Javier Milei empuja con fuerza la agenda liberal
Luego de un resumen del estado de la Nación, el presidente ratificó su plan de ajuste y con aires de refundación, marcó una agenda política hasta mitad de año, donde los gobernadores estarán en el centro de la escena.
Frente a un Congreso nacional enfervorizado, Javier Milei presentó ante la asamblea legislativa y la clase política, pero sobre ante el pueblo argentino -en el horario prime time de las 21 horas- su primer discurso a cargo del Poder Ejecutivo para la inauguración de las sesiones ordinarias.
En su discurso, el Presidente describió un nuevo paquete de leyes, con una muy variada cantidad de temáticas relacionadas con la política, la economía, los regímenes laborales y de propiedad privada, entre tantos otros, como es de costumbre en Javier Milei.
Dentro de ese paquete de leyes, fue especialmente llamativa la propuesta que desarticular por completo la cúpula del poder sindical que monopoliza las agrupaciones de trabajadores desde hace más de 40 años en Argentina, obligando elecciones periódicas de manera obligatoria e impidiendo reelecciones indefinidas.
Entre todos los líderes sindicales, solo se ocupó de nombrar a Roberto Baradel, secretario general de SUTEBA, en un claro anticipo al paro de docentes que vendrá en pocos días, donde Milei seguramente se enfrentará a un contendiente mucho más poderoso que la CGT y que pondrá a prueba la cintura política del presidente de manera más rigurosa.
Para finalizar su discurso, Javier Milei convocó a todos los gobernadores, el próximo 25 de mayo en la provincia de Córdoba, a firmar un nuevo pacto institucional. Una especie de refundación nacional, en la que propone, con una visión federal, un espacio de cuasi diálogo, donde se pretenden discutir 10 puntos que van desde la coparticipación federal de impuestos, hasta una reforma previsional.
¿Se tomarán un fernet y harán las paces?
Nótese la palabra “cuasi”, antes diálogo, motivada por el hecho de que Milei, a cambio de su asistencia y colaboración en este nuevo pacto en Córdoba, junto con la resucitación de su ley de bases”, prometió a los gobernadores un alivio fiscal a las provincias que, en su gran mayoría, hoy se encuentran financieramente asfixiadas. Pareciera una combinación de látigo con un poco de zanahoria para arrear a los gobernadores que Milei tanto desprecia.
La fuerza del látigo y el tamaño de la zanahoria, determinarán, en última instancia, si Javier Milei convoca a los gobernadores a la provincia de Córdoba para negociar un nuevo pacto federal, o a firmar su rendición ante el poder central.
En pocas horas, los gobernadores de Córdoba, Chubut, Entre Ríos, Santa Fe, Tucumán, Chaco, Mendoza y el Alcalde de CABA, ya confirmaron su participación al convite cordobés. ¿Se tomarán un fernet y harán las paces?
Transcurridos poco más de 80 días de Gobierno, Javier Milei puso patas para arriba a la Nación Argentina. Desde el 10 de diciembre, impulsa un profundo cambio de paradigma respecto del rol del Estado, con algunas batallas políticas y económicas ganadas y otras tantas perdidas.
En menos de tres meses se terminó con la emisión monetaria indiscriminada, se eliminó tanto el déficit fiscal, como el déficit comercial, el BCRA sumó a sus reservas casi U$D 9.000, se renegociaron deudas con importadores y acreedores privados y hay confianza en los mercados de que la inflación detuvo su potente marcha y empezara a disminuir en los próximos meses.
Por otro lado, la pobreza se encuentra en la tristísima cifra de 60% de los argentinos, el poder adquisitivo promedio ha llegado a niveles irrisorios y el consumo cae a niveles alarmantes de recesión. Es decir, la tolerancia del pueblo tiene un límite que no se encuentra muy lejos: el hambre y la desesperación en algún momento se pueden transformar en violencia.
El León ruge por las redes
A nivel político, Milei se ha ocupado de pelearse pública y abiertamente con todos los legisladores, gobernadores y sindicalistas como le fue posible. Cuando declara frente a los micrófonos y las cámaras, el León Ruge. Cuando lo hace por Twitter muerde y lástima con crueldad, sin miramientos éticos o morales.
A pesar de sus malos hábitos “twitteros”, de estar enemistado con la gran mayoría del arco político, exceptuando a los libertarios y a los macristas claro está, y a pesar de haber impulsado el ajuste más severo de la historia de la nación argentina, Javier Milei posee, según los últimos sondeos de opinión, la aprobación de más del 45% de la población.
Este dato se justifica por el espantoso recuerdo de las anteriores gestiones y otro poco por la quirúrgica explicación que el nuevo presidente permanentemente ofrece, sobre el origen de los problemas económicos de argentina y las herramientas, que él considera útiles para resolverlo. Herramientas que en definitiva el tiempo dirá si eran las adecuadas para emplear o no.
Como sea, esta legitimidad popular casi intacta, le indica a Milei, que el límite antes mencionado aún no ha llegado, lo que le permite seguir marcando agenda - casi como un monólogo - como lo ha venido haciendo desde que comenzó su campaña política, incluso antes de ganar las PASO en el mes de agosto del 2023.
A Javier Milei se le puede cuestionar el alcance, la efectividad e incluso la legitimidad de sus propuestas, pero lo que no se puede cuestionar, es la voluntad y la ambición de cambio absolutamente innegociable del nuevo presidente.
De esta manera se abre otro capítulo de la apasionante novela protagonizada por Javier Milei, que, por el bien de todos, esperamos que tenga final feliz.
Apartando los lógicos deseos de éxito por encima de los de fracaso, nadie duda que, al menos por originalidad e impredecibilidad, el nuevo presidente asegura a los espectadores una interesante trama digna de ser seguida con detenimiento.
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