Río de Janeiro: precio por precio, vacaciones para disfrutar sin gastar de más
Pese a los obstáculos cambiarios, la ciudad más popular de Brasil sigue siendo un imán para los turistas argentinos. Visitarla puede costar menos que otras vacaciones.
En un contexto de incertidumbre económica, la alta inflación y las brechas cambiarias terminaron por desfasar los precios de los alojamientos para el turismo en estas vacaciones de verano. Así, aquel que busque opciones puede conseguir estadías más baratas en Río de Janeiro, en Brasil, que en las playas más populares de Argentina. Si bien el cambio de moneda puede complicar luego el pago de los servicios, esa metrópoli brasilera ofrece también muchas oportunidades para veranear con planes de bajo costo.
La multiplicación de rutas áreas entre Buenos Aires y Brasil a través de aerolíneas low cost permite llegar a Río de Janeiro por avión sin gastar los precios más habituales de otras conexiones internacionales. Para no gastar de más, hace falta elegir bien las fechas y también el tipo de aerolínea y las ofertas disponibles, ya que el precio puede variar entre los 100 mil y los 300 mil pesos para el trayecto ida y vuelta por pasajero.
Hay que tener en cuenta que las aerolíneas low cost conectan los destinos brasileros sólo con Buenos Aires. Por eso, y como suele ocurrir para todas las vacaciones en el exterior que planean los neuquinos, hay que sumar el costo de la conexión entre el aeropuerto Presidente Perón de Neuquén y las estaciones de Ezeiza o Aeroparque.
LMNeuquén realizó un relevamiento de alojamientos en Rio y los comparó con los valores en Las Grutas, el balneario más elegido por los neuquinos para pasar los días de verano. Según indica el informe, para tener una idea, una misma búsqueda en una plataforma como Booking para una familia tipo que decide viajar para celebrar Año Nuevo -desde el 30 de diciembre con una estadía de 8 noches-, arroja un piso de 415 mil pesos en total en la ciudad de la costa argentina (casi 52 mil pesos diarios) y una base de 79.200 pesos en Río de Janeiro (9.900 pesos por jornada). En ambos casos, con impuestos y cargos adicionales incluidos.
A diferencia de lo que ocurre en otros destinos que exigen más inversión en excursiones y actividades pagas, el turismo de veraneo permite disfrutar del sol y la playa sin gastar demasiado. Aunque existen propuestas más costosas, como la visita al Cristo Redentor o al cerro Pan de Azúcar, también hay parques y excursiones que son gratuitas o que tienen costos más accesibles. La agencia Embratur ofreció una serie de consejos para disfrutar de este destino turístico sin gastar de más.
Los planes de bajo costo en Rio de Janeiro
Playas
Las playas urbanas de la zona sur: Copacabana, Ipanema o Leblón, para pasar el día tomando una cerveza, un agua de coco, un jugo y esperar la puesta de sol frente al mar. Conectadas con el resto de la ciudad por ómnibus de frecuencias regulares, cada una tiene un público fiel y esa diversidad es la muestra de las múltiples voces que animan la ciudad.
Con el Metro (6,90 reales el boleto), las playas de Barra de Tijuca (a 20 km de Copacabana) son más accesibles y menos concurridas que las de la zona sur, y se llega en pocos minutos desde Ipanema; desde otros barrios, en combinación con ómnibus y Metro. A unos 35 km de Copacabana está Prainha, parte de la zona de protección ambiental de Grumari, destacada como una de las playas más limpias de Rio de Janeiro por la certificación internacional Bandera Azul. La mejor forma de llegar es en auto alquilado o taxi, y para gastar menos, acercarse hasta Barra de Tijuca en Metro y de allí pedir el auto hasta la Prainha.
En Niteroi, al otro lado de la Bahía de Guanabara, otra opción interesante para pasar el día es la playa Camboinhas. Se llega con las barcas que salen desde Plaza XV (21 reales el ticket), cruzan la Bahía de Guanabara y llegan a la estación Charitas; de ahí, el acceso a Camboinhas está a sólo 6 km en taxi.
Monumentos icónicos
La tradicional subida en teleférico al cerro Pan de Azúcar cuesta unos 85 reales por persona, pero hay otra forma de disfrutar la península de Urca (donde se ubica el famoso monumento natural) de manera gratuita: a un costado del acceso al teleférico (bondinho), está el paseo Claudio Coutinho, un circuito con vistas maravillosas de la bahía circundante. Al bajar, vale la pena el recorrido peatonal por el barrio de Urca, con la mejor vista hacia la bahía de Botafogo y, a lo lejos, el Cristo Redentor.
Y para subir al célebre monumento en el Corcovado, desde el hermoso Parque Lage, sale un sendero o trilha (en portugués) que conduce al Cristo; la caminata de ascenso dura de dos a tres horas. El camino es lindo, con pequeñas caídas de agua y algunos trechos más escarpados que otros, pero no se recomienda subir en solitario. Antes de emprender la aventura, conviene consultar con grupos y guías de senderismo que ofrezcan orientación sobre el recorrido.
Museos
El Forte de Copacabana, ubicado en la frontera entre Copacabana e Ipanema y con entrada de dos dólares por persona, ofrece una deliciosa vista panorámica hasta Leme para pasar las horas contemplando el paisaje de la “Cidade Maravilhosa”. En la zona portuaria, pocos se rinden a la tentación de una foto en el cartel de Rio, en medio del Boulevard Olímpico donde se encuentra el impresionante Museo del Mañana; allí, la entrada es gratuita los martes, pero conviene reservar de forma online. Y si de fútbol de trata, el paseo al estadio Maracaná (tickets entre 5 y 15 dólares por persona, niños gratis) permite pisar el césped, que ya es parte de la historia del fútbol mundial, y llevarse en mejor recuerdo.
El Centro Cultural Banco do Brasil (un majestuoso edificio neoclásico ubicado en el centro de la ciudad) ofrece muestras de arte, actividades culturales, cine, música, biblioteca con acceso gratuito o precios subsidiados. Y para entrar en clima de Carnaval, el Centro Sebrae -de Referencia para la Artesanía Brasileña (CRAB)- abrió una exposición en homenaje a la tradicional escola de samba Mangueira, donde muestra el trabajo de sus artesanos en los vestuarios y adornos carnavalescos desde la década de 1920 hasta la actualidad. El acceso es gratuito y el CRAB queda en el centro de la ciudad.
Miradores
Celebrada por su entorno natural, la belleza de la capital carioca es aún más sorprendente con una vista panorámica, y para eso sirven sus múltiples miradores de acceso gratuito. La Vista Chinesa está ubicada en una de las vías que conectan el área del Jardín Botánico con la Floresta de Tijuca; desde allí, se pueden ver la Laguna Rodrigo de Freitas, las playas de la Zona Sur y el Morro Dois Irmãos. El Parque Acantilado Dois Irmãos están en el barrio de Leblon, y permite divisar las playas de Leblon e Ipanema y la Laguna Rodrigo de Freitas, atractivos destacados de la zona sur de la ciudad. Y para quienes no tienen miedo a las subidas empinadas, está la Pedra da Gávea, un cerro que ofrece vistas espectaculares desde una altura de 800 metros, pero que conviene hacer con la orientación de un guía experimentado. El deck del Mirador de Leblon, en contraste, es de muy fácil acceso, cuenta con kioscos para tomar algo y permite pasar un rato cambiando de aire y con vista al mar.
Rodas de samba en la Plaza XV
La plaza Quinze de Novembro, más conocida como Praça XV, es la más antigua de Rio de Janeiro. Y cuando llega el fin de semana, se convierte en un imán para locales y turistas que acuden allí para disfrutar de un mercado de antigüedades, centros culturales, buena gastronomía, patrimonio arquitectónico y la mezcla de locales y turistas en sus calles estrechas. Las rodas de samba, con música en vivo, son un clásico de la ciudad y por ende de la zona cercana a la plaza XV, y brindan la oportunidad de disfrutar de uno de los ritmos tradicionales de la ciudad y los coros de los espontáneos que se acercan a acompañar a sus sambas favoritos.
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