El clima en Neuquén

icon
28° Temp
34% Hum
La Mañana pozo

Juan Soufal: pionero del Pozo 1, uno de los que hizo realidad la quimera del petróleo neuquino

Uno de sus hijos, Federico, siguió el camino de su padre y es coautor de la obra "Petróleo y colonización". Su hija Felisa es creadora de la Primera Academia para mujeres en la comarca petrolera.

Juan Soufal nació el 8 de marzo de 1888 en la ciudad de Stein, a orillas del río Danubio, a 60 kilómetros de Viena, capital del entonces Imperio Austro-húngaro. Su padre también se llamaba Juan. Su madre, María Weber. En su ciudad natal obtuvo el diploma de Técnico a los diecisiete años de edad, pero no tardaría en partir en busca de nuevos horizontes. Poco después, se dirigió a la ciudad alemana de Hamburgo; allí ingresó a trabajar en los astilleros de Blohm y Voss, donde permaneció dos años y obtuvo una sólida formación teórica y práctica. Como prueba de ello, al tiempo consiguió embarcarse como técnico mecánico en la sala de máquinas de las naves que hacían la travesía mundial. Así fue que, de muy joven, Juan ya había dado la vuelta al mundo.

Arribo a la Argentina

Juan se dirigía a Argentina sin saber que en el mismo barco viajaba quien sería su futura esposa, Anna. La alemana acudía al país a encontrarse con su hermana Florentina y además para trabajar como institutriz de la familia Bullrich, en virtud de su dominio de los idiomas alemán y francés. Durante la travesía, Anna y Juan se conocieron. Tan profundo fue el sentimiento que se despertó en Juan que decidió abandonar el barco y establecerse en Buenos Aires para estar cerca de su amor.

Se alojó en el Hotel Zur Habsburg (Lo de los Habsburgo, apellido de la familia reinante en Austria-Hungría), donde se reunía la colectividad austríaca. Anna estuvo solo seis meses con la familia Bullrich; poco después la pareja contrajo matrimonio en la Iglesia de las Victorias el 14 de octubre de 1909, él con 21 años y ella con 24. Afortunadamente, Juan había conocido en el hotel a unos empresarios mineros que le ofrecieron trabajo. Así fue que el matrimonio se dirigió a San Luis, a trabajar en la mina de tungsteno Los Cóndores, propiedad de una empresa alemana que explotaba ese mineral, muy requerido para la industria bélica.

Anna y Juan tuvieron seis hijos: Ana María, Felisa Elisa, Juan Carlos, Francisco Augusto, Carlos Cristóbal y Federico Francisco.

De Córdoba a Neuquén

También en el hotel austríaco donde se albergaba, Juan conoció al ingeniero Juan Langer, compatriota y Jefe de Perforaciones de la Dirección General de Minas, Geología e Hidrología de la Nación.Gracias a ese contacto comenzó atrabajar en la Dirección General de Minas y fue destinado a Córdoba para la perforación de pozos de agua. Al tiempo de hallarse en Ordóñez, recibió una notificación de Langer, sería trasladado al territorio de Neuquén, puesto que la Nación tenía pensado realizar allí una perforación.

Antecedentes de la perforación del suelo neuquino

En 1912, el director de la Dirección General de Minas Geología e Hidrología, Ingeniero Enrique Martín Hermitte, envió al geólogo Dr. Anselmo Windhausen a estudiar la zona desde General Roca hasta el río Covunco en Neuquén. Cuando realizó el informe, Windhausen aconsejó realizar cateos en Challacó y en el Km 1297 del Ferrocarril del Sud.

El Sr. Arturo Coleman, gerente de toda el área del Ferrocarril del Sud, realizó también un viaje especial y tomó fotografías para mostrar en Buenos Aires. No obstante, gobernadores neuquinos ya habían informado sobre la presencia de hidrocarburos en la zona; en 1907 fue hallado petróleo en cerro Lotena, a 30 km. al sudoeste del km. 1297. Además hubo otras perforaciones, pero fracasaron por distintos motivos.

El Ingeniero Juan Keidel recibió, en 1914, facultades para realizar nuevos estudios: fue quien indicó el lugar específico clavando una estaca. Así, el kilómetro 1295 se convirtió en el punto de referencia para la ubicación del Pozo Nº 1.

Al año siguiente, el Ingeniero Enrique Cánepa fue convocado para que organizara el comienzo de los trabajos; se dispuso el funcionamiento del equipo Fauck, rebautizado Patria, del que Juan Soufal fue el encargado y operador. Además, Cánepa consideró necesario contar con mayor mano de obra. Por ello se entrevistó con Eduardo Elordi, el gobernador neuquino, para que dispusiera el envío de treinta presos con el objeto de realizar tareas preliminares sobre el terreno y el movimiento de la pesada maquinaria que se encontraba en Challacó, arrastrada en sus comienzos con bueyes.

Arribo a la tierra del petróleo

Los Soufal llegaron en tren a estas tierras; el viaje se retrasó como consecuencia de los fuertes vientos que asolaban la región. Era el año 1915, y la familia se alojó en el Hotel Confluencia antes de proseguir viaje a Plaza Huincul.

“El hotel, según contaba mi padre, era un rancherío de adobe y chapas, ocupado por los obreros que construían la cárcel de Neuquén. Mi madre perdió un zapato en el corto recorrido ocupado por médanos de arena. El dueño del hotel, seguramente apiadado de esta familia con tantos chicos, hizo traer un colchón grande para colocarlo en el piso de la cocina en donde durmieron mamá y los niños. A mi padre lo alojó en la pieza de los albañiles”, describió Federio, uno de los hijos de Juan y también ingeniero.

Pero la familia debía partir hacia Plaza Huincul, viaje que presentaba sus dificultades: el tren pasaba dos veces por semana y además debían bajar en el kilómetro 1295, a la altura de Challacó, ¡y de allí continuar a pie!

Así lo hicieron: caminaron dos kilómetros a pie con hijos, bebés y el equipaje llevado por don Juan. Llegaron a una alcantarilla del ferrocarril, resguardada con ladrillos, y allí se guarecieron para pasar la primera noche. Por intermedio de Cánepa, Juan sabía que en las cercanías, a cinco kilómetros del kilómetro 1297, se encontraba el rancho de Carmen Funes, ex fortinera de las tropas del General Roca que se había establecido en 1903; allí se dirigirían al día siguiente.

Poco tiempo después, ya asentados en la comarca y al frente del equipo Patria, Juan fue protagonista y testigo de los preparativos del terreno en el llamado Campamento Challacó Nº 1, zona que en enero de 1916 y por disposición de la Dirección de Minas recibiría el nombre de Plaza Huincul.

soufal.jpg
Soufal junto a su familia al llegar a Plaza Huincul.

Soufal junto a su familia al llegar a Plaza Huincul.

La perforación

La perforación comenzó en febrero de 1916 con la realización de tareas complementarias, se construyeron viviendas, lugares para herramientas y se debieron hacer importantes arreglos: el viento voló las chapas de protección de la torre de madera, y el trépano también sufrió roturas.

Federico compartió una entrevista concedida por Juan a la revista Supehuincul en 1964, en la que reveló que “el hallazgo del petróleo en el Pozo Nº 1 fue una casualidad, ya que en agosto de 1917 se trabajaba a percusión con golpe de 9 centímetros, barras de sondeo de 30/45 con inyección espesa, jabonosa de arcillas y de noche alumbrados con tres faroles a kerosene”.

“Cuando fue de visita el Ing. Cánepa a inspeccionar, nos dio la noticia de que se iba a levantar el campamento a fines de noviembre, debido a que la Dirección General de Minas trabajaba con un presupuesto muy limitado”, contó.

Juan detalló que los trabajadores se quedaron tristes pensando en cuánto sacrificio estéril, por lo que redoblaron los esfuerzos para profundizar aún más el pozo. “Cuando el ingeniero se fue, nosotros prologamos el horario relevándonos para ir a comer. Cerca de la medianoche, movimos la columna de caños entubados en el pozo, levantando uno 3 a 5 centímetros, la giramos para que no se aprisione, para aislar la circulación de agua entre las columnas, colocamos una trenza de bolsas bajo la grampa de la columna; como la noche era muy oscura, manejábamos un farol a kerosene para ver la maniobra”, recordó.

“De repente se produjo un pequeño incendio, una explosión: el farol se apagó pero quedó una llamita azul alrededor del pozo, que pudo ser apagada fácilmente con sombreros y bolsas. Ni lerdos ni perezosos, enviaron telegrama a la Dirección General de Minas, quienes les indicaron suspender la perforación y mantener la columna en movimiento hasta la llegada del inspector. Cánepa arribó muy contento: comprobó que salía gas del pozo y pudo observar que llegaron a una presión de hasta 4 mts. Se asentó y se aisló la columna en el fondo del pozo, y se aprovechó el gas entre columnas como combustible para la caldera y herrería”, añadió.

La Dirección consiguió fondos para la perforación, se multiplicó el personal y se empezó a trabajar en dos turnos de 12 horas, hasta que se encontró petróleo a una profundidad entre 603 a 609 metros el 29 de octubre de 1918.

pozo-1.jpg

Yacimientos Petrolíferos Fiscales

Años después, en 1922, se creó Yacimientos Petrolíferos Fiscales, YPF, con la unión de los yacimientos de Comodoro Rivadavia y Plaza Huincul. Con el tiempo, la empresa estatal iría absorbiendo a todo el personal de ambos yacimientos; de ese modo, Juan pasó a formar parte de YPF el 1 de enero de 1923.

Federico contó que en 1928 Juan perforó el primer pozo de agua en el lote 28 del catastro provincial, lugar en donde posteriormente nacería Cutral Co. La perforación fue realizada con una máquina de su propia invención. El dispositivo era accionado por las ruedas traseras de su Ford T. Su trabajo continuó como Jefe de Talleres, en donde tenía a cargo la instrucción de los aprendices ingresantes.

En otra de las anécdotas, recordó que su padre fue el principal movilizador y gestor de la Escuela de Artes y Oficios, creada por YPF. En virtud de su accionar, fue nombrado Director del establecimiento, cargo que ejerció hasta su jubilación.

Problemas familiares

Pero no todas fueron noticias de las buenas. Por aquellos años fallecieron dos hijos de Juan y Anna debido a una epidemia de sarampión que asoló Plaza Huincul, inoportuno y cruel flagelo para un pueblo con absoluta inexistencia de servicios médicos (solamente acudía, una vez por mes, un enfermero zapalino que había estado en la Guerra del Paraguay).

Debido a tanta tristeza, Juan pidió licencia por seis meses para viajar a Austria, con la intención de que la familia pudiera conocer a su padre. No obstante, las penurias no terminarían: Juan Carlos, su hijo mayor, falleció en una explosión de gas en Plaza Huincul en 1939 antes de cumplir los 26 años, y apenas tres años después lo haría su esposa Anna, a los 58 años de edad.

Una vez jubilado, Juan se casó con Xenia Dora Kern, que fue su fiel compañera en la vejez y hasta su último día, el 8 de febrero de 1966. Sus restos descansan en el panteón familiar en Plaza Huincul que él construyó con sus propias manos, con piedras de la zona a la sombra de los cipreses que había plantado, y que fue declarado Monumento histórico en 2002 por el Honorable Concejo Deliberante de Plaza Huincul.

Recuerdos de su hijo Federico Soufal

Federico relató minuciosamente la vida y trayectoria de su padre. Posee documentación que establece los festejos realizados en 1955 a los hombres que hicieron posible el descubrimiento del Pozo 1. También los reconocimientos al cumplirse en 1988 el centenario del nacimiento de su padre. Es que Federico bregó siempre por que el día del petróleo neuquino sea celebrado el día 29 de octubre, que fue cuando brotó del suelo neuquino el “oro negro”.

Además escribió, junto con otros ingenieros, el libro Petróleo y Colonización, obra que lleva por título reminiscencias de la célebre frase del Ingeniero Héctor Giordano: “YPF hizo en Huincul más que descubrir petróleo: una colonización”. Nuestro entrevistado nos cuenta que la obra es un homenaje a cada uno de los hombres y mujeres que transformaron Loma Chata (Huincul en araucano) en lo que fue el ombligo petrolero de la provincia desde el 29 de octubre de 1918. El trabajo, publicado por ediciones Dunken, es apto para que lo lea un geólogo, un ingeniero, un amante de la historia o por cualquier neuquino. Contiene datos, anécdotas, nombres y fechas, constituyendo, en suma, una obra de consulta obligatoria para quienes deseen profundizar en la historia neuquina.

Te puede interesar...

Lo más leído

Leé más

Noticias relacionadas

Dejá tu comentario