El animal apareció con la punta de la flecha incrustada en la cabeza. Pero pudieron salvarle la vida. El incidente ocurrió en Viedma.
Una vecina de Viedma contó en sus redes sociales que su gato fue herido de un flechazo en la cabeza y presumen quien pudo haber sido el autor, informó un artículo publicado por noticiasnet.com.ar.
El tremendo caso de maltrato animal ocurrió en las últimas horas en un barrio ubicado en el kilómetro 16 de la Ruta Provincial 1, que conduce al balneario El Condor.
La mascota, de nombre Salem, sobrevivió milagrosamente, dado que apareció con la punta metálica de la flecha incrustada en la cabeza. Todo indica que fue clave la intervención de un médico veterinario.
Si bien no dio mayores precisiones, sugirió que sabe quién fue el autor.
"¿Que estoy pensando? Que tenés que tener el alma muy oscura para darle un flechazo a un gato en la cabeza. Con la misma frialdad que un tiro a un perrito o herir sin piedad a cualquier animalito indefenso", expresó la propietaria del felino en las redes sociales para hacer público el salvaje ataque.
"Que la vida te acomode 'lacra' y te devuelva el flechazo dónde más te duela", agregó cargada de bronca y dolor.
Seguidamente destaco que Salem" se repone de las heridas luego de ser atendido, y se mantiene bajo vigilancia del resto de los felinos de la familia.
La información difundida sobre el caso fue acompañada por una foto de una radiografía que muestra el cuerpo metálico dentro del cráneo del animal y otras dos imágenes con la herida de varios centímetros y la restante sosteniendo en su mano el trozo metálico extraído, que revela que tiene gran tamaño dado que le ocupa toda la palma. Según se puede advertir en esta última, se asemeja a las flechas que se utilizan para cazar, un dato que puede ser de utilidad para una eventualidad investigación.
De todos modos, el medio de la capital provincial aclaró que no se había confirmado la presentación de una denuncia formal, más allá de la queja hecha pública.
Repudio por el flechazo y pedido de justicia
La noticia, por su nivel de crueldad, generó un fuerte repudio dirigido al agresor.
“Me sorprende que un desquiciado esté suelto, si hace este acto es capaz de cometer un asesinato a cualquier persona que pasemos la ruta. Supongo y desearía creer que ya está identificado y detenido”, opinó Martha.
“Todo aquel que maltrata un animalito tiene que ir preso, son unos inadaptados no les da la mente para hacer otra cosa más que daño”, agregó Estela.
En tanto que hubo coincidencia en avanzar con una presentación para que intervenga la Justicia y detenga al despiadado tirador.
Antecedentes por maltrato animal
La Justicia rionegrina ha intervenido en numerosos casos de maltrato animal con sanciones a sus autores.
Uno de los más resonantes por lo despiadado y que marcó un precedente ocurrió en el Alto Valle y lo sufrió Estelita, una perra galga que murió días después de que su dueño, Jonathan Jara, la atara por el cuello con una soga al paragolpes trasero de su auto y la arrastrara varios metros por la Ruta 65, desde Cipolletti hacia Fernández Oro.
Un taxista que circulaba en sentido contrario lo vio y comenzó a seguirlo hasta que lo alcanzó. Mientras que otro taxista que también advirtió su accionar, le tocó bocina y le hizo señas de luces. Entonces, Jara desató a la perra, la metió en el auto y se retiró del lugar.
Jara fue a juicio y por un acuerdo alcanzado entre la fiscalía, las querellas y la defensa oficial, se determinó que fuera condenado a diez meses de prisión en suspenso, ya que no tiene accedentes penales, además de otras pautas de conducta y requerimientos esenciales.
Uno de ellos fue el de pagar una suma de 130 mil pesos para que las ONG puedan continuar ayudando a otros animales, además de otros $30 mil en concepto de reparación simbólica para realizar una escultura o mural en memoria de Estelita, con el objetivo concientizar a la sociedad.
A su vez, le prohibieron a Jara la tenencia de animales no humanos, hasta tanto realice una capacitación en derecho animal, la cual podrá llevar a cabo de manera virtual en un plazo no mayor a los dos años con un mínimo de 20 horas.
Estelita murió a causa de las heridas sufridas en la maniobra. Las veterinarias que intentaron salvarla indicaron que había padecido un gran desprendimiento de tejido, quemaduras de tercer grado y una lesión en su hígado, la cual sólo pudieron comprobar una vez que murió y realizaron la necropsia.
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