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La Mañana COVID

"Tenemos que aprender a convivir con el Covid"

Daniel Manoukian, médico sanitarista, resaltó que la cuarentena contribuyó a bajar los casos, pero produjo efectos económicos y sociales que hay que atender.

Por PABLO MONTANARO - [email protected]

Para el médico sanitarista y referente del Centro Universitario de Estudios sobre Salud, Economía y Bienestar de la Universidad Nacional del Comahue, Daniel Manoukian, la prolongación del aislamiento, que redujo la cantidad de casos y fallecimientos por coronavirus en la provincia, provocó también efectos económicos y sociales que deben atenderse. Sostiene que el ingreso a la segunda fase de flexibilización de actividades requiere una serie de premisas para evitar la exposición al contagio.

—¿Cuál es su opinión acerca de la flexibilización de las actividades dispuesta en la provincia?

Estamos en una fase de la pandemia donde en la provincia de Neuquén se ha logrado lo que llamamos aplanar la curva de contagios. Esto quiere decir que se logró un manejo de la pandemia que permite tener una cantidad de casos que resultan manejables para el sistema de salud. Todavía Neuquén se encuentra en una etapa que nosotros llamamos de contención de la pandemia, y es positivo que la cuarentena empiece a ser flexibilizada. La cuarentena como medida de aislamiento masivo y general en todo el país tuvo un resultado esperado. Lo que se buscaba era preparar y organizar a los equipos del sistema de salud para afrontar la atención de una cantidad de casos inusitados fuera de la demanda habitual. Es cierto que la cuarentena es una medida que no tiene efecto neutro.

—¿A qué se refiere con que no tiene efecto neutro?

El aislamiento si bien contribuye a reducir la circulación del virus y con ello bajar el número de casos y fallecidos, al prolongarse produce efectos económicos y sociales. Una estrategia que da resultados positivos es tentadora para llevar adelante una conducta conservadora. Ahora bien, en este contexto de pandemia aparecen demandas sociales y económicas que es necesario atender y darles una respuesta. Para el político y el sanitarista que están viendo si aparecen más o menos casos, la medida de la cuarentena es muy tentadora de sostener porque con ella se logró tener pocos casos. También aparecen otros efectos vinculados, por ejemplo, al aumento de episodios de violencia intrafamiliar, femicidios, adicciones y violencias en general. Pero también los vinculados con la salud, como la llegada tardía de consultas por patologías que antes se consultaban y diagnosticaban a tiempo.

—La flexibilización del aislamiento implica la posible exposición al contagio. ¿Qué premisas la población tendría que considerar?

El secreto de todo esto es que tenemos que aprender a convivir con el coronavirus. Esto implica sostener las medidas generales de higiene y distanciamiento físico no solo en lugares de aglomeración de personas sino en la incorporación de pautas culturales como el lavado de manos y el uso de barbijos. Por otra parte, me parece esencial tener un criterio territorial. Es decir, controlar el factor de duplicación en cada localidad, por lo que este puede ser uno de los parámetros para flexibilizar o restringir las actividades. Además, mantener las restricciones destinadas a reducir la posibilidad de contagio masivo, como la suspensión de clases, evitar la realización de eventos deportivos, musicales y religiosos que provoquen una concentración masiva de personas.

—Entonces, la convivencia con el virus será prolongada.

Sí. Por eso digo sostener algunas pautas culturales. Flexibilizar la cuarentena no quiere decir que hemos superado la pandemia, sino que hay algunos lugares del país, incluida la provincia de Neuquén, que han tenido pocos casos, y es esperable que tengamos más casos en adelante. El asunto es que esa cantidad de casos sea un número tal que el sistema de salud público y privado esté en capacidad y condiciones de poder atenderlos y no saturarse. Tendremos que estar dispuestos, si los indicadores empeoran, a retomar medidas restrictivas tendientes a la protección de la salud colectiva.

—¿Qué lecciones nos va dejando el coronavirus?

Muchas. La primera es la importancia de contar con un Estado fuerte, presente y activo tanto en lo sanitario como en lo económico. La segunda es la importancia de contar con un ministerio de Salud y con una conducción sanitaria firme que pueda conducir los destinos de todo el sistema tanto a nivel nacional como provincial. En tercer lugar, la importancia que tiene que el sector público salga fortalecido después de esta pandemia porque era evidente que en algunos aspectos estaba debilitado y fue necesario reforzarlo tanto en Neuquén como en otras provincias.

—¿Qué escenario se puede prever con la llegada de los primeros fríos?

En este punto se puede observar otra de las enseñanzas que puede dejar la pandemia, que es el mayor cuidado y prevención en la población respecto de las enfermedades más comunes del invierno. La prevención en mantener los espacios ventilados, la higiene personal, el uso del barbijo, esto indirectamente ayudará a disminuir la difusión de otras enfermedades virales respiratorias que son habituales en el invierno. La verdad es que no sabemos qué puede ocurrir con el COVID y otro virus, pero está demostrado que pueden convivir, que pueden sumarse los problemas y no que uno neutraliza al otro. Hay conciencia en la sociedad, y una de las demostraciones es el alto porcentaje de cobertura de la vacuna antigripal, que este año es sensiblemente superior a la de años anteriores. Esto tiene una explicación: la mayor conciencia de la comunidad en cuanto a la protección.

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