La aplicación se usa cada vez con más frecuencia y compite contra un servicio que es caro y poco eficiente. ¿Cuál es la solución? ¿Qué medidas tomará la Municipalidad?
La polémica por la aplicación Uber y la bronca de los taxistas por falta de controles y supuesta competencia desleal se reeditará esta semana en Neuquén con una protesta y un reclamo que promete ponerle condimento a los lánguidos e insípidos días de verano.
Los taxistas volvieron a poner el tema en el medio del debate cuando denunciaron públicamente algo que en realidad viene ocurriendo desde hace tiempo: Uber ya llegó hace rato y funciona con fluidez en las calles de la capital más importante de la Patagonia. Y no solo eso. A decir por los propios denunciantes, hay choferes de taxis que están trabajando para la aplicación y nadie los controla.
El tema, que surgió en varias oportunidades con movilizaciones, medidas de fuerza y promesas por parte del municipio, desnuda una realidad que a esta altura es incuestionable: el servicio de taxis en Neuquén es caro, no funciona como debería y además no alcanza para cubrir las necesidades de una ciudad que todos los días crece de manera vertiginosa. En síntesis, no conforma a los responsables del servicio y muchos menos a los usuarios (basta con escuchar los mensajes de los oyentes en las radios y los comentarios en los portales cada vez que sale el tema).
Algunos choferes se pasan a Uber
Muchos choferes que trabajan para propietarios reconocen bajo el anonimato que para ellos es más rentable y cómodo trabajar para la aplicación que hacerlo dejando el 65 por ciento (promedio) de la recaudación al dueño del permiso.
“El taxi está carísimo y hoy es un lujo; por eso la gente no lo toma como antes. Por eso está creciendo Uber”, aseguró un exchofer que hasta hace poco trabajó para un propietario, pero que ahora decidió probar suerte con Pedidos Ya, otra aplicación cada vez más popular entre los consumidores neuquinos y que también está generando la migración de muchos choferes. “Me conviene más trabajar repartiendo mercadería”, confió.
Panorama complejo para los taxis
La preocupación de los taxistas es entendible porque efectivamente la rentabilidad viene bajando durante los últimos tiempos, como ellos mismos denuncian. Pero también es cierto que la propia corporación quedó en una encerrona con la ordenanza que aumenta la tarifa de los taxis cada vez que sube el combustible. Así, el servicio quedó reducido para la gente que tiene poder adquisitivo con la paradoja que esa misma gente tiene vehículo propio y muy cada tanto necesita un taxi. Una gran mayoría se volcó al servicio de transporte de colectivo que es eficiente, funciona bien y es muchísimo más económico. Los impuestos que pagan los taxis y los costos del funcionamiento (renovación de modelos, licencias, etc.) terminan de completar un panorama complicado.
¿Qué pasará con Uber? Es una incógnita, aunque a decir por lo que los hechos, probablemente siga creciendo en el mundo virtual de las redes y el WhatsApp como otras Apps que ya son una realidad en las principales ciudades del mundo. En Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Mendoza y otras grandes urbes, conviven con los taxis y hasta los choferes trabajan para ambos servicios.
Por lo pronto, la Municipalidad de Neuquén lanzó una aplicación propia para neutralizar ese crecimiento y seguramente anunciará más controles para calmar la bronca de los taxistas.
La realidad dirá si esas medidas alcanzan.
Te puede interesar...
Lo más leído
Dejá tu comentario