El clima en Neuquén

icon
30° Temp
21% Hum
La Mañana Neuquén

La mujer que sigue buscando a su hija después de 45 años

Nunca se rindió y sigue esperanzada en encontrarla. En ese entonces era una niña, que había desaparecido en el río Neuquén tras un confuso episodio.

Hace cuarenta y cinco años, una madre experimentó una de las pérdidas más dolorosas que puede sufrir una persona: la desaparición de su hija de cinco años en un confuso episodio en el río Neuquén. A pesar de que las autoridades y amigos le dijeron que la niña se había ahogado, la madre nunca perdió la esperanza de encontrarla.

Una prima de la niña afirmó que mientras sucedía el incidente, la habían sumergido en el agua para que no viera lo que estaba pasando. Esta declaración contradictoria sembró dudas en la familia y alimentó la idea de que la niña pudiese haber sido raptada.

El padre comenzó una búsqueda personal y encontró rastros de la niña en la orilla del río, junto al de unos botines. Aunque la búsqueda oficial se cerró, la familia nunca se rindió. Ahora, después de cuarenta y cinco años, la madre sigue buscando a su hija, que hoy tendría 51 años y estaría con vida.

La familia sigue tras las respuestas de lo que sucedió aquel día. ¿Fue un accidente o algo más siniestro?. La historia es un llamado a la reflexión a la búsqueda de la verdad. ¿Qué pasó con la niña que desapareció en el río Neuquén?. La respuesta sigue siendo un misterio, pero la esperanza de encontrarla sigue viva.

niña

El domingo 9 de marzo de 1980, una niña de 5 años llamada Miriam Andrea Morales desapareció en el río Neuquén, a la altura de lo que hoy es el barrio Rincón de Emilio. Su familia nunca perdió la esperanza de encontrarla y ahora, 45 años después, continúa buscando respuestas.

Según el testimonio de su hermana Marina, su madre, María Ismenia Morales, aquel día accedió a que Miriam fuera al río con tres mujeres conocidas de la familia, a pesar de que no quería que fuera porque había sido bañada y estaba lista para asistir al primer día de escuela al día siguiente. La prima de Miriam, Transita Morales, de 10 años en ese momento, acompañó a las mujeres y a la pequeña al río.

El dramático episodio

Sin embargo, cuando la madre escuchó gritos provenientes del lugar, se enteró de que Miriam se había ahogado. Contrario a esa versión la prima de 10 años afirmó que las mujeres la habían sumergido en el agua para que no viera lo que estaba sucediendo. La familia realizó una búsqueda exhaustiva en el río y en la zona, con la participación de policías, bomberos y buzos, pero no encontraron ningún rastro.

Su padre, Eduardo Morales, siguió un rastro con su perro “Falucho”, que encontró huellas de pies descalzos y unos botines junto al río, lo que sugiere que Miriam podría haber sido llevada por alguien. El rastro siguió hasta una calle, donde se perdió, y solo quedó una huella de auto.

Desafortunadamente, Eduardo falleció hace casi 12 años, pero de igual manera la familia sigue el camino de búsqueda. Doña María Ismenia nunca perdió la esperanza de encontrar a su hija y de que ocurra un milagro. Marina, a su vez, quiso hacer llegar un mensaje a su hermana desaparecida: "Mamá siempre te recuerda y te espera, al igual que nosotros".

Mencionó que, según su madre, ella se parece mucho a Miriam, quien nació un 28 de mayo de 1974. Esto podría ser un dato importante para alguien que tenga dudas sobre su identidad y que hoy tenga 51 años de edad. La familia en pleno espera que alguien pueda proporcionar información sobre su paradero.

niña 2

La búsqueda en medio del dolor

Mientras ojeaba una foto de su hija Miriam cuando era bebé, que sostenía en su mano, doña María Ismenia Morales comenzó a relatar el triste episodio que le significó perder a su hija con apenas cinco años y no saber nunca más de ella. En la pared de su living, un cuadro con una foto de sus cuatro hijos, incluyendo a Miriam, parece observarla con nostalgia.

"Yo ya la había bañado a mi hija porque al otro día iba a la escuela. Pasaron tres mujeres, vecinas mías, que se llamaban Elsa Garcés y dos hermanas, a buscar a los más grandes. Mi hija quiso ir con ellas y mi marido me dijo: ¿Por qué no la dejas ir?. Me acuerdo que estaba haciendo masa y tortas fritas. Mi marido estaba cuidando a nuestra otra hija, que tenía seis meses y estaba sentada afuera debajo de un techito”, contó. “Le dije a mi sobrina Transita, que tenía 10 años, que acompañara a Miriam”. recordó.

Todo trascurría en forma normal aquella tarde, cerca de las 17.30, cuando se comenzó a escribir una historia que cambiaría sus vidas para siempre. “Mi esposo Eduardo y yo escuchamos los gritos que provenían del río, nos dimos cuenta de que algo había pasado. Las mujeres nos dijeron que Miriam se había ahogado, pero mi sobrina Transita me dijo que la habían sumergido en el agua para que no viera nada”.

niña 1

A partir de esos momentos todo fue caos y desesperación. "Buscamos a Miriam por todos lados, pero no la encontramos. Los policías, bomberos y buzos buscaron en el río, pero no había rastro de ella. Mi marido siguió el rastro del perro “Falucho” y encontró las huellas de pies descalzos y de unos botines, pero después se perdieron en una calle”, recordó.

Al ser consultada como siguió con su vida al ser informada que cesaron con el operativo de búsqueda, envuelta en lágrimas respondió: "Me dijeron que tenía que aceptar que mi hija se había ahogado, pero yo nunca creí eso. Fui a la iglesia y hablé con el obispo Jaime de Nevares. Me dieron una vela bendita y me dijeron que la tirara al río. Cuando la tiré, no se fue hacia abajo, lo que me hizo pensar que mi hija estaba viva”.

A esa nostalgia de recordar a su ser querido le sumó la impotencia que le tocó sufrir. "La autoridad no me ayudó más, así que quedé ahí. Mi espíritu de madre me dice que está viva. Yo no sé qué pensar, pero la veo viva a mi hija. Una señora me dijo que estaba viva y yo creo que sí. La quiero ver, la quiero conocer y saber qué pasó después. Me dijeron un montón de cosas, pero no sé si es verdad”, admitió cruzada por el dolor.

Y se lamentó por la escasez de recursos y contactos. "Como pobre, uno no tiene plata y se corta la posibilidad de seguir adelante con la investigación. No tengo idea si puedo contar todo lo que me dijeron, pero sí sé que mi hija está viva en mi corazón y que la espero siempre”, subrayó. Contó que por el dolor de perder a su hija decidieron abandonar su casa en Neuquén y se radicaron en la ciudad de Zapala, hace 37 años.

En un video grabado en su casa, doña María Ismenia acompañada por dos de sus hijas, envió un mensaje cargado de amor y esperanza. "Si Miriam me viera, le diría que haga lo posible por encontrarme, que yo soy su mamá y la estoy esperando. Quiero saber si es feliz, si tiene hijos y nietos. Quiero conocerlos y abrazarlos”, señaló. Más adelante entre palabras de tristeza y alegría, se aferra a la esperanza de que su hija pueda estar en algún lado. "La mesa se extraña sin ella”, expresó. A renglón seguido aseguró que “siempre tengo esta foto de Miriam cuando era bebé en mi mano y no puedo evitar pensar en ella. La busco en cada rincón, en cada rostro que veo. No puedo darme por vencida. Mi corazón de madre me dice que está viva y que la encontraré algún día".

niña 4

Un llamado a la esperanza

A sus 75 años, doña María Ismenia Morales sigue esperando, sigue buscando. Después de 45 años de la desaparición de su hija Miriam, sigue aferrada a la esperanza de encontrarla. Su historia es un testimonio claro del amor de una madre que nunca dejó de buscar.

Ella hizo todo lo posible por encontrarla. Realizó gestiones con las autoridades policiales y judiciales, buscó ayuda en la iglesia y hasta recurrió a profesionales para hacer llegar sus datos y las fotografías de su hija a las Madres de Plaza de Mayo. Sin embargo, nunca obtuvo una respuesta positiva.

A pesar de todo, no se rinde. Su corazón de madre le dice que Miriam está viva y que la encontrará algún día. Por eso, se dirige a todas las mujeres de entre 50 y 51 años de edad que tengan dudas sobre su identidad o que tal vez conserven vagos recuerdos de su infancia en la orilla del río Neuquén, en el barrio Rincón de Emilio.

"Si sos vos Miriam, no dudes en contactarme", dijo doña María Ismenia con lágrimas en los ojos. "Te he buscado durante 45 años y seguiré buscándote hasta que Dios me dé vida. Quiero verte, abrazarte y conocerte. Quiero ser parte de tu vida, aunque sea tarde", dijo.

Su historia es un llamado a la esperanza, un caso real para recordar que el amor de una madre nunca muere. Aunque han pasado 45 años, su corazón sigue latiendo con la esperanza de encontrarla.

niña 3

Te puede interesar...

Leé más

Noticias relacionadas

Dejá tu comentario