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La Mañana

Agendas del Papa y Alberto

La causa de cientos de miles de argentinos será ley antes o después, por más que se resistan los conservadores, los liberales (insólito en el mundo, pero perfectamente entendible en Argentina) o el Papa. El aborto va a ser legal, con impulso o no del presidente Alberto Fernández. Es cuestión de tiempo.

Ayer, se reunieron en la Ciudad del Vaticano Fernández, en su rol de presidente, y Jorge Bergoglio, en el de máxima autoridad de la Iglesia Católica. El jefe del gobierno argentino pidió apoyo para la negociación de la deuda externa que le dejó Mauricio Macri. El jefe de la Iglesia pidió en contra del aborto legal, que impulsan múltiples organizaciones, algunas con arraigo en la fuerza política que gobierna el país.

El Papa comprometió -dicen quienes estuvieron cerca del encuentro privado- su apoyo a la Argentina en su cruzada por la deuda. Fernández no dijo nada sobre el planteo del sumo pontífice contra el avance de la legalización del aborto.

Fernández le pidió ayuda a Francisco en medio de la negociación de la deuda. El Papa sentó postura contra el aborto.

El presidente ha dado muestras de compromiso con el aborto legal, seguro y gratuito desde que asumió. No abonó en lo personal ninguna sospecha de querer entregar esa bandera por cuestiones de necesidad y urgencia, como es la negociación de la deuda. El paso del tiempo confirmará o revocará lo dicho.

Mientras tanto, el ministro de Salud, Ginés González García, está trabajando en la redacción de un proyecto de ley de legalización del aborto. La idea del ministro es que vaya este año al Congreso.

La reunión de Fernández con Francisco en medio de la necesidad de apoyos diversos para la pelea con los prestamistas generó en las redes sociales cierto revuelo, sobre todo entre los opositores, por las posibles consecuencias para el aborto legal.

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