Con un arma, un grupo de niños intentó robar un kiosco

Una vez más, menores de edad quedaron involucrados en un intento de robo, esta vez, a un kiosco de la zona del cruce de Jorge Newbery y Arenales, de la ciudad de Cipolletti.

Según contó la propia dueña del local, la situación comenzó el viernes por la noche, cuando un grupo de unos cuatro niños (de no más de 12 años), golpeó la puerta del kiosco, con supuestamente la intención de comprar algún producto.

Sin embargo, cuando se acercó a ellos, los menores aseguraron que no contaban con dinero, por lo cual la mujer se negó a seguir atendiéndolos. Fue así que el grupo comenzó a golpear el ingreso al comercio, para luego arrojarles piedras. Pese al temor de la dueña, todo se calmó minutos después.

Lamentablemente, los mismos niños volvieron a aparecer el sábado por la noche, otra vez intentando comprar sin dinero, pero antes de mediar palabras la mujer aseguró que llamaría a la Policía. Ante esto, los menores otra vez patearon la puerta de ingreso y volvieron a tirarle piedras al local.

Dado que la propietaria se encontraba con su hijo, este salió para intentar entender que pasaba, pero su presencia solamente ahuyento a los menores.

Tras darle aviso de lo ocurrido a los oficiales, la mujer mostró las cámaras de seguridad, y con esos registros se dio cuenta que uno de los jóvenes portaba un arma. Como si fuera poco, desde la Policía le aseguraron que el grupo de delincuentes era conocido en el ambiente delictivo, y que ya atemorizaban al Barrio 1200 Viviendas.

Algunas semanas atrás, el tema volvió a la agenda diaria, luego que se conociera que un menor de edad había ingresado a una vinoteca, para después intentar robar un kiosco. Puntualmente, la Policía logró dar con él, pero se dio inmediata intervención al SENAF.

Mecheras llevaron a una niña de señuelo

Una situación similar ocurrió la semana pasada en Plottier en un contexto de ola de robos que preocupó a comerciantes y vecinos. Desde la Cámara de Comercio local indicaron que pedirán la construcción de una tercera comisaría porque las postas policiales no son suficiente para el vertiginoso crecimiento que ha tenido la ciudad.

Uno de los casos que más llamó la atención y encendió las alarmas, fue el de tres mecheras que, con una nena, ingresaron a un kiosco y mientras la pequeña fingía señalarle a una de sus acompañantes para que le compren, otra de las mujeres que vestía una remera ancha escondía galletitas, chocolates y todo tipo de productos en sus ropas.

El trabajo de las ladronas fue completamente coordinado, ya que mientras una distraía a la comerciante con preguntas, la otra, junto a la pequeña, le entregaban cosas a la tercera para que las escondiera.

En las imágenes puede verse como ingresaron al comercio dos clientes auténticos a comprar, situación que las mecheras aprovechan para salir de a una del comercio llevándose consigo un importante botín.

Ante la preocupación por la creciente violencia con la que se registran los asaltos, los comerciantes decidieron exponer la situación que atraviesan a diario. Es por ello que decidieron difundir las filmaciones captadas por las cámaras de seguridad de algunos de los locales.