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La birra artesanal ahora va por la calidad

Tras el boom, en Neuquén los productores compiten con el aroma y el sabor de sus cervezas.

Neuquén.- Tras el boom de la cerveza artesanal que estalló hace dos años con negocios de recarga de botellones que florecían por todos lados ha pasado abundante agua debajo del puente. Los consumidores se volvieron más exigentes y el mercado empezó a mostrar otra cara, por lo que lo que hará falta es que los elaboradores locales empiecen a pensar más en la calidad que en la cantidad de productos que ofrecen. Los responsables de las principales microcervecerías (así se denomina a los elaboradores que hay en la zona Confluencia) se pusieron de acuerdo en levantar la puntería y apostar responsablemente por mejorar las calidades de las diferentes variedades que fabrican y así nació la Copa Comahue, una iniciativa que, por primera vez, los obligó a ponerse las pilas con sus productos.

No es que Neuquén busque su propio sello de calidad (para eso falta mucho), sino que los elaboradores artesanales salieron a buscar la opinión de los que saben para que califiquen sus cervezas.

Fue así como durante dos días elaboradores, vendedores y consumidores de birra se sentaron a probar las diferentes producciones de los fabricantes que se aceptaron someterse al veredicto.

En total fueron presentadas 152 muestras, de las cuales el 70 por ciento fueron calificadas entre buenas, muy buenas y sobresalientes.

Las pruebas se realizaron con varias “catas a ciegas” por un panel de 17 personas que se postuló para esa tarea. Para darle un marco institucional, acudieron a los responsables del Programa Provincial de Alimentos Neuquinos del Centro Pyme-Adeneu.

La Copa Comahue tuvo un doble objetivo. Por un lado, tener una referencia en lo relativo a la calidad de las cervezas artesanales neuquinas y, en paralelo, el entrenamiento de elaboradores locales en el proceso de análisis sensorial.

Martín Díaz Colodrero, coordinador del Programa de Alimentos Neuquinos, destacó que el grupo de cerveceros se preparó durante dos meses.

Del total de muestras presentadas, que correspondieron a 39 elaboradores de 17 localidades de Neuquén, tres fueron calificadas como “sobresalientes”, superando los 90 puntos (muestras de las cervecerías Noscohué, Limay y Fantasma); otras 14 recibieron la calificación de “excelentes” (de las cervecerías Owe, Kenningar, Gringa, Drumlin, Arisca, Dacrux, Limay, Mukür y Mutisia); 21 muestras fueron evaluadas como “muy buenas” (Fenris, Gringa, Peterfeld, Dacrux, Enkidu, Owe, Kenningar, Dos Barbas, Drumlin, Aluminé, Arisca, Dos Pintas, Mutisia, Flower Hops y Amios); y 69 muestras, como “buenas”. Las microcervecerías que obtuvieron el mejor promedio de puntos sobre muestras presentadas fueron Owe, Fantasma y Dacrux.

La elaboración que se hace en Bariloche es la gran referencia para los neuquinos. Allí, dicen, se consiguió la excelencia.

El consumidor se volvió más exigente

Los elaboradores artesanales quieren que la cerveza que se produce en Neuquén consiga un estándar de calidad como el de Bariloche o Mar del Plata. Para eso van a tener que trabajar mucho.

La Copa Comahue es un paso en esa dirección, pese a que algunos microcerveceros se negaron a participar y hasta cuestionan la metodología utilizada.

Damián Navarro, de Dacrux, señala que la producción en la zona Confluencia todavía no es suficiente para satisfacer un mercado superior al de Bariloche y que es necesario esforzarse para sumar calidad a partir de una elaboración cuidadosa y la utilización de una cada vez mejor materia prima.

En Neuquén los que se largaron a fabricar cerveza artesanal por diversión o como hobby van camino al fracaso si no cambian a tiempo. Los consumidores, apunta Navarro, son cada vez más exigentes y si se dan cuenta de que la cerveza no es de calidad buscan otros puntos de recarga de botellones donde observen que se preocupan por cuidar el producto.

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