Rolando Figueroa, con un ojo en la austeridad y el otro en febrero

La primera reunión que los gobernadores mantuvieron con el presidente Javier Milei el pasado martes no despejó los peores temores de las provincias respecto del impacto del ajuste y los recortes a los envíos de partidas, especialmente las de obras públicas.

El presidente reafirmó ante los mandatarios que no negociará su idea de avanzar a un déficit cero y les pidió apoyo en el Congreso para que se apruebe el paquete ómnibus que enviará en los próximos días.

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Javier Milei encabezando una reunión con todos los gobernadores.

Télam.

Rolando Figueroa, en línea con sus colegas del PJ, se mostró en contra de la reversión de Ganancias y, por el contrario, pidió que Nación coparticipe lo recaudado del Impuesto al Cheque. La respuesta del libertario, se sabe, fue categórica: “No”.

Al otro día de la reunión en la Casa Rosada, Milei se despachó con el mega decreto de necesidad y urgencia (DNU) que cayó como una bomba y que, en el caso neuquino, Figueroa se esforzó por señalar que no permitirá que impacte en el “estilo de vida” de los comprovincianos, algo que sonó más a una expresión de deseos que a un inevitable impacto nocivo a la economía de la gente.

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La política de austeridad del gobernador, en cambio, buscará un rápido reordenamiento de las finanzas cada vez más golpeadas de la provincia tanto como para dar una señal de sensatez frente a la crisis como a preparar el camino para un devenir inmediato que pondrá a prueba el talante del nuevo jefe del Ejecutivo.

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Marcelo Guagliardo (ATEN) y Carlos Quintriqueo (ATE).

La primera prueba de fuego para la que Figueroa se está preparando es la que vendrá en febrero con los sindicatos estatales por el vencimiento del acuerdo de ajuste salarial por IPC que, en un clima de tanta carestía, parece destinado a tensar un 2024 que llega en medio de un doloroso trabajo de parto.