Su exilio es traumático para gran parte de la población venezolana, que veía en él la única salida. Un sector del régimen quiere dialogar, pero Maduro se niega.
La salida de Venezuela del candidato opositor Edmundo González Urrutia, exiliado en España, provocó un cimbronazo en un amplio sector de la población que veía en él la salida a la crisis política que vive el país tras las fraudulentas elecciones del 28 de julio pasado, donde el presidente Nicolás Maduro se declaró ganador sin brindar las actas del escrutinio.
Su partida debilita a la oposición política y le quita legitimidad al reclamo para hacer valer su triunfo en los comicios, como lo reconoció gran parte de la comunidad internacional.
En Venezuela sólo queda María Corina Machado como líder opositora y un pequeño grupo de dirigentes. Los demás están exiliados o presos, lo que deja el campo libre al chavismo.
En los últimos días se estrechó el cerco policial contra Machado, por lo que se teme que ella y los pocos asistentes que hay a su alrededor sean arrestados.
El exilio de Edmundo González fue un golpe para la oposición
De acuerdo a la ONG de derechos humanos Foro Penal, la cifra de presos políticos en Venezuela asciende a 1.793. Entre ellos destacan 59 menores de edad y 225 mujeres.
La línea del régimen es desmantelar totalmente a la oposición, descabezando así cualquier movimiento crítico que pretenda cuestionar al gobierno. Esto desmoralizaría a la población y les permitiría continuar en el poder.
Maduro se endurece
Fuentes venezolanas relacionadas con los frustrados intentos de negociación revelaron a varios medios españoles que Maduro sigue teniendo una posición intransigente, pero su entorno comienza a resquebrajarse.
“El problema ahora es Maduro. En su entorno ya se empieza a asumir que la situación es insostenible, pero él no. La situación es complicada”, contó una fuente del chavismo a El Mundo de España.
También relataron que permitieron la salida de González Urrutia para evitar “un baño de sangre” interno. Tampoco el chavismo quería encarcelar al candidato opositor porque hubiese provocado una dura reacción de la comunidad internacional.
Aseguran que permitieron la salida de González para evitar "un baño de sangre".
Enviar a las tenebrosas cárceles de régimen a un hombre de 75 años les hubiese jugado en contra, aislando aún más al país.
Por eso el régimen buscó su expulsión del país. Les resultaba más conveniente. Así fueron presionándo a él y a su familia, amenazando con encarcelarlos.
“Mi salida a Caracas estuvo rodeada de episodios de presiones, coacciones y amenazas de no permitir mi salida”, afirmó González Urrutia en un mensaje de audio.
El dirigente llegó el domingo a Madrid en un avión de las Fuerzas Aéreas españolas tras partir el sábado desde Caracas. El gobierno venezolano lo acusaba de varios delitos, entre ellos fraude electoral y supuestos sabotajes.
Corina Machado también contó que González fue presionado. "El régimen desató una brutal ola de represión en contra de todos los ciudadanos, la cual incluyó todo tipo de ataques contra el presidente electo y su entorno. Su vida corría peligro y las crecientes amenazas, citaciones, orden de aprehensión, incluso los intentos de chantaje y de coacción, demuestran que el régimen no tiene escrúpulos ni límites en su obsesión por doblegarlo", remarcó Machado.
Cómo fue la negociación que permitió la salida de González
En los últimos días, González Urrutia estuvo refugiado en la embajada de Países Bajos en Caracas, buscando evitar que lo detuvieran. Se dice que luego pasó a la de España.
Fuentes venezolanas explicaron que el despliegue policial sobre la embajada de la Argentina en Venezuela, donde hay seis dirigentes opositores refugiados, fueron parte de un espectáculo montado por el chavismo para demostrarle a González Urrutia que podían ir por él a dónde fuera.
El régimen ejerció todo tipo de coacción contra la familia de González.
En forma paralela, ejercieron todo tipo de coacción contra los familiares cercanos del veterano dirigente opositor, para debilitarlo aún más. Así lo llevaron a una situación límite con el fin de que aceptara salir del país.
En esa negociación participaron los hermanos Jorge y Delcy Rodríguez, principales operadores políticos de Maduro, y el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero, muy afín con el régimen.
Muy pocos sabían de estas conversaciones. Incluso los colaboradores más cercanos de González Urrutia se enteraron sobre la hora de que España le había ofrecido asilo político, gracias a los manejos de Zapatero.
Para dejarlo salir, el chavismo le había pedido que aceptara el fallo del Tribunal Supremo de Justicia que le otorgaba la victoria a Maduro, algo a lo que González Urrutia se negó.
De todas maneras, se llegó a un acuerdo para expulsarlo del país, una salida que al régimen le servía. Se lo permitieron, dijo Delcy Rodríguez en las redes sociales, en aras “de la tranquilidad y la paz política del país”.
Es un golpe para la oposición porque el exilio de González Urrutia va a ir diluyendo su figura. Pese a ello, algunos confían en que todavía puede haber alguna salida.
Señalan que los gobiernos de Brasil y Colombia, pese al descrédito general, siguen negociando con la venia de Estados Unidos para convencer a Maduro y su gente de que deben aceptar un cambio de postura.
“El 10 de enero de 2025, el Presidente Electo Edmundo González Urrutia será juramentado como Presidente Constitucional de Venezuela y Comandante en Jefe de la Fuerza Armada Nacional. Que esto quede muy claro a todos. Edmundo luchará desde afuera junto a nuestra diáspora y yo lo seguiré haciendo aquí, junto a ustedes”, afirmó Corina Machado, pese al complejo panorama.
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