El clima en Neuquén

icon
21° Temp
24% Hum
La Mañana justicia

Miles de franceses piden justicia por el gallo Marcel

Un vecino mató con una escopeta al animal por su canto matutino. Más de 76.000 franceses protestaron y dejaron su firma.

Más de 76.000 franceses protestaron y dejaron su firma para pedir justicia por el gallo Marcel, que fue ejecutado por un vecino que se hartó de su canto madrugador. Cabe recardar que este tipo de ave es un símbolo oficioso del país europeo.

El dueño del animal asesinado en mayo, Sébastien Verney, lanzó una petición en línea en la que llama a defender la vida rural y, bajo el subtítulo "Déjenos cantar", ya reunió más de 76.000 firmas. La consigna surgió semanas después de que en el pueblo de Vinzieuz, de 450 habitantes y ubicado en el departamento de Adèche, a 75 kilómetros al sudoeste de Lyon, un vecino iracundo irrumpió en el gallinero y acribilló al desdichado ejemplar con una escopeta y una barra de hierro. Lógicamente, la familia propietaria del ave, entre la que hay dos chicos, quedó traumatizada por la violencia del intruso, quien también esparció un veneno que arruinó en cuestión de horas el huerto de la casa. El gallo, de elegante figura y orgulloso defensor de su territorio, era muy estimado y sus cantos marcaban el ritmo cotidiano.

Sébastien Verney, quien es profesor de geografía e historia y hasta hace poco fue concejal del pueblo, presentó una denuncia contra el atacante y el juicio está pendiente. Además, el hombre abrió una página en Facebook y contactó con una asociación para divulgar un manifiesto, "Justicia para el gallo Marcel", una llamada a las autoridades para que eviten dramas similares. "Pido que se asegure la defensa de los animales y de nuestros territorios rurales frente a comportamientos que ponen en cuestión la vida misma de nuestro campo", sostuvo el docente.

El año pasado, en la isla de Olerón, también en Francia, sucedió un caso similar y un tribular permitió que el gallo Maurice pueda coninuar con sus cantos matinales ante la demanda de un vecino. Esa situación y la de Marcel son meros exponentes de un problema generalizado de convivencia en los medios rurales entre la población local y los llegados de las ciudades, que decidieron instalarse definitivamente. El verdugo del gallo de Vinzieuz era uno de esos neorrurales que esperan del campo la tranquilidad absoluta, sin tener en cuenta que allí también hay una actividad humana ancestral que debe continuar. "Estoy de acuerdo de que la gente de la ciudad se instale en los pueblos porque así los ayudan a sobrevivir y a que conserven los servicios, pero hace falta que acepten el campo tal como es", comentó Sébastien y reveló una grata sorpresa: antes de morir, Marcel dejó como herencia cinco pollitos. Aún no se sabe si en las crías hay algún macho para perpetuar la estirpe.

Ante de producirse el triste episodio, el Parlamento francés había tomado ya la iniciativa: el diputado de Los Republicanosm, Pierre Morel-À-L’Huissier, propuso una ley "para definir y proteger el patrimonio sensorial" de los ámbitos rurales. Eso incluye los hedores y los ruidos que pueden ser, para algunos, potencialmente molestos.

Son las que se consiguieron, hasta el momento, en la petición en línea que lleva el subtítulo "Déjenos cantar". A su vez, se creó una página de Facebook llamada "Justicia para el gallo Marcel".

Te puede interesar...

Lo más leído

Leé más

Noticias relacionadas

Dejá tu comentario