Vecinos del centro oeste denuncian abandono y amenazas en una obra ocupada: "Nadie se hace cargo"

Una obra en construcción que lleva años paralizada se ha transformado en un punto de conflicto y temor para los vecinos del centro oeste de la ciudad de Neuquén. El edificio, ubicado en la intersección de las calles Santa María y Juan B. Justo, comenzó a ser ocupado por personas en situación de calle y, en los últimos meses, según denuncian los residentes, uno de los ocupantes ha comenzado a mostrar conductas violentas.

Jorgelina Dinolfo, vecina de la zona, relató que la construcción “lleva años sin actividad” y nunca contó con un sereno o medidas de seguridad. “Al principio no había nadie, pero después empezaron a aparecer ocupantes, y si bien antes no generaban problemas, desde hace un tiempo la situación cambió”, contó en diálogo con LU5.

El principal foco de alarma, según Dinolfo, es un hombre que frecuenta una parroquia cercana para pedir ayuda, pero que en las últimas semanas ha tenido actitudes agresivas. “La mayoría de los que están ahí tienen problemas de adicciones. Hay uno en particular que se ha puesto muy violento con la gente que asiste a la parroquia. La otra vez rompió una botella y amenazó a un chico”, denunció.

Edificio abandonado en Santa María y Juan B. Justo - Personas en situacion de calle (4)

Sebastián Fariña Petersen

El miedo se ha instalado en los alrededores del edificio: muchos vecinos, especialmente personas mayores, han optado por evitar la zona. “Ya hay quienes no quieren pasar por ahí. Una chica fue atacada. Estamos viviendo con miedo”, aseguró Jorgelina.

La parroquia se encuentra a solo una cuadra del predio ocupado, cruzando la calle Colón, en la zona limítrofe entre el centro y el barrio Cumelén. “El problema es que nadie da respuestas. Fui a la municipalidad y me dicen que debo hacer la denuncia en la comisaría para que ellos actúen. Pero la policía me dice que tengo que presentar una nota en la municipalidad. Es un ir y venir sin sentido, nadie se hace cargo”, explicó con frustración.

Un predio sin custodia y con accesos abiertos

Los accesos al edificio abandonado están completamente liberados. “Había un candado, pero ya lo rompieron. Por Santa María hay chapas dobladas por donde entran y por Juan B. Justo hay un portón también abierto. No hay ningún tipo de control”, advirtió la vecina. A eso se suma el deterioro del lugar, convertido en un basural donde, además, se queman cables a cualquier hora del día.

Edificio abandonado en Santa María y Juan B. Justo - Personas en situacion de calle (7)

Sebastián Fariña Petersen

Según relatan los vecinos, los ocupantes varían día a día: a veces son hasta siete personas, en otras ocasiones hay menores, y muchos de ellos solo utilizan el lugar para dormir. “Los ves pasar a distintas horas. Algunos están todo el día, otros solo a la noche. Ya hicimos denuncias por la presencia de menores, pero nadie actúa”, lamentó Dinolfo.

Jorgelina reconoció a algunas de las personas que hoy ocupan la obra: “Muchos son los mismos que estaban en el edificio de Sargento Cabral, del que fueron desalojados. Ahora están acá. La situación se repite porque no hay un abordaje real. Solo se trasladan de un barrio a otro”.

Más allá del miedo y la inseguridad que genera la presencia de personas en situación de calle, Dinolfo también expresó su preocupación por el abandono institucional que sufren quienes están en ese estado: “Es gente muy joven, con problemas de adicciones, que necesita ayuda urgente. Pero nadie se acerca. Es triste ver cómo terminan en este tipo de lugares sin que el Estado intervenga”.

Edificio abandonado en Santa María y Juan B. Justo - Personas en situacion de calle (6)

Sebastián Fariña Petersen

Un reclamo sin eco

Los vecinos se sienten solos, sin representación ni respuestas. “No sé quién es el presidente de la comisión vecinal, nadie se acerca, nadie escucha. Y si querés hacer un reclamo, te mandan a otro lado. Llamás a un lado, te mandan al otro, y así quedamos, con una problemática que sigue creciendo”, resumió.

Mientras tanto, el edificio continúa abierto, deteriorado y sin control. La inseguridad crece y la sensación de abandono es cada vez más profunda para los vecinos del sector.