Juicio por la explosión en Aguada San Roque: el desgarrador testimonio del esposo de Mónica Jara, la maestra que murió
Juan Villanueva recordó cómo fue ese 29 de junio de 2021. Una enfermera lo llamó para darle la noticia. "Vayan con los tapones de punta contra quien sea", pidió.
Juan Villanueva quiere que la justicia vaya “con los tapones de punta contra quien sea” por la muerte de su esposa, la maestra Mónica Jara, durante la trágica explosión de la Escuela 144 de Aguada San Roque, el 29 de junio de 2021. El esposo contó lo ocurrido en un dramático testimonio.
Ese día, también perdieron la vida el gasista Nicolás Francés y su sobrino, Mariano Spinedi, quien ayudaba a su tío a manejar una camioneta. Estaba enfermo, tenía diabetes y tenía problemas de la vista.
El incendio comenzó cuando controlaban uno de los calefactores en la habitación de niñas del albergue. Los días previos, ya había olor a gas en la escuela, pero la obra se tenía que terminar para comenzar las clases. Y ahí comenzó la pesadilla.
Juan fue el primer testigo que declaró este lunes, propuesto por la querella en el juicio por contra seis personas, entre ellos exfuncionarios públicos de la gestión de Omar Gutiérrez, dueños y socios de la empresa Arte Construcciones, Héctor Villanueva Montalbán y el representante técnico, arquitecto Diego Bulgheroni.
El juicio durará dos semanas y será largo, con jornadas partidas de las 9 a las 13, con receso, y hasta la 17: se prevé que declaren 24 testigos por día, de un total de 108, ante el Tribunal integrado por Lisandro Federico Fidel Borgonovo, Maximiliano Bagnat e Ignacio Pombo.
Todos los imputados tenían distintas responsabilidades en la ampliación de las aulas del colegio rural, que se hizo por licitación privada, en el corazón de Vaca Muerta. Están acusados del delito de estrago culposo, administración fraudulenta y falsificación de documento público.
Mónica Jara: el relato de su esposo
La explosión ocurrió el miércoles 29 de junio de 2021 a las 13.50. Fue el primer y último día de clases de Mónica quien se había recibido no había mucho tiempo en el Instituto de Formación Docente N°9 de Centenario; cuando le propusieron ir a una escuela albergue a dar clases, no dudó.
“Estaba entusiasmada, siempre iba para adelante”, recordó el marido durante la declaración como testigo.
“La primera clase de ella fue una por Zoom porque estábamos en pandemia todos encerrados y se hacían las reuniones. Yo la acompañaba, ponía la pava y le cebaba unos mates mientras ella trabajaba”, contó Juan, aún impactado al recordar el día de la muerte de su compañera.
Juan trabajaba en una empresa de servicios petroleros y cobraba el básico durante la pandemia, como le ocurrió a muchos petroleros. Llegó a un arreglo con la empresa para “irse bien” y se quedó en la casa.
Fue en esa época que salió la propuesta para Mónica, y que esperaba con ansias la vuelta a la presencialidad, que implicaba moverse por unos días a la semana hasta Aguada San Roque. “Yo la apoyaba en cualquier decisión que tomara”, explicó Juan.
Con la pandemia la gente no se movía de casa y nadie tenía claro el día de regreso a clases. Estaba previsto que el final de la obra sería el 21 de marzo y estaba todo listo para que comenzaran las clases. Pero la escuela no estaba lista, según Juan y los demás testigos que pasaron en la jornada, como Silvina Altube (esposa de Nicolás Francés) y Claudia Piedrabuena, pareja de Mariano Spinedi.
“En todas las reuniones, siempre me quedó grabado esto, remarcaban lo mismo que apenas larguen el gas, se volvía a la escuela”, recordó el testigo, que decía la directora Marta Báez.
El día del incendio Juan lo recuerda muy bien. Siempre se mensajeaba por WhatsApp Mónica, y esa mañana, antes de la explosión, le había comunicado por audio una trágica noticia: la muerte de un amigo en común de la familia por Covid. Era una época muy dura, cuando en mayo se había registrado un pico de fallecimientos por el virus.
Mónica habló con Juan y se la notaba contenta, había pasado la noche anterior en la escuela para iniciar un ciclo lectivo con protocolos y distanciamiento, en el medio de un paraje donde, más que vecinos, son una familia. Cuando Juan le mandó el audio sobre la muerte de un amigo, Mónica estaba intentando hacer funcionar algunas computadoras en una sala, según contó.
Juan no sabía que ese día iba a ser el último que iba a hablar con su esposa, hasta que recibió un llamado de un teléfono desconocido, que no lo tenía agendado. Era la enfermera que estaba atendiendo a Mónica, luego de que ella había podido salir por la ventana, toda quemada tras el incendio. “Le paso con su esposa” recordó Juan que le dijo la enfermera, y ahí el mundo se le vino abajo.
“Soy Moni, estoy toda quemada, venime a buscar”, dijo que fueron las palabras de su esposa.
Juan salió disparado a toda velocidad para Aguada San Roque, pero no alcanzó a llegar a destino. En el camino por la Ruta 7 llegando a Añelo se encontró a la ambulancia que trasladaba a Mónica, dio la vuelta y empezó a seguir al vehículo sanitario, desesperado.
Sonó el celular: la peor noticia
Supuestamente, iban hasta el hospital Castro Rendón, y a Juan le llamó la atención que la ambulancia no tomara el camino más corto, por el dique compensador, por la Ruta 8. Directamente, se fue para San Patricio del Chañar, por lo que sospechó que algo pasaba.
“La tuvieron que intubar porque ya podía respirar por sus medios”, contó ante los jueces, la querella y la hilera de defensores de los acusados que no le preguntaron demasiado.
La situación de Mónica era crítica y desde el Castro Rendón decidieron derivarla a Mendoza en el hospital Lagomaggiore, especialista en quemaduras. Aún en plena pandemia, así que fueron en un avión sanitario.
Apenas ingresó me dijeron que los primeros días iban a ser críticos, después que a los siete u ocho días iba a tener una mejoría y que después habrá una bajón. Y que las posibilidades de que sobreviva eran nulas”, contó Juan, lacónicamente.
Y acotó: “Tal cual me lo dijeron sucedió”.
El hombre sostuvo que “acompañamiento de Educación siempre tuve, pero nadie me llamó del gobierno. Yo le pedí que vayan con los tapones de punta contra quienes tengan que ir”, concluyó.
Juan dijo que fue en ese avión a Mendoza con su esposa agonizante y que se volvió con ella, en ese mismo avión. Ya fallecida, con dolor, angustia y más preguntas que respuestas.
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