Un nuevo tributo municipal en la provincia de Buenos Aires suma presión al bolsillo. Crece la preocupación entre comerciantes y consumidores.
El municipio de Pilar aprobó una nueva tasa municipal que recarga con un 2 % el costo de las compras en supermercados y comercios minoristas. La medida, que comenzó a regir este diciembre, apunta a aumentar la recaudación local.
Según el gobierno municipal, el tributo servirá para financiar obras públicas, mantenimiento de calles, infraestructura vial y otros servicios comunales.
Con esta nueva tasa, las compras habituales —supermercado, almacén, compras de consumo cotidiano— se encarecerán automáticamente un 2 %. Es decir, que una compra de $1.000 ahora alcanzará los $1.020. Comerciantes y consumidores advierten que el ajuste golpea directamente a los sectores de menores recursos.
Desde la intendencia, aseguran que la tasa es uno de los mecanismos “necesarios” para sostener los servicios municipales básicos. Pero, para muchos vecinos, el tributo se suma a una cadena de aumentos: inflación, servicios y costos de vida en alza.
Reacciones contrapuestas
Algunos comerciantes expresaron su preocupación. Aseguran que este tipo de cargas “reducen el poder de compra” y pueden frenar el consumo. También advierten que, si el precio sube, los vecinos podrían optar por hacer compras en municipios vecinos que no apliquen el recargo.
Grupos de la oposición local ya anticiparon acciones judiciales, sosteniendo que la tasa es similar a otras medidas declaradas “inconstitucionales” en otros distritos. Cuestionan la legalidad del gravamen y su impacto sobre los sectores más vulnerables.
Pilar no es el único municipio que ha implementado aumentos de tasas que encarecen el consumo. Según un informe sobre la presión tributaria en la provincia, varios municipios bonaerenses registraron incrementos de tasas de hasta un 200 %, generando fuertes debates sobre su legitimidad.
Además, se señala que las cargas impositivas municipales suelen carecer de uniformidad: mientras algunos distritos imponen tasas bajas, otros aplican porcentajes elevados, lo que provoca desigualdades en los costos para los ciudadanos.
Qué pide la oposición
Desde sectores de la oposición en Pilar ya se preparan recursos de amparo para cuestionar la tasa. Reclaman que sea anulada y que se revise la estructura tributaria local. Alegan que en un contexto de pérdida del poder adquisitivo, “no se puede seguir recargando el bolsillo de los vecinos con tasas que afectan el consumo básico”.
El nuevo tributo empezará a impactar desde los primeros días de diciembre en los comercios y supermercados del municipio. Las autoridades aseguran que los fondos recaudados servirán para mejoras estructurales. Pero la preocupación se centra en el efecto sobre los bolsillos de los ciudadanos.
Desde hoy, cada compra cotidiana en Pilar será evaluada doblemente: por su valor real, y por el peso del recaudo municipal. Si la oposición concreta su reclamo judicial, la tasa podría ser modificada o suspendida. Por ahora, vecinos y comerciantes se preparan para un diciembre más caro.
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