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Edificio abandonado en centro oeste: se convirtió en un aguantadero y vecinos temen salir durante las Fiestas

Denuncian hechos reiterados de inseguridad y falta de respuestas a sus reclamos, por lo que muchos pasaran Nochebuena cuidando de sus casas.

En la víspera de Navidad, vecinos del centro oeste de la ciudad de Neuquén aseguran que viven con miedo y que incluso dudan en salir de sus casas durante estas fiestas por temor a nuevos robos. La preocupación creció en las últimas horas tras una seguidilla de hechos delictivos que, según denuncian, tienen como punto de origen un edificio abandonado.

La sensación de inseguridad se profundizó luego de que, en menos de 48 horas, al menos dos viviendas de la cuadra sufrieran intentos de robo y daños. Los vecinos afirman que los delincuentes actúan con rapidez, roban en las casas o en los autos estacionados y luego se esconden en el edificio inconcluso ubicado en la esquina de Juan B. Justo y Santa María.

El inmueble, de cinco pisos y nunca terminado, permanece abierto y sin ningún tipo de custodia. Según relatan los frentistas, desde hace años es utilizado como lugar de refugio por personas que ingresan y salen a cualquier hora del día, lo que genera un clima constante de tensión en el barrio.

Edificio abandonado en Santa María y Juan B. Justo - Personas en situacion de calle (4)

Uno de los episodios más recientes ocurrió este lunes por la mañana, cuando una vecina se despertó por ruidos en el patio de su casa. Al asomarse, vio a un hombre encapuchado intentando robar sus bicicletas. “Si no reaccionaba rápido, no sé qué podía haber pasado. Activé la alarma y empecé a gritar para alertar a los vecinos”, relató Jenifer a Canal 7 Noticias, quien vive pegada al edificio abandonado.

Según contó, el hombre escapó subiéndose a los techos y volvió a ingresar al inmueble. “Era evidente que venía de ahí. Esto no es nuevo, pero ahora es más seguido. Ya no dormimos tranquilos”, aseguró. La mujer recordó que hace aproximadamente un año también fue víctima de un robo y que otras casas de la cuadra atravesaron situaciones similares en los últimos días.

El temor se vuelve aún más fuerte en esta época del año. “Estamos a días de las fiestas y da miedo salir, ir a comprar o visitar a un familiar. Pensás: ¿Y si cuando vuelvo me robaron todo?”, expresó otra vecina, quien prefirió no dar su nombre. Muchos residentes optaron por no dejar sus casas solas y organizarse para que siempre haya alguien presente.

Edificio abandonado en Santa María y Juan B. Justo - Personas en situacion de calle (5)

Además de los robos en viviendas, los vecinos denuncian daños reiterados a vehículos estacionados en la vía pública. “Rompen autos, roban baterías y cubiertas. A una vecina le sacaron la batería del auto que estaba afuera de su casa”, detallaron. Aseguran que los objetos robados son escondidos dentro del edificio, donde luego resulta imposible recuperarlos.

La situación también genera un fuerte desgaste económico y emocional. “Uno tiene que gastar en cámaras, alarmas, rejas, y ni así alcanza. Vivís en alerta constante. No es vida”, lamentó Jenifer. A esto se suma la preocupación por los niños del barrio, que ya no pueden salir a jugar con tranquilidad ni circular solos por la cuadra.

Los riesgos para los vecinos

Los vecinos describieron además un escenario insalubre dentro del edificio: acumulación de basura, quema de neumáticos y sectores incendiados. “Prenden fuego adentro, hay departamentos quemados. Es un peligro constante, no solo por los robos, sino por lo que pueda pasar con un incendio”, advirtieron.

Edificio abandonado en Santa María y Juan B. Justo - Personas en situacion de calle (8)

Según indicaron, las denuncias fueron realizadas en reiteradas oportunidades tanto ante la Policía como ante el municipio, incluso con notas firmadas por vecinos hace años. Sin embargo, aseguran que no obtuvieron soluciones concretas. “La policía dice que no puede ingresar porque es un edificio privado. Pero alguien tiene que hacerse cargo”, reclamaron.

Mientras tanto, el edificio sigue abierto y sin control, y la incertidumbre domina al barrio en la antesala de Navidad. “No queremos pasar las fiestas con miedo, encerrados o pensando que puede pasar algo grave. Solo pedimos una solución antes de que sea tarde”, concluyeron los vecinos, cansados de convivir con una problemática que, lejos de resolverse, se agrava con el paso del tiempo.

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