El clima en Neuquén

icon
18° Temp
27% Hum
La Mañana Emprendedores neuquinos

La torta galesa que llegó a Neuquén con una receta secreta, guardada a cuatro llaves

Luciana Silva contó la historia del pastel que vende en Plottier y que tiene su origen en los primeros colonos galeses de la Patagonia.

Con mucha timidez y el vértigo de difundir un poco más un emprendimiento que marcha sobre ruedas pero en forma amateur y a su propio ritmo, Luciana Silva se anima a contar la historia de Diolch Taid (Gracias Abuelos), la marca original de Tortas Galesas Neuquén que -con su sabor y humedad- hace unos años comenzó a conquistar a una clientela fiel y a tentar a nuevos comensales a través de Instagram.

Detrás del sello Diolch Taid está Luciana Silva y Ariel Austin, un chubutense descendiente de inmigrantes galeses que supo mantener en secreto una de las joyas de su familia: la receta de una versión de la tradicional torta negra que convirtió a las localidades de Trevelin y - sobre todo- Gaiman en las anfitrionas de la ceremonia del té, con sus exquisitas preparaciones.

La pareja se conoció años atrás en Buenos Aires, cuando ambos estudiaban. Un propuesta en la industria petrolera para él, los trajo al Alto Valle. "Yo trabajé como docente allá, mientras terminaba la licenciatura en Educación. Buscando un cambio de vida, nos vinimos para acá. Llegamos en 2007 por esa oportunidad de trabajo. Cuando conocí Neuquén Capital no me gustó. No me gustó, no porque no me guste, sino porque yo venía huyendo de una ciudad grande y quería algo mucho más tranquilo. Por suerte, al toque conocí Plottier y ahí me enamoré. Así que echamos raíces: yo me inserté en el sistema educativo, Ariel después comenzó a trabajar en el sector agropecuario y tuvimos dos hijas", resumió Luciana en una charla con LMN.

SFP Docente que hace Tortas Galesas en Plottier (7).JPG

La historia de Diolch Taid comenzó luego de ese desembarco o, mejor dicho, después de 1865 cuando Thomas Tegai Austin y Mary Williams llegaron a la Patagonia desde Liverpool con un contingente de más de 150 personas en el célebre barco "Mimosa". El grupo llegó con lo puesto al Golfo Nuevo, cerca de la actual ciudad de Puerto Madryn. Buscaban liberarse de la opresión británica que les impedían hablar su lengua y practicar sus tradiciones.

En ese entonces, el gobierno argentino buscaba poblar las tierras del Sur, todavía habitadas mayoritariamente por los pueblos originarios. Por lo tanto, se convino el arribo de los migrantes con el compromiso de la adjudicación de tierras para su establecimiento.

torta galesa.jpg

Al llegar, los galeses se toparon la estepa, el clima seco y hostil, marcado por los fuertes vientos. Un escollo para abrirse camino con la agricultura y un contraste importante con las frecuentes lluvias en su lugar de origen.

"La familia de mi suegro hizo el recorrido de Rawson, Esquel, Gaiman y luego ya se instalaron en Trevelin. Ahí ya se fusionaron con la familia de mi suegra. Ellos eran agricultores y trabajaron mancomunadamente con los pueblos establecidos", contó Luciana al recomponer fragmentos de la historia familiar de Ariel y compartir sus conocimientos sobre el pastel que se convirtió en emblema.

"La torta galesa es el último piso de la torta de casamiento y como dura un año guardada en una lata, la tradición es que se coma una porción cada aniversario, como símbolo de superar las dificultades. Se hacía con los ingredientes que tenían y, como lleva alcohol, se conserva", destacó luego de remarcar que la hoy cotizada pieza de pastelería es fruto de las necesidad y escasez de alimentos que padecieron aquellos primeros colonos que llegaron a la Patagonia.

"El abuelo de Ariel era uno de los integrantes de la familia que la hacía mucho. La receta pasó a los nietos, pero todo en forma secreta. Yo no sabía que la torta se creó en Argentina, en un principio pensaba que la receta se trajo de Gales pero no fue así. La inventaron en Chubut", señaló.

https://graph.facebook.com/v8.0/instagram_oembed?url=https%3A%2F%2Fwww.instagram.com%2Fp%2FCjK3JBlu1T7%2F&access_token=EAAGZAH4sEtVABAE8MI6ysC9uqcDZAKzfyyfNLPX6yhQ6SZCZAr7UCtyIiMz9jVgkfzus4AL41sxnSpF2C2pjJrZCfBhAYersCUu27kjRgBLr0onETrCZCxZCbD4oFzotrcox4xvLj65KjGPPdV6vRy0QJp6tl2e8KD4P8SihtUqzSZBcvJz61liEcOo5ZB6EQLAsZD

"El tema es que un día Ariel la cocinó para un cumpleaños mío y cuando le pedí la receta no me la quiso dar. Esto fue antes de que nuestras hijas nacieran. Él la siguió haciendo en juntadas con amigos pero sin contarme cómo la preparaba. Yo le rogaba y estuvo meses así, me costó muchísimo conocer la receta. Es tan secreta que no sé si mi suegra la tiene, con eso te digo todo", comentó Luciana entre risas. "Después la conseguí con la promesa de que jamás la daría, así que sigue siendo secreta", añadió.

"Por otro lado, nuestros amigos siempre nos decían que la torta estaba muy buena, que la teníamos que hacer para vender", señaló y agregó que la sugerencia comenzó a ser vista como una opción ante el impasse laboral que tuvo al instalarse en la provincia. "Estaba esperando que salga mi título de la facultad y todavía no podía ingresar al sistema. Tampoco sabía mucho cómo hacer para entrar. Me sobraba tiempo, no tenía aún a mis hijas, así que empecé a hacerla. A mi me gusta cocinar. Al principio la hacía para nosotros, hasta que empecé a vender", dijo al marcar como el primer antecedente de su emprendimiento el año 2008.

https://graph.facebook.com/v8.0/instagram_oembed?url=https%3A%2F%2Fwww.instagram.com%2Fp%2FChDnhYMuc9r%2F&access_token=EAAGZAH4sEtVABAE8MI6ysC9uqcDZAKzfyyfNLPX6yhQ6SZCZAr7UCtyIiMz9jVgkfzus4AL41sxnSpF2C2pjJrZCfBhAYersCUu27kjRgBLr0onETrCZCxZCbD4oFzotrcox4xvLj65KjGPPdV6vRy0QJp6tl2e8KD4P8SihtUqzSZBcvJz61liEcOo5ZB6EQLAsZD

Ya incorporada a la docencia, no se alejó de la receta, pero si de la veta comercial. Una década después, el aislamiento por la pandemia de coronavirus reactivó el proyecto. El regreso de la presencialidad y los ajetreados ritmos cotidianos no diluyeron Diolch Taid. El emprendimiento continua, pero bajo la modalidad de pedidos, con otro ritmo, más compatible a la rutina diaria de una familia y los trabajos de cabecera de Luciana y Ariel.

"Lo voy haciendo cuando puedo. Mi eje es la docencia, no me quiero correr de ahí", manifestó Luciana, entusiasmada con la labor que cumple en la Escuela 58. "Sé que hay mucho para explorar, no hay mucha gente que haga tortas galesas en Neuquén. Cuando me jubile que no falta tanto, ahí posiblemente me aboque más", prometió.

En cuanto a la propuesta de Diolch Taid, precisó: "Nosotros hacemos tortas chicas, medianas y grandes que son de un kilo. Aunque es una torta contundente, especial para el invierno, este verano vendimos mucho, en especial en Navidad. Muchos reemplazan el pan dulce. Y también solemos vender bastante ahora para Pascuas".

"El sabor de nuestra torta no se parece a otro. He probado muchas tortas galesas y la mayoría son secas. La nuestra se diferencia en la humedad. Eso también lo destacan nuestros clientes", concluyó.

Te puede interesar...

Leé más

Noticias relacionadas

Dejá tu comentario