Las imágenes satelitales muestran que más del 76% de la superficie quemada perdió su vegetación autóctona o implantada.
En apenas 10 días, se perdió el 80% de la vegetación en la zona de Quillén afectada por el incendio forestal. Las imágenes satelitales muestran el impacto que tuvieron las llamas en la flora autóctona e implantada, con más de 2500 hectáreas de vegetación totalmente consumidas, 1500 con algún grado de afectación y otras 1500 que por ahora resisten a los embates del fuego.
Las imágenes satelitales proporcionadas por el ingeniero agrónomo Javier Schroeder muestran cómo el fuego avanzó desde el sector norte, en el lote 39 de Corfone, para avanzar hacia una superficie mayor que hoy perdió gran parte de su vegetación.
Cuando comenzaron los incendios forestales, el 16 de diciembre, sólo se registraban 600 hectáreas sin bosque, lo que representaba apenas un 12% de la superficie total afectada después por las llamas. En apenas 10 días, con datos del 26 de diciembre, se puede ver que la zona sin vegetación es de 2500 hectáreas, lo que representa un porcentaje del 50% y que en las imágenes figura con el color rojo.
Por otro lado, hay un sector cubierto de vegetación de manera parcial, que está representada con el color amarillo en las imágenes satelitales. Representaba el 20% del total el 16 de diciembre, unas mil hectáreas, y creció a casi 1500 hectáreas en apenas 10 días, lo que representa el 28%.
Las áreas cubiertas por vegetación eran e 66% de la superficie total el 16 de diciembre, lo que se traduce en un total de casi 3400 hectáreas. Para el 21 de diciembre quedaba apenas el 51% de la superficie cubierta de bosque y, más tarde, el 26 de diciembre, quedaba apenas el 22% del territorio total afectado por el incendio forestal.
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