El clima en Neuquén

icon
13° Temp
82% Hum
La Mañana Opinión

Un hombre con mucho honor

Chaneton era un hombre impulsivo, de mucho carácter y con un gran sentido de lo que era el honor.

El 18 de enero se cumplieron 102 años de la muerte de Abel Chaneton, periodista y dirigente político de la vieja Neuquén.

Hubo quienes lo recordaron discretamente a través de las redes sociales y destacaron su compromiso periodístico. Casi siempre que se lo recuerda a Chaneton, siempre se hace hincapié en eso y se habla de que murió buscando la verdad, en relación a los acontecimientos ocurridos en Zainuco, cuando ocho presos que se habían fugado de la cárcel fueron asesinados por la Policía. Como se sabe, el gobierno neuquino sostenía que se había tratado de un enfrentamiento, mientras que Chaneton –en base a testimonios conseguidos- aseguraba que había sido un fusilamiento a sangre fría. Lo que pocos saben, en realidad, es que Chaneton no murió por eso, sino que lo hizo defendiendo su honor. Las duras editoriales que se cruzaban con su enemigo, el dueño del diario El Regional (que avalaba la postura del gobierno), llegó a un punto que era necesario limpiar esa serie de afrentas.

Lo del honor cuesta entenderlo en épocas actuales en las que las calumnias y los insultos más tremendos son moneda de cambio, que cualquiera dice barbaridades del otro y no pasa nada. Ni siquiera en la Justicia, que debería ser el ámbito mediador para estas situaciones.

Pues bien, Chaneton era un hombre con mucho honor. Por eso, la noche del 18 de enero de 1917 cuando se enteró de que quien había estado mancillando su nombre se encontraba en un bar cercano, no dudó en ir a buscarlo. Y lo mató de un disparo. Y luego lo mataron a él.

Vaya un homenaje a través de estas líneas a aquel valiente periodista que luchó siempre por la verdad, pero que no dudó un segundo en dejar que pisoteen su nombre y honor.

Lo más leído