Jardín 31: ya está seleccionado el jurado y será vital su rol
El jurado enfrenta el gran desafío de juzgar a un profesor acusado del presunto abuso 24 niños. Evidencias, relatos, efecto redes y/o histeria colectiva.
Ya está conformado el jurado popular que deberá decidir qué suerte correrá el profesor de música del jardín 31 que está acusado por el presunto abuso de 24 niños de 4 y 5 años. El juicio por jurados arranca el próximo lunes 14 de octubre y se extenderá por tres semanas con un centenar de testimonios.
El caso es sumamente interesante desde todo punto de vista. Pese a ello, está totalmente polarizado por como se llegó al juicio y todo lo que se atravesó socialmente. Sin dudas, se llega con un gran grado de distorsión.
Y está polarizado porque en caso de que lo declaren culpable estaremos frente al mayor abusador de niños en la historia de Neuquén. Un abusador serial que actuó prácticamente sin periodo de enfriamiento, en un corto plazo y ante las narices de los padres y compañeros docentes.
De lo contrario, estaremos ante un claro caso de histeria colectiva con una fuerte influencia de las redes sociales que terminaron depositado en la plaza pública a un docente.
El rol vital de los jurados
Es por todo esto, que el rol de los jurados es vital. Será importante la escucha atenta y la racionalidad de cada uno de los integrantes. Nada deberá ser más relevante para ellos, que todo lo que se produzca en la sala de juicio durante las tres semanas que está previsto que dure el debate.
Podríamos repasar cada uno de los pasos del sistema de selección de jurados, pero lo cierto es que esta última instancia fue la única que no estuvo en manos del azar.
Ambas partes, fiscalía y defensa, saben que la selección de jurados es una partida de ajedrez y cada uno de los movimientos abre un abanico de posibilidades.
Los que se sientan y juzgan son ciudadanos comunes que lo mas cerca que han estado de estas instancias es porque lo han visto en alguna serie o película. Pero esto no es ficción. Acá les toca definir sobre una realidad cruda y sumamente compleja.
Cuando arranque el juicio, los jurados deben dejar de lado sus emociones que seguramente se verán afectadas por tratarse de una causa que involucra tantos niños, pero la ley les exige ser racionales para poder juzgar.
No obstante, las partes no se lo van a hacer fácil. Tanto fiscalía como defensa apelarán a diferentes recursos para generar golpes de efecto y así tocar las fibras íntimas del jurado.
Lejos de ello, los jurados deben observar la construcción de las pruebas, escuchar a los peritos y psicólogos forenses que van a brindar información más que interesante que les puede ayudar a comprender los hechos.
Incluso, deberán tamizar los relatos de cada uno de los testigos de parte. Todo tiene una intención y persigue un fin.
Otro aspecto sinuoso que tienen por delante es que deben contemplar que la persona que está siendo juzgada se presume inocente y no es una frase armada sino un derecho.
Cuidar el juicio propio
Siempre y cuando puedan, los jurados deben evitar la curiosidad fuera de la sala de audiencias. Es decir, deben sortear cualquier tipo de información que se produzca en el afuera, por ejemplo, todo lo que difunde los medios y las redes. De esa forma evitaran que se contamine el juicio propio.
Los prejuicios personales existen y si han aprendido a identificarlos y estiman que puede influir en su juicio deben intentar neutralizarlos. ¡Complicado!
Y, por último, después de cada una de las agotadoras jornadas, los jurados volverán a sus casas a comer, bañarse y dormir. Sepan que sus familiares y vecinos seguramente estarán atentos a los medios y redes sociales por lo que van a querer charlar del tema. Esto también puede influenciar el juicio propio.
La gran carga social que conlleva la función los puede agobiar al punto de necesitar volcar ese peso en un hombro fiable, también allí existe el riesgo de que el juicio se altere.
No es por ser alarmista, soy realista, ser jurado, fuera del debate y la deliberación, es una tarea muy solitaria si se quiere ejercer con responsabilidad.
Muchos desearán estar con los pies en el río tomando mate, pero sepan que van a estar encerrados en una sala revueltos en las miserias humanas y tratando de ser justos. ¡Vaya tarea!
La decisión del jurado no solo afectará la suerte que corra el acusado, sino también la confianza de la sociedad en los docentes y en la justicia.
En verdad, no es una tarea para nada sencilla porque requiere mucho compromiso hasta con uno mismo, pero al final genera mucha satisfacción.
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