Consultá en esta nota los nuevos detalles sobre el Ingreso familiar de Emergencia (IFE) y la Asistencia de Emergencia para el Trabajo y la Producción (ATP).
Por la crisis económica que ha generado la pandemia del coronavirus, el Gobierno nacional ha dispuesto de varias ayudas en pro de los sectores más vulnerables de la Argentina. Entre ellas destacan el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y la Asistencia de Emergencia para el Trabajo y la Producción (ATP), ambos canalizados a través de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses).
El IFE corresponde a un bono de 10.000 pesos argentinos que sería pagado una sola vez pero que se extendió durante dos oportunidades más, completando así tres pagos que han beneficiado a 9 millones de argentinos.
El ATP es una asignación compensatoria que cubre el 50% del salario de los trabajadores de la Argentina, a fin de ayudar económicamente a las empresas. Ha sido pagado durante 6 meses y se benefician 1.316.132 trabajadores y 128.704 empresa según datos de la Anses.
Pese a que ya se ha dado una reapertura gradual de sectores de la economía, beneficiarios de ambos planes sociales se mantienen en vilo y a la espera de un IFE 4 y una ATP 7.
IFE 4
Desde principios del mes de octubre, el Gobierno y la Anses evalúan cómo pagar un cuarto IFE. Diferentes representantes de la Rosada, desde el Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, hasta la titular de la Anses, Fernanda Raverta, han explicado que buscan dimensionar quiénes realmente necesitan esa ayuda a fin de reducir esos 9 millones de beneficiarios. Por ahora, evalúan abonar el IFE 4 entre noviembre y diciembre, pero estaría focalizado.
ATP 7
Una séptima bonificación de la ATP quedó oficializada esta semana para las empresas que se hayan registrado en el plan de pagos.
Cuál ha sido el gasto del Gobierno
Hasta el pasado 5 de octubre, el Tesoro argentino ejecutó un paquete de medidas económicas que comprometieron un gasto público de $941.328 millones de pesos, según información de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC). A eso hay que sumarle la reasignación de ingresos por otros $96.210. Esto surgió por la necesidad de ayudar a los sectores más vulnerables de la Argentina, un país que debate la reapertura de actividades en medio de la pandemia de coronavirus y el aumento de contagios en todo el territorio.
Según un informe de la OPC, el costo fiscal de todo ese paquete de ayudas quedó por encima de los $1,03 billones, lo que equivale a dos meses de recaudación y a un promedio diario de $5.183 millones de pesos.
Además, de esos $941.328 millones, cerca de $359.392 millones de pesos fueron destinados a gastos de índole social, lo que representa el 1,33% del Producto Interno Bruto (PBI). Cada uno de los tres pagos del IFE implicaron un desembolso total de $90.000 millones de pesos para unos 9 millones de argentinos. Según la Anses, de esos 9 millones de personas, el 61,5% tienen menos de 35 años de edad. Más del 30% de los hogares que recibieron el IFE también reciben la AUH y la AUE, que son planes canalizados por la Anses.
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