El 9 de diciembre de 1962 se firmó el anteproyecto para la obra que comenzó en 1968 y terminó se extendería hasta 1977. Fue un punto de inflexión para Neuquén.
Hace 62 años comenzaba a materializarse una iniciativa de la que se venía hablando hace décadas en Neuquén y el resto del país: La construcción de la represa El Chocón, considerada en aquel entonces la “obra del siglo” que generaría un punto de inflexión en la historia de la energía.
Fue el 9 de diciembre de 1962 cuando dos empresas internacionales (Italconsult y Sofrelec) firmaron el estudio del anteproyecto para levantar la enorme presa sobre el río Limay, según recuerda el licenciado Ricardo Koon en su libro de efemérides sobre historia neuquina.
La idea de una obra para el aprovechamiento de los recursos naturales había sido gestada a principios del siglo pasado cuando el Neuquén era un territorio perdido y olvidado en el mapa de la Argentina.
La primera investigación para poner la lupa sobre el potencial energético que tenía el Limay fue encargada en 1911 por el ministro de Obras Públicas Exequiel Ramos Mexía al geólogo norteamericano Bailey Willis, quien dirigió la Comisión de Estudios Hidrológicos entre 1911 y 1914, bajo la presidencia de José Figueroa Alcorta.
El proyecto de la represa y las idas y vueltas
Si bien aquel proyecto ya hablaba de la necesidad de construir represas para el aprovechar el curso de agua de los ríos, el lugar que se había elegido no era el que ocupa hoy El Chocón, sino uno en la naciente del Limay, con el objetivo de generar un amplio desarrollo de la región en la zona cordillerana de la mano del ferrocarril. Sin embargo, aquel proyecto fue desestimado.
La idea de construir represas volvió a nacer a mediados de la década del 40 bajo el gobierno de Juan Domingo Perón, pero el golpe de Estado del 55 volvió a frustrar la iniciativa.
Fue recién a principios de los 60 cuando el proyecto finalmente comenzó a dar los primeros pasos de un largo recorrido que terminó en 1977 cuando habilitó el último generador.
La historia del Chocón encierra mil números y variables como tantas historias dentro de la gran historia (algunas hermosas y otras difíciles y trágicas).
La del Chocón fue la primera de cinco represas que se construyeron sobre el río Limay. El embalse lleva el nombre de Exequiel Ramos Mexía, en honor al funcionario que se interesó por primera vez en este mega proyecto.
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