De la mano de Nicolás Maduro, tanto Rusia como China consolidaron su presencia en Venezuela. Ahora se sumó Irán.
Nicolás Maduro y Vladimir Putin en Moscú
En el complejo tablero geopolítico global, Rusia y China mantienen un marcado interés por Venezuela, pese a la crisis política interna. Ambos países han consolidado su presencia en América Latina en las últimas décadas, pero particularmente en el país caribeño, una pieza clave en el escenario geopolítico.
A esto hay que sumarle el respaldo de la República Islámica de Irán, a quien también le conviene apoyar al régimen de Nicolás Maduro, cuestionado por las fraudulentas elecciones.
En el tablero geopolítico global, Venezuela es una pieza clave
En una Venezuela sumida en una profunda crisis política y económica, los intereses de Moscú y Beijing se entrelazan con la lucha por el control de los recursos naturales, la influencia estratégica y una relación mutuamente beneficiosa con el gobierno de Maduro.
El líder venezolano sabe lo que implica. "Tenemos el apoyo de países con tecnología de punta en combate de drones, antidrones: nuestra hermana Rusia, nuestra hermana China, nuestra hermana Irán. Así que nadie se equivoque con Venezuela. Somos una nación de paz", afirmó el pasado 5 de julio pasado en un desfile militar.
El petróleo como eje central
Venezuela posee las mayores reservas de petróleo del mundo, una riqueza natural que ha capturado la atención tanto del ruso Vladimir Putin como del líder chino Xi Xinping.
Para Rusia, el gigante energético Rosneft ha jugado un papel crucial, ofreciendo créditos a Venezuela a cambio de suministros de crudo.
Rusia prestó más de 6.000 millones de dólares a PDVSA
Estos acuerdos, más allá de los beneficios económicos directos, permiten a Rusia expandir su influencia en el hemisferio occidental, desafiando la hegemonía de Estados Unidos en la región.
Desde 2014, Rosneft prestó más de 6.000 millones de dólares a PDVSA (Petróleos de Venezuela S.A.), que han sido parcialmente cancelados con envíos de petróleo a Rusia.
China, por su parte, adoptó una estrategia diferente, invirtiendo más de 60.000 millones de dólares en préstamos respaldados por petróleo desde 2007. Así se convirtió en el principal acreedor de Venezuela.
Para tener una idea, Chine invirtió el doble en Venezuela que en Brasil (32.000 millones de dólares), la potencia regional.
El pago de estos préstamos a Venezuela estaba garantizado con ventas de petróleo a futuro. Hasta hoy, los venezolanos siguen pagando la deuda a China con crudo.
Estos fondos han permitido a Venezuela sortear las sanciones internacionales impuestas por Washington y mantener a flote su economía.
Para Beijing, el interés no se limita solo al crudo. Ve en Venezuela una puerta de entrada a otros mercados latinoamericanos y una oportunidad para ampliar su presencia en el continente.
Empresas chinas como Sinopec y CNPC (China National Petroleum Corporation) han participado activamente en la producción y refinería del petróleo venezolano, y han firmado acuerdos para modernizar la infraestructura petrolera del país.
Minería, infraestructura y tecnología
Los intereses económicos de Rusia y China en Venezuela van más allá del petróleo. En el sector minero, el país sudamericano posee vastas reservas de oro, coltán, hierro, y bauxita.
China, a través de su participación en proyectos de minería aurífera, ha buscado diversificar sus inversiones en recursos estratégicos. En 2018, ambos países firmaron acuerdos para desarrollar proyectos mineros en el Arco Minero del Orinoco, una vasta región rica en minerales.
Empresas chinas trabajan en el famoso Arco Minero del Orinoco
Además, se han concretado inversiones en sectores como telecomunicaciones, tecnología y construcción de infraestructura.
En el caso de Rusia, la cooperación económica se extendió también al ámbito agroindustrial y farmacéutico, con acuerdos para el suministro de trigo y medicamentos en respuesta a la crisis humanitaria venezolana.
Empresas rusas encontraron en Venezuela un mercado para sus productos agrícolas y farmacéuticos, mitigando los efectos de las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea a ambos países.
Intereses estratégicos y geopolíticos
En paralelo a lo económico, tanto Rusia como China tienen motivos estratégicos para mantener su apoyo al régimen de Maduro.
Para Rusia, Venezuela representa un aliado en una región históricamente dominada por Estados Unidos. Moscú ha reforzado su cooperación militar con Caracas, incluyendo ejercicios conjuntos y acuerdos de venta de armas, con el objetivo de proyectar su poder en el “patio trasero” de su rival geopolítico.
Rusia reforzó su cooperación militar con Venezuela
China, aunque menos confrontativa en su enfoque, ve en Venezuela una pieza clave en su iniciativa de la Franja y la Ruta, buscando establecer una red global de infraestructura y comercio.
Venezuela no solo ofrece recursos naturales, sino también una posición geográfica estratégica que podría facilitar la expansión del comercio chino en el continente americano.
La aparición de Irán
Venezuela e Irán establecieron una alianza estratégica en 2000, con casi dos centenares de acuerdos. Pero muchos de ellos no llegaron a cumplirse y se cayeron con la muerte de Hugo Chávez.
Esto se reactivó debido a los problemas que comenzó a tener Irán cuando en 2018 Estados Unidos, en ese momento dirigido por Donald Trump, abandonó el acuerdo nuclear.
El gobierno iraní empezó a buscar otros proveedores debido a las sanciones y uno de ellos fue Venezuela. Es uno de los países que más ayudo al régimen chavista en los últimos años.
La República Islámica le envió componente químicos que Venezuela necesitaba para producir combustible con su petróleo, y lo hizo a cambio de grandes partidas de oro que se extraía y comercializaba en el mercado negro.
Ambos países también estuvieron intercambiando petróleo pesado venezolano por uno más liviano iraní, con el fin de mejorar la producción de combustible.
Otro aporte importante de Irán, siempre a cambio del pago en oro, fue la provisión de técnicos y repuestos para mantener en funcionamiento las refinerías. Junto con ellos llegaron alimentos y armas de todo tipo para las fuerzas venezolanas.
Por eso Maduro agradece públicamente a Irán. Ahora cuenta con drones armados, lanchas lanzamisiles y misiles antibuque Nasir-1.
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