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La Mañana paseo costero

La familia de Pechi quiere que el Paseo de la Costa lleve su nombre

A través de una emotiva carta, recuerdan cómo soñó e impulsó esa obra y explican los motivos por los cuales debería llamarse Paseo Intendente Horacio Pechi Quiroga.

A través de una carta, su esposa Marlene Velázquez, sus hijas y sus nietos explicaron los motivos por los que consideran que el espacio público que debería llevar el nombre de Horacio Pechi Quiroga, en su honor, es el Paseo de la Costa.

Desde el Municipio la idea es consultar con los vecinos de la ciudad qué lugar escoger para que quede inmortalizada la figura de Pechi. A partir del lunes y hasta el 4 de noviembre, los vecinos podrán elegir con su voto, en el sitio web del Municipio, alguno de los sitios que se proponen.

Entre otros, aparecerán como opciones para ser considerados el Paseo de la Costa, el nuevo edificio de la Municipalidad en Alto Godoy, el nodo vial de Doctor Ramón y Ruta 7, y el Parque del Oeste.

Los vecinos interesados en participar de la consulta también podrán proponer otros sitios públicos de jurisdicción municipal. Ya se propuso, por ejemplo, que alguno de los barrios de la ciudad lleve el nombre del intendente fallecido el 12 de octubre.

“Los muertos cerca del sol, los vivos cerca del agua”, se titula el texto en el que su familia recuerda todo lo que hizo el cuatro veces intendente de la ciudad para impulsar y concretar uno de sus sueños. Que desean lleve su nombre.

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El texto completo

“Pechi estaba pensativo. En la intimidad de la mesa familiar, después de haber compartido una más de tantas cenas y cuando solo quedaban en el aire esos silencios

largos, propios de la sobremesa, sus ojos se perdían mirando un horizonte imaginario. Un horizonte en el que aparecían imágenes de una gran ciudad, de una hermosa ciudad, que por entonces y por esas cosas del crecimiento acelerado, se había extendido hacia el norte, hacia las bardas, hacia el Este y el Oeste, sin mayores explicaciones, dándole la espalda al río.

No parecía que esa realidad estuviera en sintonía con la visión de ciudad que habían dejado como legado sus fundadores, Carlos Bouquet Roldán y Eduardo Talero, entre otros pioneros, a fines del Siglo XIX, principios del Siglo XX.

La ciudad de Neuquén le daba la espalda al río Limay, que Pechi admiraba y conocía desde su nacimiento y hasta la Confluencia y también al impetuoso río Neuquén, los dos ríos que abrazan y besan a Neuquén y que traen sus mensajes de pureza y de vida desde la cordillera en un eterno viaje hacia su destino de mar. “Hay que poner la ciudad de cara al río. Neuquén tiene que mirar al río, no puede ser de otra manera”, pensaba.

Y con la osadía de los que salen a desafiar lo imposible, pero convencido de lo imprescindible, salía temprano a la mañana a dar largos paseos recorriendo las costas de ambos ríos. Con su imaginación reemplazaba los matorrales, las barrancas y el monte tupido, por senderos, árboles, espacios de recreación, calles, luces y accesos que pusieran en valor las costas ribereñas abandonadas desde hacía tanto tiempo.

Así nació una idea rectora, un pensamiento matriz: poner a la ciudad de Neuquén mirando al río. Y Pechi era uno de esos hombres que no estaba dispuesto a esperar.

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Así fue que empezaron las obras, la recuperación de la Isla 132 como un espacio para el desarrollo de emprendimientos recreativos, inmobiliarios y culturales, con una rambla amplia para el disfrute de los vecinos e infraestructura básica para alentar a los inversores locales y foráneos a apostar por el desarrollo de un Paseo Costero.

Poco a poco se fueron sumando emprendedores. Pero la acción de la gestión Municipal debía dar más señales claras que permitieran al sector privado animarse a acompañar este desarrollo. La recuperación de los espacios de acceso público al río llevó muchos años de negociaciones y acuerdos con antiguos pobladores ubicados a la vera del río.

Así fue como se pudo continuar con la idea de desarrollar un Paseo Costero de gran extensión, complementando los trabajos que ya se habían iniciado en la Isla 132, incluso creando un ente gubernamental mixto (CORDINEU, Corporación para el Desarrollo Integral de Neuquén) integrado por la Municipalidad y el Gobierno de la Provincia del Neuquén para establecer acuerdos que dieran marco a la planificación de los espacios, su administración y su desarrollo integral.

La obra de renovación total del antiguo balneario “Río Grande”, al final de la Avenida Olascoaga, dio un impulso especial a las obras que vendrían después y que consistirían en extender por tramos específicos estas obras de infraestructura sobre la ribera del río Limay (Olascoaga – Pampa / Pampa –Leguizamón / Leguizamón – Balneario Sandra Canale (Calle Gatica y, hacie el Este, desde un renovado Balneario Albino Cotro hasta la Calle Tronador). Son obras que aún hoy están en desarrollo y que tienen como propósito integrar todos los balnearios existentes a lo largo de la costa del Limay, hasta la Confluencia.

Más allá de los detalles constructivos, urbanísticos y estéticos, la mayor satisfacción alcanzada a partir de esta idea de Pechi que iluminó la historia de la ciudad de Neuquén para siempre, ha sido la apropiación que los vecinos de Neuquén y los miles de visitantes de todo el país, han hecho del Paseo Costero.

Sumado a ello y con la idea de agregar permanentemente valor a este espacio público por excelencia, en inmediaciones del Paseo Costero se realiza desde hace 8 años la celebración más importante de los neuquinos: la Fiesta de la Confluencia, que recibe año tras año a más de 300.000 visitantes.

Seguramente para Horacio Pechi Quiroga, el hombre que gobernó la ciudad de Neuquén durante 4 (cuatro) períodos y por 16 (dieciséis) años, su misión era tomar la posta de los fundadores y refundarla, transformarla en una Capital moderna y dejar una huella indeleble. Hizo que sus ideas se convirtieran en realidades. Hizo que la transformación llegara a las bardas, al Oeste, al Centro, al Este y también a la costa del río, ese maravilloso río Limay que tantas veces lo desveló, seguramente en alguna de aquellas sobremesas cuando en su mente se dibujaban los grandes trazos del futuro, al que persiguió sin pausa logrando alcanzarlo.

Felizmente pudo verlo, pudo recorrerlo, pudo disfrutarlo y pudo legarnos esa pasión incontenible que ahora vive en cada uno de los neuquinos, el amor por el río, el respeto por la naturaleza y el ambiente, el amor y el cuidado por los espacios públicos jerarquizados, la verdadera riqueza que heredan como un tesoro sus hijos y sus nietos.

Por eso queremos honrar su nombre, como el Intendente que soñó la transformación de Neuquén y logró realizarla, poniendo como insignia de todas sus obras la del Paseo de la Costa, como un sello marcado a fuego, que va a quedar por siempre en la memoria viva de los neuquinos.

Sería justo, entonces, -es lo que sentimos su esposa Marlene, sus hijas y sus nietos-, que el Paseo de la Costa lleve su nombre: “Intendente Horacio Pechi Quiroga”, en su homenaje, en su recuerdo, en su memoria.

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