La decisión que tomó la Justicia tras la denuncia de la Municipalidad a una entidad bancaria
El incendio del galpón en el barrio Belgrano sigue sumando capítulos. Ahora, la Fiscalía debió intervenir para intentar resolver el conflicto originado en el predio.
El incendio del galpón en el barrio Belgrano sigue sumando capítulos y el conflicto no termina. La Municipalidad de Neuquén inició acciones legales contra el banco Galicia, propietario del galpón que se incendió y corre peligro de derrumbe, por lo que el Ministerio Público Fiscal (MPF) convocó a una mediación entre las partes.
El fiscal del caso Diego Azcárate remitió la denuncia presentada por el representante del Consejo de Seguridad Ciudadana de la Municipalidad de Neuquén, Marcelo Inaudi, a la Oficina de Mediación y Conciliación Penal del MPF, con el objetivo de que las partes involucradas puedan arribar a una solución al conflicto.
La denuncia fue presentada por la inacción de la entidad bancaria, ante el peligro de posibles derrumbes, que afecta a gran cantidad de vecinos de la zona, quienes tuvieron que evacuarse. El representante de la Municipalidad neuquina denunció que el Juzgado de Faltas de la ciudad de Neuquén intimó en varias oportunidades al banco dueño del predio y éste no tomó ninguna postura activa respecto al inminente peligro de derrumbe de uno de sus galpones.
El incendio se desató el pasado 25 de marzo en un galpón desocupado, ubicado en la calle Tierra del Fuego. El lugar permanecía abierto y fue tomado por varias personas en situación de calle. Desde entonces, el subsecretario de Protección Ciudadana, Francisco "Pancho" Baggio, había advertido que la entidad bancaria "no da la cara".
“Más allá de las acciones del Juzgado de Faltas, nosotros radicamos la denuncia ante el fiscal por esta actitud del gerente del banco de no cumplir con ninguna intimación. Él es el responsable y está desobedeciendo la orden de un funcionario público cosa que está penado por el artículo 239 del Código Penal”, explicó Inaudi, quien también solicitó al fiscal “que se estudie si esa conducta no queda alcanzada por las normas del artículo 187 y 189 del Código Penal, que es la del estrago que puede ocasionar un derrumbe”.
Entre los fundamentos que se expusieron y la preocupación planteada desde el Consejo de Seguridad, Inaudi manifestó que “todo quedó en un estado de fragilidad y con riesgo de derrumbe después del incendio. Esto es un peligro para los vecinos, para la Escuela N°207 que está al lado, para los transeúntes, para los vehículos que circulan por ahí”.
Consideró que la situación es aún más grave, porque “hay una antena gigantesca que está encima de la construcción de 50 metros de alto y de hierro que está tambaleando. Si llega a caer sobre la escuela o sobre cualquier vivienda ocasionaría graves pérdidas. Encima la antena tiene los tensores de sujeción absolutamente sueltos”.
La dura situación de los vecinos desalojados por el incendio en el galpón
Desde hace días, los vecinos que fueron evacuados por el peligro de derrumbe de uno de los paredones reclaman que todavía no se tomó ninguna medida para que puedan volver a vivir a sus hogares. Asimismo, la Escuela primaria 207, que también es lindante al depósito, no tiene clases por precaución.
Luego del hecho que consternó a todo el barrio, el área de Obras Particulares de la Municipalidad de Neuquén clausuró el galpón y pidió el desalojo de las viviendas de los vecinos que habitaban en los departamentos lindantes.
En declaraciones radiales, Ayelén, una de las vecinas, contó que nadie pudo ingresar a sus viviendas luego del incendio. "Directamente nos pusieron un vallado de cinta y no pudimos entrar. Cada uno de nosotros tuvimos que arreglarnos de alguna manera para irnos a algún lado. Yo por ejemplo me tuve que ir a mi lugar de trabajo, hablar con mi jefe e irme a dormir a la oficina", señaló.
También contó la situación del resto de su familia y los demás vecinos. "Mi hijo con mi nieta se tuvieron que contactar con un amigo y pedir alojamiento. Otra vecina que pertenece a una iglesia tuvo que pedir permiso e ir a pernoctar a la iglesia. Los 15 vecinos tuvimos que hacer lo mismo. Esa noche nos cerraron y nadie, absolutamente nadie, se acercó y nos dijo qué podíamos hacer. Directamente nos tuvimos que arreglar nosotros", aclaró.
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