El cuerpo del opositor a Vladimir Putin tendría “hematomas por convulsiones”. Los colaboradores creen que lo asesinaron de una manera cruel.
Los amigos, colaboradores y familiares del opositor ruso Alexéi Navalni, quien apareció muerto misteriosamente el viernes pasado en la remota cárcel del Ártico donde estaba detenido, sostienen que fue asesinado por orden del presidente Vladimir Putin, y de una manera cruel.
La portavoz del equipo del activista, Kira Yarmysh, fue terminante. “Sabemos con seguridad que no fue solo una muerte, fue un asesinato”, sostuvo. Y agregó: "Están tratando de tapar los rastros, por eso no entregan el cuerpo a su familia y por eso simplemente lo esconden".
Georgy Alburov, aliado de Navalni e investigador de su Fundación Anticorrupción, apuntó directamente contra el presidente de Rusia. “Vladimir Putin mató a Alexéi Navalni”, dijo sin tapujos.
“Ciertamente, quedará expuesto cómo lo hizo exactamente, pero ahora mismo veremos una maratón interminable de mentiras y juegos de ganar tiempo. Putin hará todo lo posible para que sea imposible establecer qué le pasó realmente a Alexéi”.
En medio de la convulsión que produjo el hecho, y del hermetismo que hay respecto al cuerpo, el diario independiente ruso Novaya Gazeta Europa aseguró, citando fuentes sanitarias, que hay "hematomas por convulsiones" en el cadáver de Navalni.
El dato lo dio un médico de urgencia del hospital donde trasladaron el cuerpo. “De acuerdo a mi experiencia, puedo decir que estas lesiones se deben a convulsiones”, dijo el profesional al diario ruso.
A todo esto, continúan las detenciones de personas que quieren rendirle homenaje al dirigente opositor. Ya son más de 400 los arrestos en distintas ciudades rusas.
La hipótesis de los allegados
Las autoridades penitenciarias rusas sostienen que Navalni se sintió mal cuando estaba caminando, se cayó y murió. Y adjudican el deceso al “síndrome de muerte súbita”.
No es lo que plantean los allegados al activista, quien estaba detenido desde hace tres años y con una condena de 19 años de cárcel por supuesto “extremismo”.
En diálogo con la cadena estadounidense CNN, el periodista búlgaro Christo Grozev sostuvo que “lo más probable es que lo envenenaron por segunda vez”, un método utilizado por el Kremlin con otros opositores y críticos.
“Su muerte se produjo como resultado de tres años de torturas. Tres años de matarlo con el aislamiento ilegal al que fue sometido. En los últimos dos años pasó más de 300 días en régimen de aislamiento”, apuntó Grozev respecto a Navalni.
En esa línea, agregó: “Se lo privo de atención médica, de cualquier nutrición equilibrada, incluso desde la perspectiva de la prisión. Recibía una barra de pan al mes, y el resto del tiempo sólo recibía algunos trozos de pan”, describió.
“Pero esa es la hipótesis inocente”, consideró. “La más probable, por desgracia, es que lo envenenaron por segunda vez. Aún no tenemos las pruebas, lo que tenemos son pistas circunstanciales en esa dirección. Pero todo apunta al hecho de que lo mataron a propósito”, señaló.
Deterioro en la cárcel
Los últimos días de Navalni en prisión lo muestran muy delgado y demacrado. Esto se pudo apreciar a través de videos judiciales tomados por cámaras de seguridad internas, ya que estaba aislado.
Todo indicaba que su salud estaba empeorando en esta remota prisión de máxima seguridad. Sus familiares y abogados expusieron varias advertencias de que su estado de salud estaba empeorando y que estaba gravemente enfermo.
El dirigente opositor se había quejado de fuertes dolores de espalda, fiebre y entumecimiento en las piernas, entre otros síntomas de deterioro.
Incluso habló de la falta de sueño debido a los "controles" cada dos horas de los guardias en la penitenciería, que utilizaban linternas para iluminar sus ojos cuando estaba dormido.
Los colaboradores dijeron que aún no había superado los graves efectos del ataque con Novichok, un neurotóxico que le suministraron en agosto del 2020 cuando regresaba en avión de Siberia a Moscú. En esa oportunidad se salvó porque su entorno lo pudo trasladar rápidamente a Berlín, donde lo internaron en una clínica.
El misterio sobre el cuerpo
La familia de Navalni insiste infructuosamente para que le entreguen el cuerpo. Su madre y su abogado viajaron especialmente a esa región ártica por este motivo, pero las autoridades evitan hacerlo con distintas excusas.
El sábado las autoridades de la prisión dijeron a la familia que el cuerpo estaba en la morgue de Salejard, la ciudad del ártico menos lejana al centro penitenciario. Cuando llegaron, el lugar se encontraba cerrada y los trabajadores no sabían nada del cadáver.
En general, los cuerpos de los que mueren en prisión se llevan directamente a la Oficina de Medicina Forense de la localidad donde ocurrió el deceso, pero en el caso de Navalni lo llevaron a una clínica.
Novaya Gazeta informó, incluso, que se prohibió a los médicos del lugar practicar una autopsia. Al parecer, están esperando a especialistas enviados desde Moscú, más obedientes al gobierno.
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