La inmigración desde enero equivale al 20% del crecimiento anual de la población neuquina
Los extranjeros que se radicaron en la provincia en lo que va de 2024 representan el 0,4% del total de habitantes, con perspectivas de llegar al 0,7% hacia fin de año.
La inmigración aportó en lo que va de este año el equivalente al 18,5% del crecimiento poblacional promedio por año de Neuquén registrado entre los últimos dos censos (2010 - 2022). La población neuquina creció 29% en los doce años, a razón de 2,4% por año promedio. Fue la segunda con mayor incremento en el país, después de Tierra del Fuego.
El período entre censos fue atravesado por la irrupción del desarrollo de Vaca Muerta desde cero. Ahí reside uno de los factores materiales que explican por qué Neuquén multiplica más rápido su población que los demás distritos.
Con diez años de vida de la industria no convencional, en 2024 llegaron 3198 extranjeros a radicarse formalmente en Neuquén. Sólo con ellos, sin contar a quienes desembarcaron sin registrarse, la inmigración gestada desde enero hasta ahora representó el equivalente al 0,4% de la población neuquina relevada en el Censo Nacional 2022 con perspectivas de llegar al 0,7% hacia fin de año si se concretan las estimaciones sobre el flujo de extranjeros en lo que le queda al 2024.
Orígenes de los flujos de la inmigración
Según datos proporcionados a LMNeuquén por la delegación local de la Dirección Nacional de Migraciones, la cantidad de personas provenientes de otros países radicadas desde el 1 de enero hasta hoy asciende a 3.198, donde la corriente más importante es la venezolana, con 1.139 migrantes, seguida por la boliviana (579), la chilena (448) y la paraguaya (308), mientras que 724 personas son originarias de otros países.
De acuerdo a las estimaciones de Migraciones, hacia fin de año serán unos cinco mil los inmigrantes radicados en Neuquén durante 2024. Las proyecciones a mediano plazo contemplan que se mantendrá el flujo de extranjeros en busca de trabajo, al que se sumará otra ola de inmigrantes integrada por familiares de quienes llegaron en soledad, consiguieron trabajo y decidieron establecerse en la provincia.
Con la actividad económica creciendo como en ninguna provincia, Neuquén brilla en el horizonte de miles de personas que no logran la inserción laboral que pretenden en sus lugares de origen.
La industria petrolera neuquina es un imán para los extranjeros con formación en la materia, puesto que está en constante expansión y las perspectivas son inmejorables.
También lo es la construcción, que se desarrolla bajo el ala de la renta petrolera y entusiasma a los habilidosos albañiles paraguayos como a los bolivianos excluidos de la renta de la producción de verduras, que tradicionalmente acogió a los originarios del vecino del norte, con interés en hacer una experiencia entre hierros, ladrillos y hormigón.
Surge de la información recabada por Migraciones que los perfiles de los venezolanos que vienen a Neuquén no coinciden con el de aquellos que llegan a Buenos Aires o a otros lugares del país desde la nación gobernada por Nicolás Maduro con mano de hierro. La mayoría de los venezolanos que llegan a Neuquén son profesionales (muchos ingenieros) y técnicos que llegan con trabajo para desempeñarse en el sector petrolero. Se radican en toda la zona de influencia de Vaca Muerta o en empresas de servicios que funcionan en Neuquén capital y la Confluencia.
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