"Está lúcida": qué dijo la mamá de Alison Calfunao tras el trasplante de corazón
La neuquina de 29 años, que inicialmente atravesó una ligadura de trompas, pasó por una exitosa operación y atraviesa una compleja recuperación.
El caso de Alison Calfunao, la joven madre neuquina de 29 años, conmueve a Neuquén y al país. Tras un trasplante de corazón exitoso, la mujer se encuentra comenzando lo que será una larga y compleja recuperación, pero los pronósticos son buenos, según contó su mamá.
En diálogo con LMNeuquén, Carina, madre de la mujer, dijo que está "lúcida" y que se le "ha ido bastante la anestesia". Relató que ella quiere hablar, pero que aún no puede porque está intubada. "Tiene ganas de hacer muchas preguntas", dijo Carina.
"Le está dando muchas expectativas a los médicos, así que vamos pasito a pasito", comentó respecto a la recuperación de su hija. Explicó, sin embargo, que Alison todavía no sabe que sufrió la amputación de su pierna.
La mujer adelantó que los médicos le acercarán a la familia un nuevo parte médico a las 11.
El conmovedor testimonio del marido de Alison Calfunao tras el trasplante
“Estoy feliz, en shock, y agradecido con la vida”, fue lo primero que dijo Emiliano, esposo de Alison Calfunao, en su charla con LMNeuquén. Luego de pasar más de una semana de temor, hace solo unas horas, su esposa —una joven neuquina de 29 años, madre de dos hijos pequeños— recibió un trasplante de corazón que le salvó la vida.
Fueron días larguísimos, interminables. Días donde la incertidumbre, el dolor y la esperanza se mezclaron sin pausa. Días de vigilia junto a una cama de terapia intensiva y también de oración en una pequeña capilla del Hospital Italiano de Buenos Aires, donde finalmente se realizó la operación.
Todo había comenzado de forma inesperada, con una intervención quirúrgica de rutina: una ligadura de trompas. Alison fue acompañada por su madre, Carina, a la Clínica San Lucas, mientras Emiliano cuidaba a sus hijos desde casa, preparando el desayuno y esperando el alta médica para reencontrarse los cuatro. Pero en el quirófano todo salió mal: sufrió un primer paro cardíaco durante la operación, y un segundo poco después. Fue su madre quien recibió la noticia. Cuando intentó bajar a avisar a la familia, ya no la dejaron volver a subir: su hija estaba peleando por su vida.
Desde ese momento, se activó una cadena de derivaciones de urgencia. Primero fue trasladada a la Clínica San Agustín, luego a la Clínica Pasteur, donde se logró estabilizarla durante horas críticas. Pero su corazón ya no resistía. La última esperanza era el Hospital Italiano, en Buenos Aires, donde fue derivada en un vuelo sanitario en estado crítico.
Emiliano revive ese momento con gran dolor y cuenta que ese lunes habían acordado con Alison que ella iba a ir con su mamá a la clínica y él se quedaría con los niños hasta que ella lo llamara para decirle que la vaya a buscar. Pero nada salió según lo planeado por el joven matrimonio.
“Ese día yo no pude ni abrazar a mis hijos. Me fui corriendo, hecho pedazos. Una parte de mí quedó con ellos, y otra se vino con Alison”, cuenta Emiliano, que tuvo que viajar por separado en un vuelo comercial que Swiss Medical gestionó de forma urgente. Desde su llegada, se instaló en el hospital y no se movió más.
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