Guillermo Franke está a cargo de Vinyls Neuquén. Un viaje a las remeras de rock, discos firmados por Spinetta y hasta el DeLorean de Volver al futuro.
Guillermo Franke saca una remera de un estante con el dibujo de Robotech y la exhibe a sus clientes como si se abriera un agujero que lo conecta directo a la década del 80. En su local, que tiene con su socio Héctor, la gente hace una pausa en los recuerdos, aquellos imborrables de los años dorados de la infancia y la adolescencia, que marcaron el ADN de una generación.
Una época de nostálgicos y hasta densa en estos días, donde todo pasa por los celulares y las redes sociales. Un tiempo de juntadas con amigos para ver videoclips en caseteras, hablar de música y leer biografías de rock, en medio de los vinilos.
En uno de los estantes Guillermo tiene un DeLorean miniatura, el auto que ya es un ícono de una generación soñadora de la película Volver al futuro y hasta discos firmados por sus propios autores, conocidos rockeros internacionales. El lugar se puede encontrar de todo: desde cassettes perdidos y nuevos, hasta una remera de ET.
No es poca cosa para un local repleto de remeras estampadas de la época, cultura rock, tocadiscos y objetos retro, donde ya no entra ni un alfiler.
“Acá tenemos hasta un disco firmado por Marky Ramone (baterista de Los Ramones), que no los dio un amigo para que los vendiéramos. Nos contactan de todas partes para que hagamos nexo con los artistas. Somos de lo analógico, más allá de que este mundo es digital”, dice el rockero de 42 años, uno de los dueños de Vinyls Neuquén, un local de venta de artículos de esa generación analógica, ubicado en Avenida Olascoaga 818.
El local tiene una mirada por encima de lo comercial, de venta de remeras estampadas. Es un punto de encuentro de artistas, músicos y gente que busca promocionar sus espectáculos, en distintos nichos, como una red social analógica. Como muchos, Guillermo y su socio tuvieron que reinventarse en la pandemia, cuando las medidas de encierro lo obligaron a moverse por internet y a pedidos.
A finales de 2015, Guillermo se cansó de trabajar en una petrolera y decidió jugársela por un sueño que era poner un local de remeras y artículos retro, por su afición al rock. Había estudiado en Mendoza la Tecnicatura Superior en Producción Industrial Automatizada, pero se enganchó con el mundo de la música.
Guillermo se hizo fanático de la música desde muy chico, y confesó que hubo un disco que lo marcó: Canción Animal de Soda Stereo, aunque también es fan de George Harrison y Queen, entre otros.
En el local siempre hay un libro en la mesa (a veces) y su devoción por el Flaco Spinetta, lo hizo fan de Sergio Marchi, el periodista que sabe todos los detalles de las biografías de Charly García, Pappo y Los Beatles. En Vinyls siempre hay lugar para la charla, el debate y recuerdos, de los fans que llevan hasta sus hijos al templo de los ’80. Es un punto de encuentro también de gente que sabe mucho de música y radio en la ciudad, en la época donde no se usaba internet ni Wikipedia.
“Cuando arrancamos siempre estuvimos apoyando a los diferentes artistas, todos regionales ya sea con las ventas de entradas, los sorteos o lo que se pueda para dar una mano. En un principio si bien no vendíamos vinilos, ni libros, ni nada de esas cosas relacionadas siempre estuvimos participando en las ferias y así arrancamos”, recordó Guillermo.
Un rockero solidario con el arte
Cuando el local cumplió un año en noviembre de 2016, el festejo fue con cuatro recitales en vivo de varias bandas, como Eskulapio, Trastornos Generales, Andrea Brown, Barredas, Pornoser y Rafo Green, entre otras. el boca en boca es tan fuerte, que muchos de los músicos que pasan por Neuquén pisan en local. "La verdad es que hemos hecho muy buenos contactos, con gente piola como La Mississippi y el Tanque de la Renga (Jorge Iglesias, baterista de la banda)", dijo Guillermo.
“Con el tiempo le hemos ido sumando aparte de vender remeras e indumentaria otras cosas como por ejemplo vinilos, cassettes, libros, gorras, también dándole importancia al formato analógico un poco retro. Hemos sumado bastante con el tema de la venta de discos y promover las bandas locales, el arte y los emprendimientos, gente que hace cuatros y pintura”, sostuvo.
La moda de los discos de vinilo llegó para quedarse en Neuquén, pero Guillermo aclaró que la ciudad no es una plaza en la que esté extendida la colección de esos productos. Más bien, muchos contactos son de Córdoba o Buenos Aires. El rockero dijo que es capaz de conseguir hasta cassettes nuevos, de bandas como Queen que no se han usado, como si fuese una suerte de Mercado Libre analógico de la industria musical.
“Por ahí hay gente que publica, que vende discos, lotes. Por ejemplo gente que ha sido DJ o que, por ahí aunque suene feo, deja este mundo, y a la familia no le interesa nada de los discos”, comentó.
“Lo que viene de afuera, como Córdoba o Buenos Aires, está lleno de gente que vende vinilos. Después acá hay pocos, sólo en las ferias. Te contactan hasta de otros países para comprar y vender discos perdidos que no los encontrás fácil”, dijo Guillermo, al sacar un ejemplar nuevo de Don Cornelio y la Zona, original y de la época.
El local tiene más de 400 discos, algunos recolectados en ferias, en internet y de gente que ofrece hasta originales. La mayoría no son reediciones, que se pueden conseguir fáciles, sino piezas de colección que tienen precios más altos. “hoy un disco puede salir hasta 70 mil pesos, por decir algo, y hay otros de 7 mil pesos”, indicó Guillermo.
La colección de discos es tan vasta que cualquiera puede estar más de una hora hurgando en los cajones que aparecen sorpresas, como un disco de Invisible, firmado por el propio Spinetta. “Es una gran anécdota de un chico de Cipolletti, que se lo encontró al flaco y se lo hizo firmar. Y acá lo tenemos, claro que es algo que no tiene precio”, dijo Héctor, el socio de Guillermo en Vinyls.
El hombre hace mucho que se dedica al mundo de la música y contó que el local es un punto de reunión de varias generaciones. Una nostalgia que hace bien. “Acá viene gente por recomendación que les cambia el ánimo. Encuentran una remera de ET o de Led Zeppelin y quedan asombrados. Después los ves que vienen con los hijos, es una generación que está unida por esto que es una pasión”, añadió Héctor.
Guillermo sostuvo que pese a ser un fanático del mundo analógico, la difusión de esa moda se hace por las redes sociales, sobre todos por Instragram (@vinylsneuquen), una red amiga de los retro y vintage. En época de crisis, instalar un negocio específico de discos, rock y moda retro, requiere diversificar para no perder el sueño.
“Creo todo está en las redes, se ha digitalizado todo. Pero no hay nada como el analógico para disfrutar de la música, de leer y creo que por suerte todo eso sigue vivo. La chica que atiende con nosotros el joven y sigue comprando CD, en formato físico. O sea, es una moda que también se contagia”, concluyó.
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