"Me duele que me hagan esto", tristeza y bronca en un comedor del oeste que sufrió dos robos en menos de 24 horas
El comedor comunitario Quimey de Barrio San Lorenzo Sur reclama mayor seguridad. Les destrozaron un ingreso y perdieron casi 30 kilos de carne.
Son las 12 del mediodía del martes en el oeste neuquino y muchos vecinos y vecinas se acercan a pie o bicicleta para buscar la comida caliente que les ofrece el Comedor Comunitario Quimey, uno de los tantos comedores comunitarios de la ciudad. Este centro está haciendo grandes esfuerzos para poder sobreponerse a los dos robos que sufrieron en menos de 24 horas durante el fin de semana. Les destrozaron un ingreso y perdieron casi 30 kilos de carne, ollas de 45 litros, entre otros elementos necesarios para atender el hambre de 725 personas al día.
La referenta del comedor de San Lorenzo Sur, Alicia Fuentealba, recibió a LMNeuquén por la puerta lateral del hall por donde el domingo ingresaron los delincuentes. Ahora que les faltan dos ollas de 45 litros, el equipo de cocina demora más tiempo en cocinar la polenta y el tuco. Aun así, el equipo de cocina de Quimey comenzó a realizar la entrega de las humeantes raciones desde las 10.15 porque empezaron a cocinar más temprano. El miércoles dijo que espera la visita de un funcionario del gobierno provincial para acordar solucionar las pérdidas ocasionadas por el robo.
"A mí no me gusta que la gente esté esperando por un plato de comida", dice Alicia y reflexiona: "Quizás yo lo pasé y todo eso lo vuelco a mi trabajo. Cuando no hay comida me duele porque digo bueno por unos dos o tres malditos hoy en día la pagan los pobres chicos, esos que no tienen para comer o las familias pobres. Eso sí me duele, siento impotencia, bronca, pero bueno, trato de estar bien y salir adelante". A partir de la sucesión de robos, desde el comedor piden encarecidamente mayor seguridad y la donación de alimentos o incluso ropa para ayudar a quienes asisten.
Mucho más que un comedor
Al lado de la habitación donde se refrigeran los bolsones de carne que se robaron este fin de semana, hay una mesa donde un señor mayor de barba blanca terminaba su almuerzo mientras lee un libro. Las muletas descansaban sobre la pared entre las plantas de interior que embellecían el comedor iluminado por seis ventanas, todas cubiertas por rejas. Alicia aclara que si bien no cuentan con espacio para sentarse, hacen una excepción con el anciano al que además lograron conseguirle una pensión habitacional para alquilar porque según pudieron averiguar no tenía dónde vivir, ni parientes.
Alicia Fuentealba le dedica todo el tiempo posible a coordinar esfuerzos entre las instituciones del barrio. "Cada tanto me reúno con la salita de salud de San Lorenzo para poder acercarle atención a los chicos y chicas", dice y hace referencia a que las personas que acuden al comedor comunitario integran el eslabón más vulnerable de la población neuquina. Madres con problemas de adicción, niños y adolescentes en situación de calle, ancianos que no tienen familiares, son parte de los 725 beneficiarios del comedor provincial que funciona en calle Racedo y Avenida del Trabajador en un edificio nuevo desde el 7 de enero de 2023.
Por este motivo, el equipo del comedor Quimey, no solo atiende la emergencia alimentaria, sino que está abierto a escuchar a cada persona que acude al centro para evaluar si pueden brindarle mayor contención. "Cuando alguien viene, le pido foto del DNI, le hago fotocopia y armo una carpeta que me pide el Ministerio", dice Alicia y agrega: "A veces les hace falta zapatillas, o ropa, a veces necesitan un lugar donde vivir, entonces armo reuniones para conseguir ayuda, aunque no me corresponda".
Denuncia por la seguidilla de robos al comedor y la falta de vigilancia
"El sábado a las 2:35 vino la policía 18 a mi casa para avisarme que habían entrado a robar al comedor", recuerda Alicia y agrega: "Cuando fui los policías de la 16 ya estaban ahí y me dijeron que a la 1:30 cuando pasaron vieron que las dos puertas estaban abiertas". Al llegar abrió con las llaves el portón principal que no había sido forzado y constataron que habían forzado una puerta. "Al otro día fui a hacer la denuncia y le dije por favor que patrullaran y se ve que no hicieron nada porque cuando yo vengo el domingo vi que habían ingresado igual".
Cuando Alicia fue nuevamente a la Comisaría 16 a realizar la segunda denuncia, el personal le avisó que revisarían las cámaras de una familia que vive atrás y una iglesia de mormones pero hasta el momento no tiene información. Por su parte, cuando avisó en el grupo de WhatsApp donde están las familias de beneficiarios del comedor que el lunes no abrirían debido a los robos, una vecina le dijo que a la madrugada vio en el comedor a una camioneta blanca y a una mujer con dos hombres.
Según el Jefe de la Comisaría 16, César Ferreyra, las medidas que realizarán a partir de los dos robos al comedor comunitario Quimey, serán hacer un nuevo relevamiento de las personas que acuden. "La semana anterior tuvimos reunión con la comisión vecinal, donde participó Luis Sánchez, de la subsecretaria de Prevención, quien tomó el reclamo de los vecinos que manifestaron que quieren que se cierre el comedor", expresó en diálogo con LMNeuquén.
Alicia no refirió estar al tanto de este supuesto pedido de los vecinos y expresó: "Me duele que me hagan esto y porque yo no puedo culpar a nadie ni a los chicos de hacer esto y porque no sé quién fue, pero te digo que me da impotencia y me da bronca a la vez, pero yo sigo laburando para ellos, para los que menos tienen". Como aquella vez en 2019 que también sufrieron el robo de alimentos en el comedor, la referenta asegura que seguirá tratando de conseguir zapatillas, ropa, leche o brindando clases de apoyo a quienes necesiten.
El equipo de trabajo de Quimey está conformado por 6 cocineras que realizan turno de 8 horas de lunes a viernes por la tarde para limpiar y dejar preparada la verdura para que el día siguiente, cuando otras 6 cocineras de la mañana preparen y sirvan el almuerzo a las personas anotadas. Los menúes van variando dependiendo de los elementos con los que cuenten. El Ministerio los abastece los martes, pero muchas veces, la cantidad de comida no alcanza para todas las personas que se acercan con la necesidad de comer.
El sueño del centro de día
"Esto fue un proyecto que yo hice que era comedor y centro de día para ayudar a los chicos con situación de calle y adultos mayores como el abuelito. Bueno, lo único que salió fue el comedor. Ojalá mis sueños se cumplan con el tiempo y con los años pueda conseguir el centro de día que yo quiero", dice Alicia esperanzada.
Ella empezó a trabajar como cocinera en el comedor Quimey que fundó Felipe Sapag en 1995. "Desde el 95, o también del 2002 en adelante nosotros recibíamos queso, de todo, no nos faltaba nada, te digo porque yo lo viví y lo trabajé", dice Alicia y espera que desde el actual gobierno puedan tener un mayor compromiso y ampliar la calidad nutricional de la asistencia alimentaria.
"El que está acá la ve, ve la necesidad que hay todos los días, y somos nosotras tanto yo como mis compañeras las que ponemos la cara cuando solamente hay arroz", dice Alicia y agrega: "Todo lo que pueda traer la gente para colaborar con la situación mala del país puede traerlo".
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