Cinco meses después, Kristin Cabot contó su versión sobre lo que pasó la noche del recital con su jefe, Andy Byron, y reveló cómo impactó ese hecho en su vida.
“Dios mío, lastimé a la gente. Lastimé a gente buena”. Cinco meses después de que el mundo la viera abrazada a su jefe en un concierto de Coldplay, Kristin Cabot habló públicamente por primera vez y lamentó haber tomado “una mala decisión”.
Aquella noche, solo pensó en ponerse “un atuendo bonito y salir a bailar”. También en “reír y pasar una noche genial". Sin embargo, el video que se volvió viral en las redes sociales provocó una avalancha de sucesos que, sin dudas, no estaban en sus planes.
Cabot, entonces jefa de Recursos Humanos de la empresa tecnológica Astronomer, fue filmada por la “Kiss Cam” cuando el director ejecutivo de la compañía, Andy Byron, la tomaba desde atrás en uno de los palcos del estadio Gillette de Foxborough, en Massachusetts.
La difusión masiva del material derivó en una investigación interna y, semanas más tarde, en la salida de ambos de la empresa. Eso, en el plano profesional.
Para el ámbito privado, el futuro inmediato después del hecho le tenía preparado otros contratiempos: separación definitiva de su esposo y la condena pública de parte de una sociedad que no le perdonó aquel episodio.
Desde ese momento, dijo Cabot, se convirtió en blanco de burlas, insultos y amenazas, tanto en redes sociales como en la vida “real”.
Ante ese escenario, después de meditarlo mucho y de consultarlo con su círculo íntimo, la mujer de 53 años decidió romper el silencio y explicar qué ocurrió antes, durante y después de aquella noche, en una entrevista que concedió a New York Times.
Amenazas de muerte y condena pública
Cabot contó que su vida dio un vuelco sustancial luego de aquella noche. Afirmó, por caso, haber recibido amenazas de muerte. “No 900. Eso salió en la revista People. Recibí 50 o 60”, aclaró.
También relató también episodios de hostigamiento fuera de internet. Uno de ellos ocurrió poco antes del Día de Acción de Gracias, cuando fue reconocida mientras cargaba combustible en una estación de servicio.
Según contó, una mujer la insultó y le dijo: “Los adúlteros son la peor forma de ser humano. Ni siquiera mereces respirar el mismo aire que yo”.
Prácticamente todo estaba mal y Cabot comenzó a pensar en que, apoyada por su familia y su círculo íntimo, lo mejor era contar públicamente su versión.
Por ello, según reveló aquel medio neoyorquino, resolvió contratar a un asesor de comunicaciones para relatar su historia y reducir daños adicionales.
Qué pasó la noche del recital
Para comenzar, Cabot negó haber mantenido una relación sexual con Byron y afirmó que, hasta esa noche, ni siquiera se habían besado.
“Tomé una mala decisión, me eché un par de High Noons (una bebida con alcohol), bailé y me comporté inapropiadamente con mi jefe. Y no es nada. Asumí la responsabilidad y renuncié a mi carrera por ello. Ese es el precio que elegí pagar”, admitió.
Contó, además, cómo se produjo el acercamiento con el ahora ex CEO de Astronomer. Sostuvo, en particular, que ambos hablaban a diario, pero que durante una comida cerca de la oficina de la empresa, Cabot mencionó su matrimonio y comentó que atravesaba una separación. Según recordó, Byron le respondió: “Estoy pasando por lo mismo”. Ese intercambio, indicó, fortaleció el vínculo entre ambos.
La decisión de no continuar la vida junto a su marido era reciente cuando aceptó ir al recital con amigos. Durante el concierto, ambos comenzaron a mostrarse cercanos. Cabot subrayó que, esa noche, fue la primera y única vez que se besaron.
Pero lo que parecía un momento de distensión y diversión se convirtió de un momento a otro en una pesadilla. Mientras Coldplay interpretaba su exitosa canción ‘Viva la Vida’, la "Kiss Cam" enfocó a una pareja que se mostraba muy cariñosa.
Cabot y Byron intentaron sortear rápidamente la situación, pero el vocalista Chris Martin exclamó: “O tienen una aventura o simplemente son muy tímidos".
La situación no solo provocó risas y asombro entre los asistentes, sino que, además, corrió rápidamente en redes sociales, donde los internautas hicieron lo suyo.
“Nunca podré explicarlo de forma articulada ni inteligente”, reconoció Cabot al describir el paso de la euforia al miedo.
El adiós a la empresa
Tras el episodio, Cabot y Byron regresaron al bar del estadio y comenzaron a discutir cómo proceder. “Tenemos que informar a la junta directiva”, fue, según relató, la primera conclusión.
Antes de participar en la llamada con la empresa, Cabot viajó a Boston para hablar con sus hijos. Les explicó que el hecho estaba circulando en redes. Su hija de 14 años, según contó, se largó a llorar.
En la conferencia telefónica, la junta directiva le informó que se iniciaría una investigación. Tras la conclusión del proceso, Astronomer le propuso que retomara su cargo. Cabot optó por negociar su renuncia, que se anunció el 24 de julio. Luego, le pidió definitivamente el divorcio a su marido, comenzó un tratamiento terapéutico y se alejó por un tiempo de su vida social.
“Lo que un instante antes parecía ‘alegría, alegría, alegría’ se convirtió en terror (...). Soy la jefa de Recursos Humanos y él el director ejecutivo. Es un cliché y una lástima”, admitió.
Durante el verano en el hemisferio Norte, mantuvo contacto con Byron, aunque en septiembre acordaron reducirlo al mínimo. “Cuando la gente me da la espalda por esto, es mucho peor que si me gritaran en la gasolinera”, sostuvo al describir el impacto persistente del episodio en su vida personal.
Días después del recital, Byron calificó el hecho como un "error profundamente personal en un escenario muy público" y pidió perdón a su esposa, su familia y su equipo. Días más tarde, fue desplazado de su cargo en Astronomer.
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