La parrilla de los Castillo nunca más se volvió a encender
Los domingos de asados y risas solo son un recuerdo de los años felices. La parrilla, el lugar favorito de Facundo, hoy solo acumula trastos viejos.
Durante la extensa charla con Emiliano Castillo, hermano de Facu, surgieron datos muy conmovedores, emotivos y de un simbolismo estremecedor como la historia de la parilla familiar.
“No soy el de antes ni lo voy a ser. Hoy me mantiene en pie que fui papá un mes antes del crimen de mi hermano, eso también me permite comprender mejor a mis viejos y el dolor de lo que están pasando”, advierte Emiliano que, salvo esta mención, siempre mantuvo a su pareja y a su hijo alejados de todo. Los protege.
“Vos sabés que éramos una familia feliz, trabajábamos los cuatro juntos, los fines de semana la parrilla de la casa de mis viejos estaba siempre prendida y desde el 19 de diciembre de 2021 no se prendió más. Parece una pavada, pero esa parrilla era el símbolo de la unión familiar, la alegría y el festejo. Un sinónimo de la tranquilidad y la felicidad que teníamos antes”, revela el joven.
Ese fuego ausente materializa, por contraposición, la ausencia de Facundo, que era el jodón de la familia y que no había domingo en que mientras llevaba la bandeja con el asado no saltara con algún chiste o disparate que hiciera reír a los Castillo.
Hoy no está el fuego, las risas son el eco de un pasado mejor y la parrilla se convirtió en un depósito de trastos.
Pero no es lo único que se apagó en la vida de los Castillo. “Vos los ves a mis viejos y se les apagó la luz, ese brillo tan especial que tenían”, describe Emiliano.
En medio de la tragedia del asesinato de Facundo, los padres quedaron devastados. Al papá fue al que más le costó la pérdida inicialmente. La madre, desde ese lugar tan indiscutible y simbólico que son sus entrañas, mantuvo la ilusión de que iban a recibir justicia. Pero la condena fue la estocada final. “A mi vieja la quebró la condena que dictó el juez. Ahí se desmoronó totalmente. De los tres, ella era la que más esperanza tenía de que hubiera una condena justa”, detalla Emiliano.
Ahora, el joven es una suerte de espaldar de los padres y sabe muy bien lo que ha significado esta tragedia para ellos: “A nosotros el crimen de Facu nos quitó años de vida”.
Frente al espejo, Emiliano siempre se veía reflejado junto a Facundo, caminando con él incluso después de que la biología cumpliera con su compromiso de llevar primero a los padres, pero Gutiérrez destrozó los tiempos, dinamitó los caminos e hizo trizas muchas vidas.
Me merezco la fiesta
Trece meses antes del crimen, los Castillo estuvieron en diciembre de 2019 en Bariloche. Allí, el papá junto a Facundo y Emiliano decidieron aventurarse a subir el cerro Tronador e hicieron noche en el refugio Otto Meiling.
El recuerdo de ese último viaje juntos sigue latente y cobra sentido hoy a la distancia, al igual que todas las historias que contaron decenas de jóvenes sobre la alegría de Facundo ante la vida.
“Cada vez que los amigos organizaban un viaje, hacía lo imposible por ir. Sabía advertir cuando uno estaba mal y acompañarlo o traerlo a cenar a casa. Si alguno necesitaba algo, él sacaba lo poco o mucho que tuviera y se lo daba. Cuando lo mataron, tuve que ir al banco a cerrar su caja de ahorro, estaba la cuenta en rojo”, detalla Emiliano entre lágrimas, comprendiendo que Facundo ocupó sus días viviendo.
A la hora de estar trabajando sobre esta nota, el random de Spotify me tiró una canción que de inmediato compartí con Emiliano. Segundos después, llegó su respuesta por Whatsapp: “¡Esa canción! ¡Es mi hermano!”
Con simples acordes, el puertorriqueño Pedro Capó creo la canción “La fiesta”: “Dicen que voy a morirme de algo y que no es de la risa/Y a mis amigos, que no me lloren/Compren vino, no traigan flores/Si me voy a morir solamente una vez/Yo me merezco la fiesta/La gente buena no se entierra, se siembra”.
“Esa era su filosofía de la vida. Cada vez estoy más convencido de que hay algo después de esto y de que Facu nos está esperando”, concluye Emiliano, que sigue duelando a su hermano.
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