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Las gestiones obreras de Zanon y Cerámica Neuquén seguimos peleando por defender las fuentes de trabajo

"Nos acusan de 'terratenientes' porque pusimos en venta terrenos de la fábrica. Esta es una medida que nunca hubiésemos querido tomar, pero la necesidad y la voluntad de defender y sostener nuestra gestión obrera no nos deja otro camino, ante la falta de respuestas".

El viernes 4 y el lunes 7 de abril este medio publicó artículos de dos editorialistas del diario, donde atacaban nuestras gestiones obreras ceramistas con distintas acusaciones que queremos desmentir. Los obreros y las obreras ceramistas sí tenemos orgullo de luchar por nuestros puestos de trabajo.

En primer lugar rechazamos la definición de que las gestiones obreras “no tenemos patrón, pero tampoco fábrica”. Nuestras fábricas siguen de pie, y con orgullo las defendemos. Como no puede evitar reconocer uno de los editorialistas, y citamos textual, “mientras en gran parte del país las fábricas cerraban y los despidos se multiplicaban, los trabajadores de una de las plantas más emblemáticas de la provincia, Cerámica Zanón, decidieron no resignarse. Ante la parálisis de la producción y la quiebra empresarial, tomaron el control de la fábrica y, en 2002, lograron volver a encender los gigantescos hornos industriales, esta vez bajo gestión obrera”.

Es decir, los obreros y obreras de Zanon fuimos una alternativa a los despidos que se producían de a miles en medio de una de las mayores crisis del país, que lamentablemente vemos cómo vuelve a ser una amenaza hoy en Argentina y el mundo.

Sigue el editorial reconociendo que “durante casi una década, FaSinPat no solo mantuvo en pie la producción, sino que se convirtió en un verdadero símbolo cultural y político. (…) En 2014, Cerámica Neuquén siguió los pasos de Zanón: tras la convocatoria de acreedores y la paralización de la producción, los trabajadores decidieron tomar la planta y reanudar la actividad bajo gestión obrera”. Nuevamente, fue el abandono de la patronal la que nos empujó a los ceramistas, esta vez en Cerámica Neuquén, a tomar las riendas de la producción. La alternativa era darse por derrotados y derrotadas y pasar a engrosar la lista de desocupados del país avalando el cierre y remate de una fábrica en la provincia. No lo hicimos, resistimos por nuestros puestos de trabajo.

Finalmente, el periodista admite que “la falta de eficiencia en los procesos industriales, la obsolescencia tecnológica, la rotura de maquinarias y la escasez de repuestos golpeaban de lleno la competitividad. A esto se sumaba un escenario macroeconómico cada vez más adverso, donde la inflación, la caída del consumo y la retracción de la producción nacional complicaban aún más la sostenibilidad del proyecto”. No puede más que reconocer que fueron causas externas a la gestión obrera y la organización de la producción, como el escenario económico, los que golpearon a nuestras fábricas. Sin embargo, nunca bajamos los brazos y seguimos adelante con una de las banderas de las fábricas recuperadas: lucha y producción.

Subsidios y beneficios fiscales

Pero obviamente, una gestión obrera no puede hacer magia. Porque, y ahí es donde empiezan las acusaciones falsas, nosotros jamás contamos “con beneficios fiscales y asistencias económicas que ninguna empresa privada podría siquiera imaginar” como se nos acusa en la nota de opinión. En casi 25 años de gestión obrera en Zanon y 11 en Cerámica Neuquén, nunca recibimos un beneficio fiscal y mucho menos asistencias económicas. Apenas algunas compras de material por parte del estado cuyo destino fue la obra pública. Por el contrario, fueron las antiguas patronales de ambas fábricas quienes recibían los beneficios fiscales y créditos millonarios para compra de maquinaria e insumos que nunca devolvieron. Así es como hicieron sus negocios y “sostuvieron” las fábricas, hasta que se les terminó el negocio. Zanon se fue con una deuda millonaria en dólares, incluso con una condena en la justicia por lock out patronal. Después quebró. Cerámica Neuquén está en concurso preventivo desde mucho antes de la gestión obrera.

Nosotros insistimos desde un primer momento en que era necesaria la renovación tecnológica para sostener y mejorar la producción, y solicitamos créditos que obviamente serían pagados. Pero ninguno de los sucesivos gobiernos nacionales ni provinciales quisieron otorgarlos, como sí lo siguen haciendo con las patronales, incluso con grandes ganancias como las petroleras de capital extranjero.

Tarifazos impagables a las gestiones obreras y al pueblo

El actual conflicto en Cerámica Neuquén pone en evidencia el tarifazo energético que afecta a cada familia y ya llevó al cierre de centenares de Pymes en todo el país. Y desnuda que en la ciudad de Neuquén estamos ante una empresa como Calf, que se dice cooperativa, pero está lejos de actuar con solidaridad y cooperativismo, que tiene un doble discurso.

Por un lado, nos corta la energía y dice que tenemos que pagar la deuda, pero por el otro sus propias deudas, como con CAMMESA, se las traslada a los usuarios, haciendo aún más abultadas las tarifas. Nosotros no podemos, y nuca lo haríamos, cobrarle nuestra deuda “a la gente” como hace Calf. Por otro lado también pone en evidencia que estamos pagando en Neuquén, provincia productora de energía, la tarifa más cara del país, por la sed de ganancia de Calf que ganó más de 3.000 millones de pesos el último año.

¿Cuál es la razón por la que, si sus balances dan 3 mil millones de ganancia su propia deuda se la cobran a cada habitante de la ciudad?

Las fábricas ceramistas, con “sus grandes hornos” como dice uno de los editorialistas, pero también con las líneas de producción, los secaderos y los atomizadores, es una industria considerada en el mundo entero como “gran consumidora” de energía eléctrica y gas.

En la gestión obrera de Cerámica Neuquén reconocemos la deuda de estos últimos meses producto de los tarifazos y tenemos voluntad de pagarla. Pero no podemos hacerlo si la fábrica, nuestra única fuente de trabajo, está paralizada por falta de energía eléctrica. Solo reclamamos una mesa donde podamos sentarnos el Gobierno, Calf y los ceramistas y busquemos una salida, la que tiene que incluir una tarifa diferenciada para las cooperativas de trabajo y las gestiones obreras, como anunció el gobernador Figueroa que hará con las empresas petroleras de Rincón de los Sauces o la que aplican hoy en día a los frigoríficos.

En el caso de Zanon, si en un momento no pudimos seguir pagando la energía producto de la crisis, como reconoce en su nota el periodista, fue porque nunca aceptaron nuestro plan de renovación tecnológica. Pero no es cierto que la deuda sea de “casi dos millones de dólares”. Las facturas, además, están llenas de multas e intereses punitorios improcedentes. Y, a pesar que hicimos esfuerzos como la instalación de paneles solares y mejoramiento de la eficiencia energética, nos discriminaron con beneficios que si aplicaron a otras empresas que ahorraron el costo energético.

Por eso rechazamos la intriga que siembra uno de los periodistas, que sugiere que en realidad teníamos plata para pagar esas abultadas facturas pero alguien se la quedó. Nuevamente, decimos que queremos pagar la energía eléctrica y la deuda del EPEN, pero para eso necesitamos debatir un plan integral, que incluya el costo de la tarifa y la renovación tecnológica de la maquinaria. Incluso si hay que reconvertir la producción a otro rubro.

Un Gobierno que mira para otro lado

Lamentablemente el Gobierno de la provincia, acompañando los nuevos aires y la política de ajuste salvaje del Gobierno nacional, se muestra indiferente a que cierren las fábricas y queden familias en la calle. Pareciera que tener la más mínima empatía y sensibilidad social ya no “paga”. Pero nosotros sabemos que no es así, seguimos recibiendo muestras de apoyo y solidaridad, porque el pueblo trabajador sabe lo que es pasarla mal.

Nos acusan de “terratenientes” porque pusimos en venta terrenos de la fábrica. Esta es una medida que nunca hubiésemos querido tomar, pero la necesidad y la voluntad de defender y sostener nuestra gestión obrera no nos deja otro camino, ante la falta de respuestas. Con dicha venta, de concretarse, podríamos invertir en nueva maquinaria para mejorar la producción, bajar el consumo de energía, mejorar nuestra crítica situación salarial y proyectar un plan para pagar nuestras deudas.

Somos trabajadores y trabajadoras de Neuquén y Centenario, vivimos acá con nuestras familias y no nos vamos a ir a ningún lado. Nos quedamos en las fábricas defendiendo nuestro trabajo. Y, a pesar de todo, y aunque no les guste a algunos, nuestras gestiones obreras siguen en pie. Sin patrones, pero con fábricas, lucha y producción.

*Firman: Nicolás Domínguez, Presidente Coop. Confluencia (ex Cerámica Neuquén); Ramón Soto, Presidente FaSinPat (ex Zanon); Alejandro López y Andrés Blanco, Sindicato Ceramista.

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