Video: así de furiosos quedaron los vecinos de Wanda Nara por su cumple
La modelo y conductora tiró la casa por la ventana con motivo de su cumpleaños número 38.
Wanda Nara cumplió 38 años este martes 10 de diciembre. Lo hizo a lo grande, con una tremenda fiesta en su mansión del exclusivo barrio Santa Bárbara, donde el brillo y el estruendo lograron opacar, al menos por una noche, el escándalo judicial que aún la mantiene enfrentada con Mauro Icardi.
Desde las primeras horas, los allegados a la empresaria, modelo y conductora, estuvieron en los detalles de la celebración. Las imágenes, replicadas en las redes sociales, mostraron escenas de un festejo monumental donde la realidad y el showbiz se confundieron hasta perderse.
En las historias de cada uno de los famosos presentes, las escenas son elocuentes: Karina La Princesita fue una de las grandes protagonistas de la noche. La cantante, que atraviesa un momento de resurgimiento artístico, desplegó su voz para encender los ánimos. Junto a ella, L-Gante, confirmado como pareja de Wanda Nara, subió al escenario para sumar sus éxitos al repertorio festivo. “Pa’ que sepan quién manda”, podría haberse escuchado entre los versos de cumbia y RKT que dominaron la pista de baile.
La pista, por cierto, no paró nunca. El show de Andy también animó la velada y cuatro DJs se alternaron de manera continua, garantizando un flujo sonoro ininterrumpido, donde los ritmos electrónicos se fusionaron con clásicos del pop y cumbia. La intención era clara: que nadie se quede quieto.
Entre los asistentes famosos estuvieron Marley, Andrea del Boca, Donato de Santis, Vero Lozano, Jesica Cirio, Maru Botana, Majo Martino, Romina Uhrig, Stephanie Demner y Flor Álvarez, entre otros, además de su familia -incluido su padre Andrés, en una tregua de su relación- y amigos más cercanos.
La bronca de los vecinos con Wanda Nara
La noche prometía ser inolvidable. Y lo fue, aunque no de la manera que Wanda Nara seguramente imaginaba. Más allá del lujo y el glamour, terminó sumergida en polémica y quejas vecinales. El escenario elegido fue la casa de la empresaria en el exclusivo country Santa Bárbara, donde con su círculo más íntimo y una larga lista de amigos y famosos disfrutaron de una celebración que hizo temblar el silencio habitual del barrio.
Desde el primer momento, la fiesta fue un despliegue de excesos y detalles provocadores, acordes a la temática “Bad Bitch” que eligió para su noche especial. El dress code era estricto: todos debían vestir de negro, símbolo de elegancia y rebeldía, en perfecta sintonía con la actitud que la mediática lleva como bandera. En el amplio parque de su casa, globos negros, plateados y fucsias creaban una atmósfera vibrante y, como toque distintivo, la cumpleañera dispuso una piñata con premios poco convencionales: juguetes para adultos. Un gesto tan audaz como predecible en alguien que domina el arte de la provocación.
La fiesta no tardó en convertirse en un espectáculo. Además de la música que sonaba a todo volumen, los invitados disfrutaron de shows en vivo. La misma Wanda Nara tomó el micrófono en algún momento para improvisar un recital, a lo que se sumaron las presentaciones de su pareja, el cantante L-Gante, y de Karina La Princesita. El despliegue de sonidos, luces y movimiento fue tal que, para los vecinos de Santa Bárbara, la celebración dejó de ser una anécdota para convertirse en una auténtica pesadilla.
La intervención de la Policía fue el punto de quiebre. Pasadas las 12:30, cuando el reglamento del country exige que los festejos finalicen en días hábiles, las quejas de los residentes llegaron a un punto límite. Una primera vecina relató que llamó a la garita de seguridad para denunciar los ruidos molestos y la cantidad de autos que circulaban sin cesar. Desde allí, le confirmaron que la conductora ya había sido notificada de las quejas. Pero la fiesta continuó sin modificaciones.
“No era tan tarde, pero claro, era lunes”, explicó Majo Martino, invitada al evento, en el programa Mañanísima. La Policía finalmente llegó al lugar y exigió que se bajara la música. Wanda, lejos de incomodarse, tuvo una reacción desafiante: “A ella no le importó nada y dijo que le cobraran la multa”, contó la periodista. Sin embargo, los agentes le aclararon que no había multa posible y que debía cumplir con la orden de reducir el ruido.
La tensión no terminó con la presencia policial. Mientras la fiesta se desvanecía hacia la madrugada, una segunda vecina denunció que, aunque su casa está a tres kilómetros de la propiedad de Nara, los ruidos se sentían como si estuviera “a metros de distancia”. La magnitud del evento fue tal que, según confió, el chat de los vecinos se convirtió en un hervidero de mensajes, donde la indignación era generalizada.
Ahora, el foco está puesto en las posibles sanciones que el consorcio de Santa Bárbara podría aplicar. Las vecinas entrevistadas deslizaron que Wanda podría enfrentar una multa de medio millón de pesos, una cifra considerable para cualquier residente, pero insignificante para una figura que acostumbra desafiar normas y opiniones. “A ella no le importa nada”, insistió Majo Martino al detallar incluso que todo continuó hasta las 4 de la mañana.
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