Violencia escolar en la Escuela 178: un nene de 8 años herido tras ataque desde la EPET 3

Un hecho de extrema gravedad volvió a encender las alarmas sobre la seguridad en las instituciones educativas de la ciudad de Neuquén. El martes por la mañana, un nene de 8 años resultó herido en una de sus manos tras ser impactado por un objeto metálico contundente lanzado desde el perímetro de la EPET 3 hacia el patio de la Escuela 178, en el barrio Gregorio Álvarez.

El niño, que cursa el tercer grado, se encontraba en horario de recreo junto a otros compañeros de primer y segundo grado cuando ocurrió el incidente. De no haberse cubierto con la mano, el proyectil le habría dado de lleno en la cara.

El violento episodio ocurrió el último martes, alrededor de las 11:35 de la mañana, cuando los estudiantes más pequeños de la Escuela 178 disfrutaban del recreo en el patio. En ese momento, desde el sector lindante correspondiente a la EPET 3, un grupo de jóvenes arrojó un objeto metálico que atravesó el cerco perimetral e impactó directamente en el área donde estaban los niños. El proyectil, identificado por los adultos como una pieza metálica de automóvil de entre 20 y 25 centímetros, golpeó en la mano del pequeño mientras intentaba cubrir su rostro para evitar el impacto.

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Omar Novoa

Brian Sparza, padre del alumno herido, relató con angustia los detalles de lo ocurrido. “Me llamaron desde la dirección de la escuela para avisarme que le habían tirado un caño a mi hijo. Cuando llegamos con mi esposa, vimos que tenía la mano herida. Fue un fierro, aparentemente una pieza de auto, que le iba directamente al ojo y la frente. Él alcanzó a cubrirse con la mano y le pegó en los dedos. Por suerte, no fue más grave, pero ahora hay que hacerle estudios para descartar una fisura”, señaló el hombre en declaraciones con Canal 7 Noticias.

El niño fue asistido en un centro médico donde se le realizaron placas que confirmaron un traumatismo, aunque resta la evaluación de un especialista para determinar si existe una fractura o fisura. A nivel emocional, la situación también dejó secuelas. “Mi hijo tiene miedo. Esta mañana se despertó diciendo que tuvo una pesadilla en la que caminaba y le tiraban otro fierro que le pegaba en el brazo. No quiere volver a la escuela. Y no lo vamos a obligar”, agregó Sparza, visiblemente preocupado por el impacto psicológico del hecho.

Gabriela Buchia, directora de la Escuela 178, confirmó que los responsables del ataque serían adolescentes de la EPET 3, quienes, al salir del taller, transitan por el perímetro compartido con la escuela primaria. “Este tipo de hechos no es nuevo. Ya el año pasado una docente fue agredida también con un fierro, recibió puntos en la cabeza. Es una situación que se repite y estamos muy preocupados”, indicó.

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Según explicó la directora, el establecimiento ya había solicitado el año pasado mayores medidas de seguridad, incluyendo el cerramiento del patio y la instalación de cámaras en el perímetro, pedidos que hasta ahora no tuvieron respuesta. La situación se ve agravada por el hecho de que en ese sector del barrio Gregorio Álvarez funcionan, en apenas dos manzanas, múltiples instituciones educativas: además de la Escuela 178, están el Jardín N°25, los talleres de la EPET 17, el CPEM 26 y la propia EPET 3, de donde se habría originado el objeto arrojado.

Una problemática que preocupa a las autoridades educativas

La preocupación no se limita a las autoridades de la escuela primaria. Tanto los directivos como los padres de la EPET 3 también estarían involucrados en conversaciones para abordar de manera conjunta esta problemática. “Estamos tratando de trabajar con ellos y con las familias, pero la realidad es compleja. Vivimos una situación diaria de violencia, incluso entre los más pequeños. A veces la forma de comunicarse que tienen es mediante golpes. Toman como un juego situaciones que son extremadamente peligrosas”, lamentó Buchia.

La denuncia por el hecho ya fue presentada ante la Fiscalía de Delitos Menores tanto por el padre del niño como por la dirección de la escuela. A partir de allí, se espera que se investigue quiénes fueron los responsables del ataque y se avance en medidas concretas para evitar que situaciones similares vuelvan a repetirse.

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La comunidad educativa del barrio Gregorio Álvarez no oculta su preocupación. En los últimos años, los hechos de violencia entre estudiantes —e incluso hacia docentes— se han convertido en una amenaza constante, con episodios que se suman a un contexto social cada vez más marcado por la desprotección, la falta de contención familiar y el deterioro del entorno escolar.