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Un Tinder de libros para conectar a amantes de la literatura

Vanesa Salmén creó una comunidad en Instagram para el intercambio gratuito de libros en el Alto Valle.

“Hay algo profundamente melancólico en ir a una biblioteca o librería llena de libros que no leeremos jamás”, escribió alguna vez el escritor e intelectual mexicano Gabriel Zaid. Quienes nos sentimos atraídos por los libros podremos comprobar la cantidad de ejemplares que hemos comprado y que aún no hemos leído o leímos una sola vez y nunca más volvimos a abrir sus páginas y que continúan allí, quietos y acumulando polvo, en un lugar de nuestra biblioteca o sobre la mesita de luz o en cualquier rincón de la casa.

“Por más libros que circulen y menos textos estancados y en desuso” es la consigna que lleva adelante Vanesa Salmén, una joven tucumana que desde hace más de seis años reside en la ciudad de Neuquén e impulsora de una comunidad lectora en Instagram (@quecirculenlibrosnqn) que tiene por objetivo el intercambio gratuito de libros entre los lectores y lectoras.

Esta licenciada en Letras, que actualmente se desempeña como docente en el Profesorado de Lengua y Literatura del IFD 9 "Paulo Freire" de Centenario, sube al feed de Instagram los libros que ofrece y los que le gustaría recibir a cambio y abre el espacio para que otros usuarios hagan lo mismo compartiendo sus títulos y los que desea para concretar el intercambio. Como una suerte de Tinder de libros, luego los usuarios acuerdan un lugar para encontrarse y así concretar el intercambio que no tiene fines comerciales.

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Vanesa sube al feed de Instagram @quecirculenlibrosnqn los libros que ofrece y los que le gustaría recibir a cambio, y abre el espacio para que otros usuarios hagan lo mismo compartiendo sus títulos y los que desea para concretar el intercambio. Como una suerte de Tinder de libros, luego los usuarios acuerdan un lugar para encontrarse y así concretar el intercambio que no tiene fines comerciales.

Vanesa comenzó con esta propuesta en octubre del año pasado en el contexto del aislamiento por la pandemia por coronavirus y ha tenido una muy buena respuesta ya que la cuenta tiene más de 200 seguidores y hasta el momento se produjeron infinidad de intercambio de libros.

“Todo comenzó porque durante la pandemia tuvimos más tiempo para prestarle atención a lo que sucedía en las redes sociales y en mi caso lo que pasaba con la literatura y con los autores ”, explica a LMNeuquén mientras selecciona de su biblioteca algunos ejemplares que ofrecerá en los próximos días. Fue en ese momento que conoció Pila de Libros, una comunidad lectora en la web creada por el periodista y licenciado en Letras Nacho Damiano, en la que los y las lectoras puedan intercambiar libros. "Lo de Nacho me inspiró para contagiar el entusiasmo por la lectura y el amor por los libros y como no había ninguna propuesta parecida en el Alto Valle decidí poner en marcha @quecirculenlibrosnqn", explica.

Vanesa- Instagram de intercambio y trueque de libros (1).JPG

"El intercambio gratuito nos permite ofrecer aquellos libros que no forman parte de nuestros deseos de lectura actuales e ir tras otros capaces de renovar nuestra curiosidad y pasión lectora", explica Vanesa Salmén, creadora de @quecirculenlibrosnqn.

“Me gustan los libros andantes”, cuenta Vanesa, convencida que “los libros pueden tener múltiples usos, están los intocables, aquellos que nos cuesta prestar, pero hay muchos que leímos una sola vez, otros que compramos y ni siquiera leímos en años, para qué conservarlos, por qué seguir comprando si se pueden soltar”. Recuerda que el primer intercambio que hizo fue "Desmonte" de Gabriela Massuh por "Los peligros de fumar en la cama" de Mariana Enríquez. "Esta lectora me comentó lo extraño que le resultó a sus amigas cuando les comentó que había acordado un encuentro para intercambiar libros", describe.

"Los libros pueden tener múltiples usos, están los intocables, aquellos que nos cuesta prestar, pero hay muchos que leímos una sola vez, otros que compramos y ni siquiera leímos en años, para qué conservarlos, por qué seguir comprando si se pueden soltar”, expresa Vanesa Salmén.

Lo que más le genera satisfacción a esta amante de la literatura, sobre todo del género ficción, es que la propuesta no persigue fines económicos, no se compra ni se vende ningún libro. “Hay mucha gente que en las redes ofrece libros usados a la venta. Yo destaco la gratuidad de esta iniciativa, que cualquier persona que quiera sumarse tenga la disposición de soltar sus libros y recibir otros que le gustaría leer y así hacerlos circular”, expresa. Agrega que en el transcurso de esta experiencia ha notado que las personas "aún tienen ciertos apegos a los objetos, en este caso los libros, y lo que propongo es que los libros pueden tener múltiples lecturas si los dejamos ir al encuentro de los lectores".

Apasionada por la lectura desde muy pequeña, Vanesa explica que en las conversaciones cotidianas siempre le ha gustado saber que lee la gente o cuáles son sus búsquedas de lectura. .

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En el mundo de las lecturas, los gustos de los lectores pueden variar según la época, los sentimientos, las situaciones de vida, la fascinación por un autor o un género literario determinado y una infinidad de otros motivos. Para Vanesa eso mismo ocurre cuando estamos, por ejemplo, frente a un vestidor. "Hay prendas que ya no nos resultan cómodas o no van con el ánimo actual. Lo mismo puede pasar frente a la biblioteca, hay títulos que no te convocan y no sabes ni como llegaron hasta ahí. A veces la gente se guía por recomendaciones, otros por indagaciones propias, algo parecido a lo que pasa con la moda, incluso hay lapsos en los que no sabemos bien qué buscamos”, explica. Recuerda cuando le regalaron "El Alquimista" de Paulo Coelho: “la pasé bien leyéndolo pero por alguna razón no volví a elegir a este autor y no me da curiosidad nada de lo que escribe".

Sostiene que “mientras más seamos en esta comunidad de lectores y lectoras más diversidad de textos habrá para el intercambio” y desea que la circularidad lectora se vuelva un hábito en el Alto Valle. Aclara que "no se trata de ofrecer libros viejos o rotos sino lo que tengo, lo que amo, lo que me gusta y que le puede servir a otra persona”.

La iniciativa que puso en marcha la lectora también fue pensada para los estudiantes que por cuestiones económicas no pueden acceder a la compra de libros y quizás tengan algún título en su biblioteca que podría intercambiarlo por el que necesita para sus estudios".

“Creo que todavía tenemos la mentalidad del objeto libro como valor de culto, nuestras bibliotecas pasaron a formar parte de eso y no está en nosotros la idea de soltar el libro, ofrecerlo para que otros y otras puedan disfrutar de él como lo hicimos nosotros en un momento”, reflexiona.

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