El brasileño Italo Ferreira se llevó la primera medalla dorada de la disciplina en Tokio 2020, competencia a la que se clasificó tras vivir una odisea.
Tras vencer en la final al japonés Kanoa Igarashi, el brasileño Italo Ferreira se llevó la primera medalla de oro en la historia del surf, deporte que fue incluido en el programa olímpico para Tokio 2020. Se impuso con una puntuación de 15.14 puntos, ante los 6.60 de su rival.
Luego de la coronación, se conoció una particular historia en las redes sociales acerca de la odisea que tuvo que atravesar Ferreira para poder clasificar a estos Juegos Olímpicos, lo que le da un poco más de épica a su victoria.
En septiembre de 2019, el brasileño debía viajar desde Santa Mónica, Estados Unidos, hasta Miyazaki, Japón, para realizar la prueba de clasificación de los Juegos Olímpicos. Sin embargo, cuando se estaba dirigiendo al aeropuerto, se dio cuenta de que alguien había roto la ventana de su auto y le había robado algunos documentos personales, entre ellos el pasaporte y el visado para acceder al país asiático por motivos laborales.
Desesperado, Italo Ferreira suplicó vía redes sociales que por favor le devolvieran ambos documentos urgentemente ya que tenía un margen muy corto de tiempo para llegar al avión que lo trasladaría a Japón. No tuvo éxito en su pedido.
Fue entonces cuando el surfista comenzó a realizar una infinidad de trámites burocráticos con la embajada estadounidense en el país nippon para poder solucionar el problema. Al cabo de unas horas consiguió un nuevo vuelo, aunque no sabía que más problemas estaban por llegar.
Un tifón que llegó a Japón retrasó su horario de embarque y salida, por lo que Ferreira tuvo que esperar aproximadamente 24 horas en el aeropuerto, sin la certeza de que iba a tener la posibilidad de participar en la clasificación. Terminó llegando a su destino casi una semana más tarde de lo previsto.
Ya aterrizado en tierras asiáticas, Italo dejó las valijas en el aeropuerto y se dirigió inmediatamente a la embajada de los Estados Unidos en Japón para conseguir un nuevo visado que le permitiera regresar al país norteamericano.
Una vez finalizado el trámite, se fue rápidamente a las playas de Miyazaki para disputar la competencia. Para la suerte de Ferreira, el oleaje del mar no era el adecuado y la prueba tuvo que retrasarse poco más de una hora.
Sin embargo, cuando el brasileño llegó al lugar, su serie de clasificación ya había comenzado y sus tres rivales se encontraban en el agua, con tan solo nueve minutos para que finalizara. Casi sin pensarlo, Italo Ferreira se metió al mar en bermuda de jeans y con una tabla prestada por un contrincante.
Al ser el cuarto en prioridad en la competición, el surfista debía hacer un mínimo de 12 puntos (agarrar dos buenas olas y realizar trucos) para superar la primera ronda.
Nadie sabe como, pero Ferreira se las ideó para tomar esas dos olas en tan solo nueve minutos, se clasificó primero en su zona y fue avanzando hasta la final, donde terminó en el puesto número 1 y sacó un pasaje para Tokio 2020. "Todo estaba perdido, pero terminó saliendo bien", declaró tras la epopeya.
Fue tan épico lo que logro Ferreira, que los propios organizadores de los Juegos Olímpicos realizaron una especie de cómic en homenaje al surfista brasileño. Sin lugar a dudas, una historia que merece ser contada.
Te puede interesar...
Lo más leído
Dejá tu comentario