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Obras sociales y prepagas: ¿por qué sale tan caro ir al dentista?

Por la insuficiente cobertura, muchos pacientes deben pagar un significativo plus por las prestaciones y en ocasiones abonar el tratamiento completo.

Aunque los casos de coronavirus ya no estén tan presentes en la agenda pública y en la preocupación de la mayor parte de la población, las consecuencias de la pandemia se siguen sintiendo en el día a día de cada ciudadano. Una de ellas tiene que ver con las fisuras que evidenció el COVID tanto en el tejido social en general, como en el sistema de salud, en particular. Una problemática de la que no quedó exenta la odontología.

Luego del paréntesis obligado en la atención en la etapa de aislamiento estricto, quienes se acordaron de su salud bucal y decidieron retomar los chequeos odontológicos se encontraron con una barrera económica, más allá de los kit de protección que se empezaron a abonar como un extra cuando arrancaron las flexibilizaciones: muchos profesionales dejaron de atender por obras sociales y prepagas y quienes lo hacen, suelen solicitar un significativo plus debido a que las coberturas resultan insuficientes para brindar una prestación adecuada que -en su mayoría- requiere de insumos importados. La situación se agrava en un contexto signado por la inflación, la pérdida del poder adquisitivo y la inestabilidad cambiaria.

"Con la pandemia quedó al descubierto todas las falencias que tenía el sistema de salud odontológico, respecto a los pagos y aranceles de obras sociales y prepagas. Antes del COVID estos eran bastante bajos, pero como los profesionales atendían muchos pacientes, lo compensaban", dijo -en diálogo con LMNeuquén- Valeria Nallim, presidenta del Círculo Odontológico de Neuquén, al recordar que el refinamiento de los protocolos sanitarios cambió la modalidad de trabajo y estableció la atención de un paciente por hora. "Eso hizo que atendiéramos a menos personas y que dejara de ser viable la prestación con lo que cubrían las obras sociales y prepagas", explicó, luego de mencionar que los tiempos de ventilación, higiene y esterilización del instrumental se alargaron con las nuevas medidas preventivas.

"De ahí surgió una lucha por un arancel digno, que nos permita trabajar y vivir. Hay muchas obras sociales y prepagas de renombre con las que es imposible negociar un arancel digno. Con ellos siempre se pactan aranceles inferiores a lo que es un arancel ético. Pero no se puede pactar un arancel que no cubra los costos. Por eso, muchos profesionales decidieron dejar de atender con esas coberturas porque, de lo contrario, tenían que poner de su bolsillo para mantener la atención", señaló.

Valeria Nallim - Círculo Odontológico de Neuquén

Aunque actualmente Neuquén volvió a una suerte de "normalidad prepandemia" -con barbijo, en ocasiones-, la situación en los consultorios odontológicos no cambió. Los protocolos sanitarios se mantienen. "La modalidad en la forma de atender llegó para quedarse. Tal como sucedió años atrás cuando surgió el tema de la infección por el HIV, los odontólogos comenzaron a cuidarse de una manera distinta para evitar contagios dentro de su práctica y eso quedó como un método de trabajo. Con el coronavirus pasó lo mismo. Todo los cuidados que no estaban se incorporaron en la atención", indicó al explicar por qué los prestadores no pueden resolver la situación económica, tal como lo hacían antes.

Respecto al kit de atención que los profesionales solían cobrar en el período más sensible de la pandemia, la odontóloga dijo que actualmente ya no se percibe como un adicional dado que el Círculo Odontológico logró que quede cubierta en el arancel de la práctica. "Desde la institución ya no sugerimos que se cobre un diferencial ni nada extra para el equipo de atención primaria", sostuvo para luego volver a poner la lupa en la difícil situación que viven los pacientes.

"A veces las obras sociales ponen al afiliado en contra del prestador, lo hacen ver como el malo, cuando en realidad son ellos lo que no se hacen cargo de cubrir la salud bucal de sus afiliados", enfatizó y agregó que -en ese marco-, quienes tienen la posibilidad económica de afrontar el costo adicional que implican algunos tratamientos, suelen comparar presupuestos y hasta solicitar algún tipo de financiación para concretarlos. Los que no, terminan recurriendo al sistema público (que muchas veces no puede dar respuesta) o, en el peor de los casos, relegando por completo la atención profesional de su salud bucal.

Los valores de las prestaciones en odontología son importantes. Nallim explicó que, si bien desde el Círculo Odontológico de Neuquén se ofrece un tarifario orientativo, en su consultorio, cada profesional cobra el valor que considera indicado. "Esto varía mucho en función a la infraestructura que tenés. No es lo mismo una clínica con personal, asistentes, secretaria y quirófanos, a un consultorio donde atiende un odontólogo solo y no tiene - a lo mejor- secretaria", argumentó, antes de dar algunas referencias en torno a los montos que el paciente debe afrontar en el sistema privado.

Valeria Nallim - Círculo Odontológico de Neuquén

"Hoy en día, de acuerdo a los aranceles éticos que publican los Colegios Odontológicos en la Argentina, el valor de la consulta está en 4.135 pesos. Para una extracción o una restauración promedio, con las resinas que se utilizan en el mercado, el valor ético sugerido está alrededor de 10 mil pesos", precisó, para luego aclarar: "Acá no hay materiales caros o baratos, sino que estos montos contemplan materiales aptos e idóneos para una buena prestación odontológica. Las amalgamas no se deberían siquiera utilizar porque a nivel internacional hay una convención que así lo aconseja y en nuestros convenios no las incluimos".

"Estos son los valores de mercado de donde se arrancaría. Ahora, las obras sociales a nosotros nos pagan un 30 por ciento y algunas hasta menos de esos valores, con lo cual es imposible sostener una prestación odontológica de calidad. Y no hablo solo del tipo de material, sino también de la forma en la que se debe atender a un paciente", enfatizó.

En sintonía, la odontóloga Silvia Galetti, quien está especializada en discapacidad, destacó que las coberturas de las prestaciones son insuficientes ya que las mismas, además de materiales e infraestructura, deben contemplar la labor y la responsabilidad legal del profesional.

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"A los profesionales nos pagan con mucha demora y muy bajos montos. Entonces, los profesionales que ya pagamos un derecho de piso nos podemos dar el lujo de no atender por obra social o prepaga o hacerlo por reintegro. Pero la mayoría de los odontólogos más jóvenes no tienen otra opción de aceptar las condiciones de las prepagas y obras sociales, en desmedro de la calidad del servicios. Es un sistema perverso", planteó y agregó que, al igual que ella, muchos de sus colegas renunciaron a los colegios que los representan, porque los aranceles que negocian como base soy muy bajos.

"Esto es algo que viene hace tempo y que se agudizó con la pandemia", agregó. "Yo soy parte de la Asociación de Odontólogos de la República Argentina y actualmente estamos en una mesa de diálogo con el Ministerio de Salud de la Nación. La idea es que sinceremos la situación. Si las prepagas y obras sociales no pueden cubrir todo lo que requiere la odontología, al menos que cubran lo básico, lo elemental, pero bien. Hoy se cubre un tratamiento de ortodoncia o prótesis cuando hay chicos que no acceden a una técnica de prevención de higiene y flúor. Esto requiere un costo político que nadie está dispuesto a pagar, pero como profesionales tenemos que visibilizarlo". postuló, al tiempo que hizo hincapié en que es necesario trabajar más en prevención que en curación porque llega a más personas.

Las personas con discapacidad, más complicadas

Galetti a su vez puso la lupa en la insuficiente cobertura en discapacidad que requiere mayor tiempo de atención y una dedicación diferenciada, lo que dificulta aún más la acumulación de pacientes para abaratar costos y lograr que los aranceles de obras sociales y prepagas rindan.

"Somos muy pocos los odontólogos que atendemos a personas con discapacidad. Yo atiendo por reintegro. Algunos de ellos vienen a Neuquén de Andacollo, Piedra del Águila, Villa La Angostura, Zapala porque hay pocos prestadores en la provincia. Como se paga tan poco, prefieren no atender a personas con discapacidad", lamentó al tiempo que insistió en que es importante la humanización de la salud, "algo imposible si para vivir hay que despachar a cinco pacientes por hora".

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