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La Mañana La granja de Zenón

El neuquino que recorre Latinoamérica con La granja de Zenón

Eduardo "Lali" Toranzo contó cómo llegó a ser parte del éxito teatral que convoca a familias enteras de diferentes países.

Un alma aventurera con perfil bajo. Eduardo "Lali", Toranzo dice presente desde su teléfono en Buenos Aires donde está instalado temporalmente para llevar adelante varios proyectos laborales. Desde hace unos años, destina buena parte de su tiempo en el detrás de escena de La granja de Zenón, uno de los grandes fenómenos infantiles que lo llevó a recorrer Latinoamérica intercalando el oficio de la técnica con su costado creativo.

Un verdadero Nyc neuquino, Lali, como lo bautizó su hermana en la niñez, se adentró en el mundo de la música desde pequeño, manijeado con sus amigos del barrio Melipal, donde vivió hasta los 32 años. "Cuando éramos chicos en el barrio había bandas, así que mamamos un poquito ahí y también de Intoxicados, una banda que nos gustaba mucho. Unos amigos tenían dos guitarras así que nos pusimos a aprender para poder armar algo", comentó, en una charla con LMN, haciendo alusión a los primeros acordes que lo llevaron a tocar el bajo en Abuela Chanta, la agrupación que creó en el 2003 junto a Santiago Rodríguez, Damián Sepúlveda y Adrián Beltrán.

"Después formamos Los chantas y nos dedicamos a otro tipo de música con un grupo más amplio de amigos. Empezamos haciendo rock, blues y después nos fuimos al cuarteto, al ska y la música circense. Ahora volvimos un poco a la raíces, fusionamos las dos bandas y hacemos ska y rock", dijo después de señalar que desde que está en Córdoba retomó el proyecto con Abuela Chanta que el verano pasado fue telonera de Los Calligaris y de Ulises Bueno.

Del rock al teatro en Carlos Paz

Lali decidió probar suerte en Carlos Paz luego de planificar con sus amigos expandir los horizontes de su agrupación original. El destino les abrió las puertas de ese lugar un año después de que Santiago se instalara para abrirse camino en el universo teatral de la mano de su padre, un empresario del mundo del espectáculo local.

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"Después nos llamó a nosotros y nos dijo que vayamos con una oferta laboral. Éramos tres o cuatro chicos. Yo en ese momento trabajaba como administrativo en mi casa para una empresa de seguridad industrial, y la verdad es que no era lo que quería para mi vida. Así que decidí dejar todo e irme a buscar nuevos rumbos para hacer música. Eso fue en agosto del 2018", recordó.

"Fuimos con la idea de hacer música y con trabajo en los teatros. Como veníamos haciendo técnica en sonido y pantallas, teníamos idea para poder desenvolvernos. Aprendí mucho igualmente, a medida que iban pasando los shows observando a quienes tenían más trayectoria. Quienes estamos detrás de escena somos los primeros en llegar y los últimos en irnos. Tratamos de que esté todo impecable porque donde falla uno, el show ya no es lo mismo. Lo pueden disfrazar los artistas, pero si nosotros no hacemos nuestro trabajo opacamos el de ellos", reflexionó.

Una de las primeras experiencias en alta temporada la tuvo en el rol de microfonista y maquinista con Sin codificar, donde compartió divertidos momentos con el explosivo elenco de humoristas encabezado por Yayo Guridi.

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"Con ellos la pasamos muy bien, era todo mucho más suelto. Siempre trabajamos con profesionalismo pero ellos son muy divertidos, siempre salen con algo diferente. Luego terminé teniendo relación con Walter López, Nazareno Mottola y Marcelo Ruíz Díaz", comentó.

Viajar de la mano del público infantil

Tiempo después, una oportunidad laboral con el equipo de La granja de Zenón lo llevó a conocer distintos rincones de la Argentina y América Latina.

"Arranqué en el 2019 armando escenografías, aportando desde la técnica y dando una mano en vestuario y detrás del escenario. Luego me contrataron y viajé con ellos a Colombia donde estuvimos durante un mes recorriendo todo el país. Después seguimos por Panamá, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, República Dominicana, Chile, Paraguay, Uruguay, Bolivia, Perú, Ecuador", enumeró.

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"La compañía también tiene elenco con México y España. Es un show para toda la familia que tiene una convocatoria muy grande en cada país. Siempre nos reciben muy bien, la gente queda encantada. Los personajes juegan con el público, los niños los pueden tocar y siempre lleva un mensaje positivo respecto al cuidado de los animales, la flora y el medio ambiente", destacó, antes de remarcar las funciones multitudinarias que realizaron el año pasado en el Parque Central de Neuquén con la edición de El gran gallo, la tercera versión de La granja de Zenón, posterior a Las travesuras de Bartolito y Exacto y previo a En busca del arcoíris y Barto Dance, que acaba de llenar salas en la populosa avenida Corrientes durante las vacaciones de invierno.

"Los shows son muy divertidos y diferentes. A mi me encanta ver a los niños que se emocionan o a los padres que cantan los temas. Siempre me traigo lo mejor, conozco mucha gente y lugares", dijo ponderando la enriquecedora experiencia que está transitando hace ya cinco años.

Un disco con recuerdos de Neuquén

Si bien está más abocado a sus trabajos como técnico y asistente en la escena teatral, Lali y sus compañeros de Abuela Chanta acaban de lanzar "Quiero volver", un disco que habla "de las raíces y de Neuquén".

"Somos todos de ahí, así que las letras tienen que ver con todo lo que vivimos en la ciudad y las cosas que nos pasaban día a día cuando estábamos allá", precisó el músico que continúa viajando asiduamente al Alto Valle para ver a su familia, amigos y a su novia. "No pierdo el contacto nunca, trato de ir dos o tres veces por año", manifestó.

En el verano, la banda retomará sus actuaciones para difundir el material, además de continuar su usina compositiva.

El fenómeno que traspasa la pantalla de YouTube

La fábrica de Zenón debutó en 2011 de la mano de Roberto "Kuki" Pumar, responsable de Leader Music, discográfica que acompañó hace dos décadas a Gilda y a otros grandes artistas de la movida tropical.

Después de varios años de trayectoria y éxitos, el reconocido empresario eligió crear El Reino Infantil, una productora de series animadas para chicos que ganaron popularidad a través de YouTube.

La granja de Zenón relata la historia de un agricultor que tiene animales parlantes a los considera amigos. Ellos son el gallo Bartolito, la vaca Lola, Pepe el loro, Percherón el caballo, entre otros. Zenón tiene tres sobrinos: María, Juan Antonio y Tito que lo visitan para jugar.

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Actualmente, la compañía realiza funciones de Barto Dance, un espectáculo donde se mezcla el mundo real y virtual y que pone el foco en los valores de la familia, la amistad, la confianza en uno mismo y la importancia del trabajo en equipo.

El productor argentino Maximiliano Córdoba se asoció hace unos años con Pumar para darle vida a la versión teatral del éxito de YouTube. "Como productor trato de darle al niño algo que el teléfono no le puede dar. Es decir, ser parte de un show, donde pueda interactuar con los personajes y disfrutar de juegos con efectos. Es un espectáculo de 1 hora y 10 minutos donde no se para de bailar. Tengo un equipo de lujo con mucha experiencia, los textos lo armamos con psicopedagogos. Es por eso, que el 40% del público repite la experiencia y regresa a vernos. La Granja de Zenón siempre supera todas las expectativas. En cada lugar que llegamos se genera una fiesta como si aparecieran The Rolling Stones", dijo Córdoba en una reciente nota periodística con un medio peruano.

La Granja de Zenón - Las 35 Mejores Canciones de la Granja 3 - 4 y 5 | El Reino Infantil

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