En la provincia de Neuquén, el primer caso se confirmaría apenas dos semanas después, el 19 de marzo. A partir de ese momento se encendieron todas las alertas y comenzaría un gran drama.
Hace nada más que cuatro años, las autoridades de Salud de Argentina confirmaban el primer caso de COVID 19 en el país. Se trataba de una noticia impactante, teniendo en cuenta lo que estaba ocurriendo en Europa en ese entonces. Pocos días después, la peste llegaría a Neuquén.
El gobierno informó que aquel primer caso había sido un hombre de 43 años que había estado entre 19 al 21 de febrero en Milán y entre 22 y 29 del mismo mes en otras ciudades de Italia y España e ingresó al país el domingo primero de marzo, fecha en la que realizó la consulta médica al presentar fiebre, tos y dolor de garganta.
A partir de ese momento se encendieron las señales de alarma. La cuarentena que se había decretado en forma provisoria se convertiría en una pesadilla. Neuquén, como el resto de las ciudades del mundo también quedaría en jaque.
Hasta el momento en Neuquén se había confirmado la internación de tres casos positivos de coronavirus, pero todos eran pacientes provenientes de la provincia de Río Negro. Un matrimonio y un médico, todos oriundos de Cipolletti.
¿Cuánto se tardaría en que los contagios comenzaran en multiplicarse? Nada.
El 19 de marzo se confirmó el primer caso de un neuquino. Desde la declaración de la emergencia sanitaria, Neuquén sería la octava provincia que confirma un caso positivo. Ese mismo día, a la lista que incluía pacientes enfermos, se había sumado Tucumán. La mayor cantidad de casos se registraban en CABA, Buenos Aires, Córdoba y Chaco.
El paso del tiempo confirmó lo que todo el mundo temía. La enfermedad se propagó por todo el territorio neuquino. Y la lista de muertos se fue ampliando de manera dramática.
Pasaron solo cuatro años aunque la efeméride parece lejana. Fue una pesadilla tan espantosa que la memoria colectiva todavía hace ingentes esfuerzos para olvidarla.
Una nueva variante del coronavirus pone en alerta a Europa
El coronavirus, que tantos trastornos causó entre 2020 y 2022 en todo el mundo, sigue vigente debido a las mutaciones de sus diferentes cepas.
En estos momentos el problema lo vuelve a tener Europa, ya que la Organización Mundial de la Salud (OMS) califico la variante JN.1 del virus como de interés “debido a su expansión en rápido aumento”.
A través de un comunicado, la entidad sanitaria advirtió que “con la llegada del invierno al hemisferio norte, JN.1 podría aumentar la carga de las infecciones respiratorias en muchos países”.
En un párrafo que intenta reducir el temor, sostiene que en base a los datos disponibles, “el riesgo para la salud pública global se evalúa como bajo en el momento actual”.
La JN.1 forma parte del linaje de variantes ómicron, que se caracterizan por una alta contagiosidad y un bajo riesgo de complicaciones graves si la persona está correctamente inmunizada.
El linaje ómicron se ha convertido en hegemónico a escala global y representa prácticamente el 100% de las muestras de SARS-CoV-2 - el virus que causa la covid- que se detectan.
La nueva variante está causando problemas en algunas regiones de Europa, combinados con estados gripales clásicos.
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