La mujer robaba datos de tarjetas y DNI a sus compañeras para hacer compras y retirar dinero. Pasó en un centro de salud de esta ciudad. Hay seis víctimas.
Todavía no lo pueden creer. La persona que les estaba robando dinero de sus cuentas bancarias resultó ser una compañera de trabajo. Nunca lo hubiesen imaginado. El caso generó gran sorpresa y malestar en el centro de salud del barrio Villa Florencia.
Una silenciosa investigación que llevó a cabo el personal del Departamento Delitos Económicos de la Policía neuquina desató un verdadero escándalo en una institución pública, al desenmascarar la maniobra delictiva y establecer quién estaba detrás de los movimientos sospechosos que denunciaron al menos seis trabajadoras, entre médicas, enfermeras, psicólogas y odontólogas.
La persona que les estaba robando era nada menos que la joven de maestranza, otra compañera. "Calculamos que, aprovechándose de su función especifica, con acceso a todas las instalaciones del centro de salud, se le hacía mas fácil apoderarse de la información bancaria y sus documentos. Todo el personal de salu se vio afectado por esta situación", expresó el comisario inspector Martín Van De Genachte, a cargo de Delitos Económicos.
En declaraciones a LU5, contó que la joven se apoderaba de los datos de las tarjetas de débito, como así también de los documentos de identidad de las víctimas. De hecho, en dos oportunidades denunciaron la sustracción de sus DNI.
Con esos datos, hacía compras diversas en distintas plataformas web. También abría cuentas online en casinos con una identidad sustraída, a fin de generar transferencias de dinero a tales cuentas. Posteriormente, comentó Van De Genachte, se presentaba en los casinos para extraer el dinero de manera física. "Sabemos que ya no hace falta contar con el plástico para poder hacer compras o transferencias", advirtió el comisario inspector.
De esta manera, se hizo de un monto que ronda los 400 mil pesos. Las denunciantes son seis mujeres del establecimiento sanitario que constataron los movimientos desconocidos en sus cuentas bancarias sin saber lo que estaba ocurriendo ni sospechar quién podía estar detrás. "El punto en común era que todas trabajaban juntas", apuntó Van De Genachte.
Tras radicar la denuncia, en los primeros días de mayo se inició una investigación que arrojó resultados de interés para la causa este viernes. Efectivos policiales realizaron tres allanamientos. Además, individualizaron a la joven empleada -de planta permanente- que le robaba a sus compañeras de trabajo.
Los allanamientos fueron en la casa de los padres de la imputada, de su pareja y en el centro de salud.
Puntualmente, en la casa de su pareja los efectivos policiales encontraron el par de zapatillas que había comprado en una oportunidad.
"Los números asociados a las cuentas eran coincidentes con el celular que le pudimos secuestrar y en los tres lugares que allanamos -tanto la casa de sus padres como la de su pareja y su lugar de trabajo- quedaron impactados los protocolos de Internet utilizados. la empresa de Internet genera un rúter, y ese rúter nos proporcionó una numeración clara y especifica en las transacciones bancarias", reveló el comisario inspector.
Con esas pruebas, la joven quedó muy comprometida. Recuperó la libertad, y de manera paralela -sostuvo Van De Genachte- "es muy seguro que se le inicie un sumario" administrativo.
"No tenía antecedentes y ninguna compañera sospechaba de ella", apuntó.
Como algunos bancos reconocieron lo que denunciaban las clientes y restituyeron así parte del dinero, estos pasaron a ser víctimas de la empleada ladrona.
"Hoy pudimos determinar la maniobra delictiva empleada y quién es su responsable". Martín Van de Genachte, jefe del Departamento de Delitos Económicos.
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