entre otros fenómenos, la presencia cada vez más habitual de choiques en las cercanías de la ruta 22. Además de representar un factor de riesgo para los conductores que podrían atropellarlos, la presencia de estas aves despertó la curiosidad de cientos de automovilistas. La respuesta parece estar en una semilla similar a la del garbanzo y una ilusión óptica del propio asfalto.

En diálogo con LMN, José Catalán, director regional del cuerpo de guardafaunas zona centro, contó que desde noviembre pasado - a causa de la sequía que sufre la región- comenzó a ser habitual que los choiques se acerquen a la ruta, en especial en el tramo de la RN22 que une Cutral Co con Zapala. Es que estas aves de gran tamaño se acercan a la cinta asfáltica al buscar agua y comida, algo que encuentran a medias.

Por la extrema sequía, los choiques ya no hallan alimento en su hábitat más frecuente. Por eso, se acercan hasta la traza de la ruta para tratar de encontrar agua y comida. Sin embargo, el especialista aclaró que no encuentran agua en las cercanías de la 22: por el contrario, llegan atraídos por una ilusión óptica que se genera con el reflejo del sol sobre el pavimento, y que parece marcar la presencia de agua sobre la calzada.

La visión de agua sobre la ruta no es exclusiva de estos animales. Este fenómeno también es percibido por el ojo humano, y se trata de una ilusión óptica que se da en los días más calurosos, cuando el asfalto recibe los rayos del sol y se calienta más que la atmósfera. Si una parte del aire cambia de densidad, se producen variaciones en el índice de refracción de las distintas capas de aire y la luz se curva. Con el calor, las capas más cercanas al suelo son más densas, y la luz azul que viene del cielo parece venir también del suelo, lo que genera la ilusión de que hay un charco de agua sobre la calzada.

Ese oasis ilusorio no logra calmarles la sed a los choiques, pero las banquinas de la ruta sí ofrece algo que puede saciar su apetito. El guardafaunas aseguró que se notó la presencia de una extraña semilla, que tiene similitud con los garbanzos, y que sirve de alimento para las aves.

"Lo mandamos a analizar, no sabemos si pertenece a una planta o arbusto nativo o si es exótica que cayó de algún camión que pasó, por ejemplo", dijo Catalán y agregó: "Cae mucho sobre la banquina. Nosotros que estamos trabajando en la zona por esta cuestión y que venimos caminando los campos, no vemos esta semilla allí. Por eso es que los choiques cruzan los alambrados, se acercan a la ruta y empiezan a comer ahí tranquilos. Desde el verano a ahora, ya se acostumbraron el ruido de los vehículos, a la presencia de humanos".

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Los choiques se instalan a la vera de la ruta 22

Los choiques se instalan a la vera de la ruta 22

¿Qué son los choiques?

También conocidos como ñandú patagónico, los choiques son aves no voladoras de gran tamaño que viven exclusivamente en América del Sur. Pueden pesar hasta 28 kilos y miden unos 100 centímetros, entre la punta del pico y la punta de la cola. Se alimentan sobre todo de arbustos de las zonas áridas que habitan, aunque suelen complementar su dieta con pequeños insectos.

Si bien son animales que pueden resultar simpáticos para los transeúntes, los guardafaunas aconsejan sólo tomarles fotos y no darles de comer, ya que alimentarlos con productos exóticos implica un riesgo para el equilibrio del ecosistema. "Si les dan de comer, se van a acostumbrar más a estar ahí y a las personas; y ahí corren más riesgo por los cazadores furtivos que los van a encontrar más mansitos", planteó el especialista. A su vez, se aconseja tener mucha precaución en las zonas de ruta porque su calor grisáceo, que es idéntico para machos y hembras, se camufla muy bien con el paisaje.

"Los choiques comen raíces y semillas, todo vegetal", precisó Catalán, al tiempo que señaló que es difícil encontrar a este tipo de aves a la vera de la ruta de noche ya que su actividad es diurna. "Cuando sale el sol empiezan a caminar buscando agua y comida. Cuando cae el sol buscan su nido para volverse a echar, hasta el otro día"

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