El ministro de Infraestructura de Neuquén, Rubén Etcheverry, recibió a un grupo empresario nipón interesados en un proyecto neuquino.
Un grupo empresario de Japón mandó una misión a Neuquén a explorar el potencial de la PIAP, de Arroyito, para producir amoníaco. La PIAP está parada, tiene instaladas dos líneas para agua pesada con atraso tecnológico y un proyecto para diversificar la producción, que debería financiarse con los contratos de venta firmados por anticipado, según las reglas devenidas de las negociaciones que mantiene el gobierno provincial con el nacional para reactivar la planta industrial de Arroyito.
El ministro de Infraestructura, Rubén Etcheverry, recibió y acompañó a empresarios japoneses que se mostraron interesados en la compra de amoníaco que produzca en el futuro la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP), ubicada en Arroyito. Se trata de la empresa Marubeni S.A.
"De esta manera, la PIAP, además de poder volver a producir agua pesada en caso de haber demanda, lo podría hacer con el amoníaco que permite la producción de urea", consideró la cartera energética del gobierno de Rolando Figueroa.
De Japón a Neuquén
Sobre la visita que realizaron a la planta, el ministro comentó “los empresarios se mostraron muy interesados en comprar el amoníaco que podría producir la PIAP, están dispuestos a hacer una carta de intención de compra para toda la producción”.
Etcheverry consideró que “esta es una buena posibilidad, la vemos con optimismo, porque abre las puertas para que con una readecuación y reconversión de las instalaciones la podamos poner en funcionamiento y fabricar el amoníaco”.
El ministro neuquino llevó a la PIAP a los directivos de la japonea Marubeni: Yasuhiro Aoto, director of Chemical Business for South America; Hiroshi Kamada, presidente de la empresa en Argentina; y Mario Sato, Manager Químicos, Metales y Maquinarias en nuestro país.
La recorrida por las instalaciones de Arroyito también involucró a Gian Franco Andreani, presidente de la empresa Socotherm; y Daniel Afione, presidente del INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial). Participó el gerente general de la ENSI S.E, Alexander Berwyn, quien mostró las posibilidades futuras que tiene la planta de producir amoníaco para fertilizantes.
La situación de la PIAP
La PIAP es propiedad de la CNEA (Comisión Nacional de Energía Atómica) y es operada por la Empresa Neuquina de Servicios de Ingeniería (ENSI), que depende del ministerio de Infraestructura. Es una sociedad que se conforma entre la CNEA y la Provincia, que cuenta con mayoría accionaria.
La construyeron en la década del 90 y se invirtieron aproximadamente unos 1.000 millones de dólares, con el fin de producir 200 toneladas de agua pesada al año. Dejó de producir en 2017 por falta de demanda.
La producción de agua pesada tiene una demanda principal, que es el stock que se necesita en las centrales nucleares de Argentina para su reposición. Este alcanza un promedio de entre 10 y 12 toneladas por año. Con una línea de producción, la planta de agua pesada puede producir alrededor de 80 toneladas anuales.
Desde ENSI se ha llevado adelante un estudio técnico en el que se refleja la factibilidad para llevar adelante la producción de urea o amoniaco en una de las líneas de producción, con una inversión de varios cientos millones.
Hoy Latinoamérica importa más de cinco millones de toneladas de fertilizantes hidrogenados por año. La planta de agua pesada, con una línea de producción, puede producir un millón de toneladas.
Desde el gobierno neuquino se trabaja en forma incesante para que pueda volver a producir. Ya se han realizado varias gestiones y reuniones con el gobierno nacional para que esto ocurra.
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